Esta vez no mereció más que el empate

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 27/06/2020

Dentro de la buena imagen que estaba ofreciendo el Sevilla, cometió un pecado mortal en la élite: no ganar cuando debe. Debió hacerlo ante el Levante y si me apuran frente al Barça y el Villarreal. Al menos, estuvo más cerca de la victoria que de cualquier otro resultado. Quizás como castigo divino lo pagó y cayó este empate ante el Valladolid. No mereció más. Esta vez el Sevilla fue poca cosa. Un grupo aguerrido, animoso, siempre llevó la iniciativa, sí, pero en líneas generales no puso en demasiados aprietos a un Valladolid con muchos suplentes y muy digno. Cuando hablamos de sacarle partido a una plantilla, sin duda el Valladolid es ejemplo de ello. Bien por Sergio.

Al Sevilla le faltó sobre todo desborde. Ocampos necesita metros y si no, su físico luce menos. Munir sí regatea pero tampoco es explosivo. Navas, bastante hace ya. El Mudo era carne de roja y había que quitarlo rápido, a De Jong no se le vio... Un equipo bastante estático. Y para colmo, se comió un gol demasiado elemental. Fallo de marcaje y portero que se vence demasiado fácil. No vi que esa parábola se envenenara tanto. Vaclik semiflexionó su cuerpo y se limitó a ver cómo entraba la pelota. Luego salvó ante Alcázar, cierto.

Por amor propio no quedó. Al Sevilla le sobra. Pero realmente, en la segunda parte no creó nada. El penalti y no recuerdo ni una sola ocasión más. Mucha acumulación, mucho empujar, pero a Masip no lo vimos. Que ello ocurra con un delantero como En Nesyri es lógico. No vio ni uno de los buenos balones que le puso Banega, al que desesperó y con razón. Siendo pacientes, digamos que en Leganés deben estar contentos con esta operación. Y así se le fue este partido al Sevilla, que no mereció ganar. Adiós al optimismo. Aquí queda dura batalla.