Adiós, mi Baneguita, adiós
La fábrica de humo
Miguel Ángel Chazarri 11/09/2020 |
Se va Banega, un jugador colosal. Un jugador como posiblemente tardemos mucho tiempo en ver a otro, aunque tratándose del Sevilla, vaya usted a saber... Este Sevilla nos ha demostrado, gracias a Monchi y al gran espíritu de club existente, que al final, entre uno o varios, el nivel no decrece. De hecho otro campeón, rubio para más señas, ya corre como un poseso en la ciudad deportiva en busca de más plata. En breve, ocupará el hueco que deja este genial argentino, valiente en las decisiones, de mirada pícara como pícaro es ese regatito tan suyo, de toma, te la enseño, meto el cuerpo y en una loseta ya se ha ido.
En el juego tan apasionante de comparar jugadores de distintas épocas, yo me quedo con Banega por encima de todos los centrocampistas buenos que he visto. Por encima de Renato, por encima de Rakitic, por encima de Francisco... Todos tan distintos, todos tan buenos, pero Banega algo superior. Ha brillado mucho en el Sevilla liderando a un equipo campeón. Renato era un magnífico complemento rodeado de cracks, Rakitic ofrece un juego muy fiable y coral, el estupendo Francisco no ganó nada.... En torno a Banega se ha construido un Sevilla campeón en dos etapas, detalle nada menor.
Se fue entre lágrimas, claro. Su bella imagen con los tres títulos es uno de los secretos del potentísimo Sevilla que vivimos. El Sevilla ficha, inyecta grandeza y luego despide con abrazos sinceros y plata, mucha plata. Ese ambiente es un gran reclamo, sirve de estímulo para que vengan otros muy buenos. Se va porque el dinero manda, y no hay nada malo en ello, aunque tratándose de él, quién sabe lo que deparará el futuro... Parece que su etapa se ha cerrado, pero igual cuando cobre la primera millonada se cansa y el corazón le tira. Si coge el teléfono y decide llamar a su gran amor, aquí estará esperándole para que haga barbacoas, vaya a la discoteca y gane títulos. Adiós, mi Baneguita, adiós.
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