Gran oferta y no necesariamente por Lamela

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 21/07/2021

Bryan Gil va camino de Londres. Posee el chaval una cualidad que, tras el gol, seguramente sea la que más se pague: el desborde. Jugadores que cambian partidos anodinos no hay muchos. Bryan es uno de ellos. Me da que él no ve muy claro su futuro en el Sevilla. Si es así, hace bien en sospechar. Ante la aparición de un gran club, todo va cuadrando hasta dejar a punto un acuerdo que levantará ampollas entre los aficionados canteristas (que no carteristas) que hallan felicidad con la subida al primer equipo de chicos de la casa. No me encuentro entre ellos. No soy aficionado y además creo que debe dar igual la procedencia del futbolista si el equipo gana. ¿Barbate o Mali? ¿Qué más da? Equipazo y a ganar.

La oferta me parece muy buena. Son 25 kilos de los que más gustan. Íntegros, al ser un jugador de la casa. La cantera también está para esto. Se viene de perder mucho dinero por la pandemia y tal cifra debe servir para contentar a Lopetegui con fichajes necesarios que vayan relegando de sus planes a jugadores metidos con calzador en la plantilla. No le veo mucho riesgo a la operación. Las expectativas van en doble sentido. Puede que Bryan se convierta en Neymar, ojalá, y puede que Lopetegui no ponga a Bryan todo lo esperado. Entonces, lo que hoy vale 25 mañana será 8. Quién sabe... La realidad es que los 25 están encima de la mesa hoy. Y, en estado de necesidad, hay que cogerlos.

La operación la completará Lamela. Para mí es lo de menos. No es un cualquiera, desde luego. Se ha puesto camisetas muy importantes. Con él, se supone que crecerá la competencia. Le he visto a fogonazos y sí, tiene mucha calidad, pero me faltan minutos para comprobar si su calidad es de la buena, de la que ayuda a ganar muchos partidos, o de mentira, tipo Mudo Vázquez. Ya veremos. Mientras, el Sevilla va camino de cerrar una venta que perfectamente se puede ir a los 40 millones en valor contable por un chaval que, ojo al dato, no renovaba estando ya en la inquietante frontera de los dos años del final de su contrato. Sinceramente, a esta oferta es muy difícil decirle 'no'.