He ahí la Champions, ni más ni menos

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 17/02/2021

El Sevilla no fue el Sevilla. No vimos a ese equipo fuerte, de hormigón por el centro, con fe. Vimos un equipito no sé si crecido, en el mal sentido de la palabra, no sé si empachado de azúcar y, claro, cuando las cosas en esta competición no se hacen de cine, llega Haaland y se acaba la broma. Es curioso, pero los tres goles llegaron por la zona donde el Sevilla es más fuerte, por el centro. Mucha pérdida tonta letal. El Dortmund se hizo rápido con el partido, movió la pelota con agilidad, encontró huecos y su bestia mató. En el área está el fútbol y ahí los alemanes son más, mucho más. Vi parado al Sevilla hasta en la segunda parte. No soltó el freno de mano hasta los últimos minutos del encuentro y llegó ese golito de De Jong que deja las cosa mal, muy mal, pero... Tal y como vi la noche, el tanto me parece importante... El partido iba camino de un destrozo. De un 1-4, de un 1-5... Lo que hubiera querido el Dortmund. Ahora se ha puesto en chino. Igual se produce otro milagro. A mí me da que no. La sensación, salvando las distancias, es la misma que me dejó el Barça-PSG. Unos van en avión y otros en una moto gripada. Ante eso hay que poco que hacer. Cuatro del Chelsea, en un partido de alineación extraña, pero cuatro, y tres del Dortmund que pudieron ser más si Haaland y sus amigos aprietan. Todo un mensaje para el anhelado crecimiento que se persigue.