Lícita la queja, pero no es culpa de los árbitros

Zona mixta

Rafael Pineda 26/01/2020

Mucho barullo y poco fútbol. El Getafe-Betis se decidió por dos acciones decisivas. Es oportuno el análisis. Tanto la mano de Ángel como la de Álex Moreno (ya van dos) son penaltis según el reglamento, puesto que la normativa deja claro que cualquier mano por delante o por encima de la cintura dentro del área es penalti sea la mano voluntaria o involuntaria. El único argumento al que puede aferrarse el Betis, y es importante, es preguntarse por qué una acción propició que la sala VAR avisara a Prieto Iglesias y la otra no. Pero ya está. No conviene cargar las tintas en el arbitraje de Prieto Iglesias, al que los futbolistas de uno y otro equipo masacraron con protestas, gestos, simulación de agresiones y una cantidad enorme de acciones antideportivas. Conviene la reflexión en el Betis y no el lloro. Es entendible la frustración por la actuación de la sala VAR, pero cuidado con caer en la eterna excusa. Ni Prieto Iglesias sabía que había habido mano de Ángel. Es normal que los dirigentes y técnicos béticos protesten por la conducta de los responsables del VAR en este encuentro, pero no que eleven la voz de forma desaforada para buscar ventaja y causar a los árbitros de la mediocre temporada que está haciendo el Betis.

No es culpa de los árbitros que el Betis haya hecho el ridículo en la Copa. No es culpa de los árbitros que ocupe la 12ª plaza a siete puntos de la sexta plaza, su objetivo. No es culpa de los árbitros que Fekir no rinda y parezca fuera de forma. No es culpa de los árbitros que un delantero que costó 30 millones de euros no juegue (tres goles). No es culpa de los árbitros que el Betis solo haya ganado uno de los últimos cinco partidos de Liga. No es culpa de los árbitros que los dos fichajes de invierno no jueguen de titular en Getafe. No es culpa de los árbitros que el Betis no tire a puerta en la segunda parte ante el propio Getafe. No es culpa de los árbitros que el Betis fuera de casa no compita y sus jugadores caigan como pardillos en el juego de los futbolistas del Getafe. No es culpa de los árbitros que Rubi dé un paso adelante y 300 atrás. No es culpa de los árbitros que Joaquín, con 80 años, siga siendo el mejor. No es culpa de los árbitros que los béticos se sientan frustrados. No es culpa de los árbitros que el tan esperado crecimiento no se plasme en un primer equipo que compita por Europa de verdad un año sí y otro también. No es culpa de los árbitros que Álex Moreno salga a penalti y error grosero por partido. No es culpa de los árbitros que Rubi cambie de portero en la Copa. No es culpa de los árbitros que Ángel Haro se haya ido de la Federación sin saberse muy bien por qué o para qué. No es culpa de los árbitros que la temporada, con lo mucho que queda por delante, parezca finiquitada después de invertir tropecientos millones. No es culpa de los árbitros echar al director deportivo y al entrenador con los que el Betis le metió cinco al Sevilla y quedó por delante en la Liga del eterno rival en una magnífica sexta plaza. No es culpa de los árbitros que cada semana salga una noticia de crecimiento del club en áreas que casi nunca tienen que ver con un buen rendimiento continuado del primer equipo (a ver qué es lo próximo). No es culpa de los árbitros, en definitiva, que el Betis no compita.

Entonces, ¿de quién es la culpa? Mía no.