El laberinto de Setién

Zona mixta

Rafael Pineda 22/10/2018

Le faltó un punto de autocrítica a Quique Setién en su rueda de prensa posterior a la derrota ante el Valladolid, un torpedo en la línea de flotación del conjunto verdiblanco. Esencialmente, porque un rudo planteamiento, basado en la acumulación de hombres en defensa, la renuncia del balón y una gran intensidad defensiva bastaron para ganarle un partido al Betis. Resulta poco comprensible que Setién critique que el Valladolid se meta con 10 hombres en su área. Tampoco fue eso lo que se vio sobre el césped. Más bien una superioridad manifiesta de los jugadores del Valladolid, mucho más rápidos e intensos que los futbolistas del Betis en cada disputa. Entiendo que Quique defienda su estilo. También hay algo de accidente en esta victoria del Valladolid, sin duda, pues tiró dos veces y marcó un gol, pero los datos no mienten. El Betis, con cinco goles a favor, es el equipo menos goleador de Primera. Lo más preocupante de este choque con el Valladolid es que, a diferencia de otros encuentros, el Betis no creó ocasiones claras de gol porque fue incapaz de generar fútbol, desborde y pases para superar un ordenado entramado defensivo.

El problema es de calado. El Betis adopta la pose de equipo grande por la filosofía de su entrenador y también porque los rivales le respetan, sin duda, pero entienden también que es fácil darle el balón y esperarle en busca de un error y un contragolpe certero. Jugar a la posesión ante rivales que defienden al borde de su propia área y desarmarlos con talento, verticalidad y último pase no está al alcance de muchos jugadores de la plantilla bética. Es decir, lo pueden hacer en ocasiones Joaquín, Guardado, Canales o Lo Celso, pero es mucho más complicado cuando el turno es para Boudebouz, Carvalho o Inui. Como el Betis tampoco dispone de delanteros capaces de ganar un partido por sí mismos (algo a la altura de muy pocos equipos de Primera), el juego del Betis puede resultar desesperante y aburrido.

Solo el talento, la calidad y la pegada pueden desarmar planteamientos como los del Valladolid. Tampoco ganará muchos más partidos el conjunto castellano porque su fórmula quedará agotada más tarde o temprano. Setién debe encontrar la salida a su laberinto sin aparentar desprecio a las ideas de los demás equipos. Entiendo que el camino está marcado y que el estilo debe mantenerse, aunque no está de más perfeccionar la idea y avanzar, por ejemplo, en una mayor iniciativa individual de los jugadores, reacios muchas veces al pase al hueco o el regate por la comodidad de dar el pase atrás y mantener el balón. Al mismo tiempo, bien haría Serra en buscar alternativas en la delantera. El momento de Sergio León no es bueno, Loren se ha atascado y de Sanabria no hay noticias.