El Sevilla no tiene solución

Zona mixta

29/10/2022

Diluido el efecto Jorge Sampaoli en el banquillo, negros nubarrones se ciernen sobre el futuro más próximo del Sevilla. Si no pasa nada extraño, el actual equipo sevillista será incapaz de ganar ninguno de los dos partidos que tiene por delante, el derbi en el Benito Villamarín y el duelo ante la Real Sociedad. Luego pondrá final a este primer tramo de la temporada con el duelo copero. El problema de este equipo, como cualquier analista podía deducir, va mucho más allá del hombre que esté en el banquillo. Responde, simplemente, a la increíble dejadez que los dirigentes deportivos de la entidad a la hora de confeccionar un plantel con garantías para pelear por los puestos altos de la clasificación y defenderse con dignidad en la Champions. Nadie puede entender cómo la dirección deportiva, encabezada por un Monchi con un crédito enorme, ha podido dilapidar todo su talento dejando caer a un equipo que venía dando síntomas de decadencia desde el pasado mes de febrero y que se quedó sin su guardia pretoriana salvadora: los centrales Koundé y Diego Carlos, más el infalible Fernando.

La multiplicación de jugadores del mismo corte del centro del campo en adelante, el agotamiento del método de Julen Lopetegui, la tardía y la escasa calidad de los refuerzos que llegaron en verano y la ausencia de físico y velocidad como producto de la delirante planificación son las causas principales de la monumental caída del Sevilla, un equipo que había sido ejemplo de rendimiento y competitividad en las últimas temporadas bajo el halo de un gran Monchi. Sin duda, todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Los equipos, de vez en cuando, se caen. Pero resulta bastante complicado entender cómo no se vio esta caída desde la segunda vuelta de la pasada temporada para poder atenuarla. Cuando los equipos caen en esta dinámica, fruto, insisto, de un horrible trabajo en los despachos, la solución se antoja muy complicada. Había que echar a Lopetegui, probablemente, pero nada aseguraba que la solución fuera un entrenador del perfil de Sampaoli, que ante el Rayo realizó un planteamiento espantoso y dio la sensación de que el equipo se le ha ido de las manos. El Sevilla, por lo tanto, no tiene solución. Al menos en quien esperara una rápida reacción para pelear por los puestos altos. No es una anécdota estar casi en los puestos de descenso a estas alturas de temporada. Es una cruda realidad que puede deparar consecuencias catastróficas.