Pellegrini no se entera

Zona mixta

20/12/2020

No había demasiados argumentos para pensar que un Betis de este perfil pudiera sacar algo positivo ante un rival como el Granada. El equipo verdiblanco siempre concede, un pecado capital frente a equipos tan bien construidos como el de Diego Martínez. Lo que resulta realmente doloroso es la escasa capacidad de Pellegrini para ver algo tan evidente. El Granada, hoy por hoy, es superior al Betis, así que no resulta nada práctico plantearle un partido con un doble pivote que toca y toca, con un chaval como Rodri pegado a la banda izquierda y un fútbol, en definitiva, nada apropiado para desarmar a este buen rival. El Betis es un equipo tan pretencioso que ya no engaña a casi nadie. Con esos centrales de tan escasas prestaciones y futbol de toque y toque y balón al pie el Betis es pasto fácil de contrincantes como el Granada, que muerde y contragolpea con eficacia. El Granada dominó al Betis en todas las facetas del juego. Realmente, hizo lo que quiso con él. Le golpeó, le zarandeó, le superó, le marcó y le dio, en definitiva, toda una lección. 

Resultó también doloroso ver a Pellegrini cambiar con tan poco sentido. Otra vez acumuló una gran cantidad de delanteros, un pelotón de futbolistas en el área que solo generaron desorden. El Granada ni se inmutó, a años luz de este Betis tan vulgar que vuelve a acercarse de manera muy peligrosa a los puestos de descenso. Es incomprensible, además, que Pellegrini apueste por un doble pivote Guido-William absolutamente ineficaz, así como por darle minutos a futbolistas como Juanmi, cuya aportación al Betis es un poco más que cero. Pellegrini, con estas decisiones tan erróneas, se despeña como la propia entidad, que se entregó a él como el salvador en el aspecto deportivo y que es incapaz de hacer competitivo a un equipo que acumula ya ocho derrotas en catorce partidos y ha recibido 26 goles. Y un ruego. Es conveniente que Pellegrini deje de hablar de errores individuales y de concentración. Si se producen es por la ausencia de calidad y talento en sus futbolistas, lo que desnuda la planificación, y evidencia también la propia capacidad del técnico para subsanarlos.