Seis días que sabrán a gloria

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 30/06/2020

Bueno, pues tres puntos más al saco. Muy necesarios, ya que el Sevilla poco a poco estaba entrando en dudas, que es lo peor que puede tener un equipo para resolver una tarea tan exigente como la de lograr una plaza de Champions. La vigencia de algún empate de buena prensa había terminado. Tocaba ganar. Y lo hizo sobrado. Se vio desde el primer minuto que el Leganés ya no tenía nada por lo que luchar. Al minuto, En-Nesyri se plantó delante de Cuéllar. Empezó a correr para adelante, se le fue terminando el campo y cuando vio la línea dio un pasecito del tebeo. Una cosa rara. Luego, le cayó otra pelota en el área chica para rematar. Tras su espigada figura parece haber de todo menos un killer. Va por mal camino este jugador.

Sólo con el gran lunar del delantero, el Sevilla se plantó en el campo del Leganés y comenzó a aprovechar los inmensos huecos que había para jugar y progresar. Metros por todos lados. Metros para pensar y asestar el golpe, justo lo que casi nunca hay en la élite. El Sevilla mandaba y el Leganés pedía clemencia. Óliver Torres acertó dos veces, lo cual trajo mucha calma. Para empezar, borró imágenes como las que vimos ante el Valladolid de mucha gente descompuesta, superada por el estrés a la espera del gol salvador. Esta vez se hicieron los deberes pronto. También apareció el pasito atrás en la segunda parte, esa absurda manía de colocarse en la frontal del área cuando no había nada de lo que preocuparse. El Leganés sólo podía aspirar a centrar de cualquier forma, sin remate. Hasta que salió alguien que tiene el duro, Munir, y nos dejó un amago y un gran disparo al lateral de la red. Munir es hoy por hoy el mejor delantero de la plantilla de largo, algo que conviene decir sin sacar mucho pecho. En cualquier caso, ese bonito gol dejó un regusto de poderío. Y, todo sea dicho, un 0-3, con la tensión al límite, es un gran resultado. Estos seis días de descanso le sabrán a gloria a Lopetegui.