El día 12 de junio, o antes

Zona mixta

Rafael Pineda 20/05/2020

"Cuanto antes empiece esto, mucho mejor". Así se expresa Joaquín, un prodigio de la naturaleza que a sus 38 años ha pasado dos meses confinado y que ha comenzado a entrenar con sus compañeros del Betis. Han bastado dos semanas para que el discurso del mundo del fútbol haya cambiado. Se ha pasado del miedo al virus a la necesidad de competir cuanto antes. Atrás han quedado ya discursos vacíos, como el hecho de que las plantillas iban a necesitar más de un mes de entrenamientos para ponerse a punto. Las estupideces nacidas de la ignorancia (¿se acuerdan de las famosas Arcas de Noé), los bulos y el hablar por hablar han salido a relucir con demasiada frecuencia en unos tiempos miserables por la falta de competencia de los dirigentes. El mundo del fútbol, gracias a Javier Tebas, ha sido la excepción. Si el famoso comité de expertos que nadie conoce da su permiso, el fútbol volverá el 12 de junio ayudado, también, por la fantástica locomotora de enganche que ha supuesto la Bundesliga. En estos tiempos de regreso a unos parámetros normales, resultan hasta controlables los posibles positivos que puedan darse en las plantillas. Se aíslan los casos y a seguir. "No voy a poner excusas. Ni coronavirus ni ausencia de público ni nada. Hay que adaptarse y competir. Quiero empezar el 12 de junio. Ya llevaríamos cinco semanas entrenando y los jugadores no han parado". Así se expresa Rubi, el entrenador de un Betis ansioso porque empiece la Liga. Y puede ser antes del 12 de junio.

La ambición del entrenador bético supone un espaldarazo en los actuales tiempos, asidos a esa nueva nomenclatura de la desescalada. La sociedad necesita reactivarse y el fútbol llama a las puertas. Será distinto, sin duda, pero será fútbol, once jugadores contra once con un balón de por medio en busca del gol. Es tan importante, que hasta servirá de discusión y entretenimiento en muchas de las colas de los ciudadanos que ya se ven en busca de la ayuda de servicios sociales. No hay que irse a Aluche, en Madrid. Desde la ventana de mi casa en el barrio de la Macarena veo las colas donde ciudadanos buscan comida ante su aterradora situación económica. Igual, hablar de fútbol les sirve de ayuda mientras esperan su turno.