LA "MALDITA" IDEA. Uno de los errores más comunes en el fútbol es aferrarse con cabezonería a las decisiones erróneas. Los entrenadores suelen ser los protagonistas principales de estas historias de eternas apuestas por lo que ellos definen como "la idea inamovible". En el Sevilla hay un ejemplo reciente muy claro: Berizzo. El argentino no se movió ni un milímetro de su idea de "protagonizar" (¡vaya estafa!) y se comió los polvorones en casa. Pablo Machín ha sabido reconocer que el camino que escogió era el equivocado. Deshizo esa "idea" preconcebida de muchos jugadores con la que los entrenadores llegan al club para firmar una obra genial ante el Real de Madrid. Su apuesta por Nolito en vez de Ben Yedder era altamente ridícula y peligrosa para su futuro. La reacción merece el elogio. El equipo llevó su firma en la noche del miércoles y para él la corona de laureles, claro está.

DOS MENTIRAS DESMONTADAS. Si uno es capaz de salirse del rebaño, alcanzará la iluminación. Y podrá desmontar con frialdad la programación a la que el pueblo está sometido. El fútbol mantiene algunas teorías dañinas como realidades. El famoso pivote defensivo es una de ellas. ¿Por qué diablos hay que jugar con un tipo en el centro del campo de rendimiento cuestionable sólo por cumplir con ese puesto de medio defensivo? Maldito equilibrio. El pivote defensivo debe jugar si es bueno, muy bueno.  Machín decidió cambiar estas obligaciones tácticas para eliminar la presumible alineación de Roque Mesa y apostar por fútbol: Franco Vázquez-Banega. El resultado fue maravilloso. La otra gran mentira que se ha puesto de moda es… jugar con un solo delantero. Y si tienes dos buenos, ¿no pueden jugar juntos? El entrenador desmontó estas dos estupideces y salió ganador.

VIVIR EN LOS EXTREMOS. El Sevilla se ha habituado a vivir peligrosamente en los extremos. En solo unos días, se ha pasado del "Castro vete ya" a soñar con nuevas hazañas. Es cierto que el fútbol merece un análisis casi salvaje tras cada partido porque es lo que lo alimenta, pero de ahí a la locura va sólo un paso. No obstante, haría bien el club en analizar por qué desde dentro se alimenta ese ambiente pesimista que es abrasador en algunas ocasiones. Lo habitual es echarle siempre la culpa al otro para justificar un roce o un problema, pero lo acertado es mirar hacia uno mismo. Del Nido no va a tener la culpa también de la muerte de Manolote… La victoria ante el Madrid recupera impulsos de grandeza. La grandeza hay que alimentarla día a día y, fundamentalmente, hay que creer que uno la posee. Revisen el verano y encontrarán muchas explicaciones. Ah, y preparen el mercado de invierno para corregir los errores.

IMPLICACIÓN DESMEDIDA. En la noche del martes, un vecino del altar de la opinión de este portal abutanado, me llamó alarmado: "Ha pasado algo tremendo. La niña de Vaclik se ha caído de un primer piso… No voy a entrar en ese asunto. Es muy personal y los abuelos aún no han podido ser localizados”. A estas alturas, no tengo ganas de joderle aún más la noche a un tipo que ha visto como su hija se despeña. Tras el partido, y con la chica fuera de peligro, la noticia tomó cuerpo. Vaclik no dudó un minuto. Tras pasar la noche en el hospital decidió jugar. Sin duda, el Sevilla ha firmado a un gran portero y a un tipo con el que me metería en una trinchera. Desde hace años, el club transmite una serie de códigos que motivan a los futbolistas. Es la resaca de los títulos. El partido de Banega y la implicación de Franco Vázquez, para enmarcar.

FRANCO VÁZQUEZ.  Si todavía hay alguien que no ha sido abducido por la religión basada en la creencia en el fútbol de “el Mudo”, está perdonado. Es cuestión de fe. Se tiene o no.  Poco más puedo añadir a lo que escribí hace algunas semanas de él bajo el título “La biblia” (https://www.muchodeporte.com/blogs/6/me_levanto_y_me_voy/2056/cuestion_de_fe).