En-Nesyri sigue en Budapest

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 27/09/2020

Bueno, pues se sacó adelante un partido que tuvo sus fatiguitas. Yo creo que en gran parte provocadas porque el Sevilla se las buscó. Es decir, cuando se juega con En-Nesyri pueden pasar estas cosas. Su partido fue una calamidad. Sigue en Budapest. Se ha quedado allí y no sabemos si volverá. Jugador que no saca nada de partido a su planta. Torpón en el control. Jugador de golazos, aunque muy aislados. Jugador que por ahora está muy por debajo de lo esperado y por supuesto de lo que necesita el Sevilla. Duele pensar que se vaya a afrontar la Champions con esta nómina de atacantes, pero, claro, ¿cuánto cuesta un buen delantero? Y el dinero se ha acabado. O se cierra una gran venta o Monchi hace magia, que tratándose del gol, magia, lo que se dice magia, es casi imposible hacer.

El partido refleja la tremenda superioridad que existe entre el Sevilla y el Cádiz. Este encuentro, con un punta medio qué arriba, habría quedado resuelto al descanso. El Cádiz, una cosita, entró en el partido porque En-Nesyri lo invitó. También hubo una inquietante patada al aire de Rakitic que me dejó mal cuerpo... Y, claro, como la ley del fútbol dice que el atasco arriba se paga, el Cádiz se puso hasta por delante en el marcador. Y con el 1-0 Negredo hasta se adornó con una rabona cuando podía haber sacado mucho más de un remate solo. Fue actuar Lopetegui y cuando salió la pólvora, fin de la historia. De Jong al lado de En-Nesyri pareció Van Basten. Dos detalles de Munir, y por supuesto el impagable Navas, cerraron el primer triunfo. Tres puntos logrados después de jugar una extenuante final hace tres días. Misión cumplida.