No eleven nada a definitivo

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 24/07/2018

Me siento un privilegiado. Camino por este mundo del periodismo tan prostituido y maltratado con el aporte universitario de la licenciatura, aunque más que una base teórica me regaló un compacto grupo de amigos indestructible,  y con la sabiduría de haber bebido de la Universidad real: José Antonio Sánchez Araujo.  Hace muchos, muchos, muchos, casi en otra vida, el maestro Araujo me invitó un jueves santo a una bonita aventura cofrade. Aquella tarde me acompañó mi tío Pepe, que deslumbrado por la compañía, me dijo: “No te vayas a separar nunca de este hombre. Sería un error”. Y eso es lo que he hecho, seguir al maestro toda la vida.

De él heredo algunos miedos absurdos como el problema de dónde aparcar el coche, la obligación de recoger las acreditaciones 200 horas antes de un partido o entrar en un aeropuerto con miedo a todo (colas, facturación, el ticket de parking)… Con esos miedos nos moriremos unos pocos que seguro que ahora sonríen cuando estén leyendo estas líneas. En el último viaje con el Sevilla me encontré a mi compañero Oliva haciendo cosas extrañas delante de la máquina del parking... Sonreímos los dos. Con esas taras hay que vivir, querido. Pero todos esos miedos quedan enterrados por sus lecciones sabias y su inteligencia para interpretar los momentos del periodismo. Gracias, de todo corazón. Hace muchos, muchos, muchos años, casi en otra vida,  Sánchez nos advertía con lucidez: “Señores, al delantero no hay que darle hasta que acabe el partido porque marca en el noventa y la crítica te la tienes que comer”. Cosas de sabio. Pero en esta época veraniega siempre insistía en repetir: “No elevéis nada a definitivo durante la pretemporada. Porque lo que hoy es negro mañana es blanco. El verano no tiene nada que ver con la competición”. Cosas de genio. Y siguiendo las enseñanzas, me atrevo a reconocer que durante esta época, siempre que puedo, guardo la guadaña para evitar juicios erróneos.

Escoltado por esta sabiduría, me mantengo sereno en este blog que me habilita el imperio Muchodeporte para no cargar con dureza contra la extraña planificación del Sevilla basada en… la nada. Cuando se acerquen a este rincón, quizá el club haya ya incorporado dos nuevos centrales, dos operaciones que no limpian mi sorpresa ante la quietud del club. Al parecer, la dificultad del mercado ha paralizado muchas operaciones. Esa es la explicación oficial, que prefiero creerla. A usted aficionado del Sevilla también le interesa agarrarse a ella porque pensar que la inacción tiene algo que ver con la creencia de que la base del equipo del año pasado es competente sí sería un argumento para echarse a temblar. Algunos piensan que el verano tiene la capacidad de arreglar vidas aburridas y mejorar a algunos jugadores. No es cierto. En septiembre volverá usted a su vida monótona y Muriel seguirá sin hacer goles. Pero no abandonemos lo aprendido: es cuestión de esperar al inicio de la competición para hacer una valoración más justa y acertada de la planificación definitiva.

En el Betis, curiosamente, existe el caso contrario. Es cierto que Serra Ferrer ha sabido moverse en algunas operaciones y que su capacidad para generar energía es patente. Pero el elogio desatado es una moda, sin más. Perder a Adán por un millón de euros y cambiar a William Carvalho por Fabian a mí me genera ciertas dudas. Pero, insisto, no abandonemos el camino. “No eleven nada a definitivo y menos en verano”. El 19 de agosto pasaremos revista. Gracias maestro, de todo corazón.