muchodeporte.com : Rafael Pineda

Qué pena de Betis

Zona mixta
Rafael Pineda
Rafael Pineda
20/07/2020

Sirva el titular, no obstante, para abrir una rendija a la esperanza. A poco que haga Manuel Pellegrini no tiene más remedio que mejorar el esperpento de temporada que ha perpetrado el Betis. Los datos son aterradores. El Betis acaba 15º y habiendo recibido 60 goles. Ha ganado 12 partidos, empatado otros 12 y perdido 17. El Betis de Haro y Catalán emprende un tenebroso viaje al pasado. Fue 15º en 2017 después de otra desastrosa temporada, enmendada posteriormente con la llegada de Setién y Serra al Betis. El problema es de hondo calado. Con una plantilla aceptable, el curso es el triste resultado de la soberbia de sus dirigentes, que decidieron tomar el mando de la planificación deportiva con nefastos resultados. El Betis fichó a un entrenador sin carácter, Rubi, devorado por la grandeza de la entidad e incapaz de imponer sus criterios a unos futbolistas que añoraban a Setién. La organización de la plantilla realizada por López Catalán y los técnicos del club debilitó la portería, tiró a la basura una millonada en la compra de Borja Iglesias y pagó otra por un futbolista enorme, Fekir, pero sin alma de líder e incapaz de comandar un proyecto de altura. Catalán y sus técnicos fueron incapaces, también, de dotar de más fiabilidad a una defensa que necesitaba contundencia por el medio y también en los laterales. La fragilidad de la plantilla verdiblanca asusta.

Catalán y sus técnicos ofrecieron, además, una nefasta gestión con Rubi. Amagaron una y otra vez con destituir al entrenador catalán, no lo hicieron cuando debieron y su única alternativa durante todo ese periodo era repescar a Setién como si no hubiera más entrenadores válidos en el mundo. Sin capacidad para tomar decisiones, Haro y Catalán mantuvieron la fe de mentira en el entrenador y los futbolistas esperando lo que no podía llegar. El Betis jamás dio sensación de regularidad como para pelear por Europa, el objetivo del curso. La acumulación de partidos decepcionantes y la eliminación copera ante un Segunda como el Rayo y con los suplentes no alteró la parálisis de dos gestores penosos en la parcela deportiva. Es más, pagaron cuatro millones de euros por Guido cuando el futbolista quedaba libre en junio. La planificación en el mercado invernal se cerró con la llegada de un futbolista bueno como Aleñá, pero incapaz de competir en un equipo tan viciado como el bético. El Betis no necesitaba a Aleñá, un perfil de futbolista que tenía ya en su plantilla.

La ausencia de mentalidad ganadora, el escaso conocimiento del fútbol, la falta de exigencia en una entidad apesebrada y la soberbia desmedida han sido los pecados de los dirigentes béticos, obligados ahora a entregarles las llaves del Betis a Pellegrini y al director deportivo que llegue. Puede que suene la flauta y el Betis sea capaz de competir por algo el próximo curso. Quién sabe porque esto es fútbol. Pero con las deficiencias básicas que presentan sus dirigentes, la ausencia de una oposición que ejerza una labor de vigilancia y apriete a Haro y Catalán, más una afición incapaz de rebelarse ante lo poco que le ofrecen, la llegada de un entrenador, por buena trayectoria que tenga, no parece suficiente como para cambiar el triste sino del Betis de Haro y Catalán.


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