Otra mancha más

Zona mixta

Rafael Pineda 28/06/2020

El Betis está pidiendo a gritos que acabe la temporada. El partido ante el Levante es una mancha más en una temporada tan mediocre que los béticos apenas sienten y padecen ya con este equipo tan frágil. 52 goles en contra ha recibido esta plantilla cuyo nivel se ha sobredimensionado hasta límites insospechados. El Betis ha construido su mentira con un juego pretencioso, con unos aires de presunto equipo grande en busca de un estilo de toque que no es más que el resultado de la delirante idea de los que gobiernan la entidad. El Betis, realmente, no juega a nada, entregado a un grupo de jugadores que se creen más buenos de lo que son y que, en líneas generales, no han sido capaces de mostrar la mínima competitividad para pelear por los puestos altos de la tabla. Pero conviene no engañarse. Para pelear por los puestos altos de la tabla un año sí y otro también deben cambiar muchas cosas. La amanerada plantilla del Betis no es más que el reflejo de una entidad pésimamente dirigida en el aspecto deportivo, aunque eso ya ha quedado reflejado una y otra vez en estas líneas.

Haro y Catalán han manifestado que se sienten fuertes para seguir al mando del Betis. La colección de proyectos fracasados no hace mella en el ánimo de los dirigentes béticos. Como tampoco se articula ninguna alternativa desde los mayores accionistas de la entidad, el binomio que dirige la entidad se mueve con tranquilidad ejerciendo el mando. Desde ahí contempla cómo un equipo como el Levante le hace cuatro goles a un Betis sin tensión, destrozado y con poco ánimo competitivo. Perdido en la mediocridad y con seis partidos por delante, solo se puede rezar para que suene la flauta y Haro y Catalán sean capaces de crear un Betis sólido y competitivo. La empresa no es fácil. Requiere la llegada de un director deportivo, de un entrenador y de un buen número de jugadores que reconstruyan un proyecto nacido de la soberbia y la altanería. Pocos creen en la capacidad de la pareja dirigente para crear un Betis sólido. Pero es lo que hay. Con Haro en la presidencia el Betis no ha bajado a Segunda, pregonan los defensores del sistema. Y Haro solo se irá si hay descenso (se supone que Josemi con él). Así que toca la enésima reconstrucción bética en un fútbol afectado por una pandemia y un club con escasos recursos financieros después de la inversión de la pasada temporada. Todo un reto.