La obra social del Sevilla

Zona mixta

Rafael Pineda 12/08/2020

Sumergidos en un verano de ausencia de certezas e inmersos en las dudas vitales que provoca una pandemia a la que deben hacer frente ilustres ignorantes, pocos son los asideros de alegría y esperanza. Pero los hay. Y tanto. El primero, sin duda, es el fútbol. En este fantástico escenario que alivia las almas, reluce de forma maravillosa el Sevilla. El Sevilla es la vida, el optimismo, la esperanza y la creencia de que se puede luchar, e incluso derrotar, a la miseria que nos rodea. Un equipo construido por una cabeza prodigiosa, Monchi, muy bien entrenado por Julen Lopetegui y dirigido sin estridencias pero con una idea clara por José Castro que encuentra respuesta en un plantel comprometido y competitivo. Un club exigente e imparable, clasificado como cuarto para jugar la Liga de Campeones y en semifinales de la Liga Europa, entre los diez primeros del continente por coeficiente UEFA y que, además, no ha perdido ese aire familiar que le hace cercano y, a la vez, casi indestructible. El Sevilla, sin duda, es la mejor representación de la idea de resistencia frente al poder establecido, una especie de aldea gala que sorprende por su capacidad combativa en un país, Andalucía, a la cabeza en los índices de pobreza y paro de España.

El Sevilla es un milagro. Una obra de arte destinada a ser estudiada en las universidades por los siglos de los siglos, esculpida en una centuria donde transformó su cara de perdedor en un alma de equipo ganador que le hace moverse entre la realeza europea con delanteros como De Jong o En-Nesyri. El domingo espera un partido soñado. Una semifinal europea ante el Manchester United, el equipo más rico del mundo. Un enfrentamiento que a finales del siglo pasado era, simplemente, una enorme entelequia. Un modelo de éxito que no ha necesitado una millonaria inversión extranjera y que confirma que los sueños, incluso en este fútbol tan elitista y comercializado, son posibles. Orgullo de su gente y espejo evidente para los mediocres, el Sevilla no para de proporcionar alegrías en este verano tan extraño. Menuda obra social. Que no pare, por favor. La historia ya tiene reservado un hueco a este equipo que siempre quiere más.