De un lógico descanso a los titulares a la verbena

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 02/12/2020

Se trataba, precisamente, de evitar lo que pasó: que el partido rompiera en verbena. Y rompió en eso. Un 0-4 es un marcador duro, de los que dejan nubarrones en la cabeza. Esperemos que no pase, pero con un 0-4 se corre el riesgo de desconexión, de estropear lo que antes funcionaba, de que la tropa se quede alicaída. Por supuesto que hay coartada para la derrota, pero es que un 0-4... Los ojos de la Europa futbolera estaban mirando a Nervión y lo que compareció fue una caricatura del equipo que pone carísima la derrota.

Vaya por delante que entiendo a Lopetegui. Es más, lo que está haciendo, con lo que tiene, me parece un milagro. Posiblemente se pasó con tanta rotación, pero si no da descanso a su castigada plantilla en estas noches, ¿cuándo? El Sevilla ya está clasificado. Con la misión cumplida, se trata de tomar aire en estas dos jornadas de Champions para que el equipo siga sumando y se meta arriba, muy arriba en la Liga. Pronto se vio que la segunda unidad del Sevilla no tenía nada que ver con la del Chelsea. Havertz costó 80 millones, Giroud es cmapeón del mundo... En el Sevilla, Sergi es un dolor, el centro del campo jugaba lento, todo al pie. Arriba no había nada desequilibrante. Idrissi se quedó en poca cosa, en amaguitos. Y con un chaval en la portería.

Menos mal que el Chelsea aflojó en su presión inicial. Vio que sujetando y soltando fogonazos le iba a dar de sobra. Enfrente no había rival. Enfrente corrió un Sevilla muy menor, con bajas en la portería. El Sevilla no estuvo en el partido, no se agarró a él con su habitual fiereza. Su segunda unidad es muy limitada. Salieron todos juntos y enfrente había un grande. Mezcla perfecta para este estropicio. A enchufarse de nuevo.