muchodeporte.com : Víctor Fernández

Silencio, juega Franco

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
08/10/2018

A Franco Vázquez lo apodaron en su día "el Mudo" por su capacidad para estar horas y horas guardando silencio. ¡Qué virtud más maravillosa! Qué necesidad tiene de hablar si su obra la hace con los pies. Ese silencio que le rodea es el aura que transporta a los elegidos. El silencio maestrante. El silencio de Morante. El mismo silencio que asfixia a los fieles segundos antes de que La Macarena aparezca por la puerta. Es pura fe en el silencio.  Su fútbol no es ruidoso, es… silencioso. Parece que no está pero siempre aparece: para echar cuerpo a tierra y barrer un balón, para construir una pared, para lanzar una contra, para hilar muy fino una jugada, para dar el último pase definitivo. Juega y sonríe, en el campo es el único momento donde habla.

El primer gol nació de su calidad. Cuando el Celta había atascado todos los conductos, se inventó una galopada en el centro del campo para ir dejando atrás las líneas defensivas. El arreón quizá pasó desapercibido para aquellos que sólo levantan la cabeza del móvil cuando oyen que el balón ronda el área. El segundo gol llegó precedido de un pase maravilloso a Sarabia. Dulce, suave, perfecto, milimétrico. Lo trazó como el que va a por el pan. Dos pinceladas geniales que valieron para sumar la victoria. Es difícil para algunos aceptar la decisión que provoca no haber apreciado antes sus cualidades cuando uno empieza a ver cada domingo el milagro del pan y los peces. Están perdonados. Y un consejo, no duden de él, así disfrutarán más de su fútbol. Es pura religión. Machín perseveró durante un tiempo en algunos errores, pero desde el inicio tuvo claro que Franco Vázquez era el camino adecuado. El Sevilla es hoy líder gracias al "mudo", un tipo diferente que el día que asimile el poder que tiene pondrá boca abajo el Sánchez-Pizjuán. Será entonces cuando la afición gritará: silencio, juega Franco.


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