muchodeporte.com : Víctor Fernández

Benditas bajas

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
14/10/2018

 INDESTRUCTIBLE

Un buen amigo me suele repetir: “El Sevilla me confunde. Es inexplicable su capacidad para reaccionar. Parece que se hunde y… ¡Toma! Destroza al Madrid”. Hace una década, la Feria de Fráncfort  adelantó la desaparición del libro: “El formato digital se comerá al papel en diez años”. Por lo visto, habrá que esperar para enterrarlo. Detrás del libro hay algo mágico, diferente, un atractivo impulso adictivo y renovador. Como el Sevilla. De momento, ese poder sostiene al papel y al actual líder que no deja de sorprendernos. Eso sí, hasta la energía desconocida hay que alimentarla. Si los índices de lectura caen más, en España el papel acabará en las barbacoas. Si el club no elimina de raíz cualquier brote de conformismo, veranitos desconcertantes e incompletos y no se asume de verdad que el Sevilla actualmente es un grande, ni Harry Potter sostendrá la magia que actualmente lo envuelve.

BENDITAS BAJAS

La semana en la que el Sevilla le da brillo a su liderato esconde unas declaraciones de Pablo Machín que, inexplicablemente, han pasado desapercibidas. “Han sido días complicados. Con las bajas, pusimos todo lo que teníamos arriba”. Ahí está todo. El pecado y la confesión. El error y el acierto. La mala suerte y la reacción. La cobardía y la valentía. Ni el propio Machín es consciente de la profundidad de ese comentario. Quizá, si los lesionados no se hubiesen acumulado no hubiéramos disfrutado de ver jugar juntos a Banega, Franco Vázquez, Sarabia, Ben Yedder y André Silva. Los entrenadores viven encorsetados por el miedo, el mismo miedo que rodea nuestra vida. El miedo a perder siempre lo que tenemos y nos gusta. Machín no tuvo más remedio que acudir al desapego y lanzarse a la aventura. Y le ha salido bien, aunque haya necesitado un empujón del destino. La lección es espléndida. El miedo no genera hazañas.

EXIGENCIA Y EQUILIBRIO

Pepe Castro, durante la entrega de los premios José Antonio Blázquez: “Aplaudiremos la exigencia, pero no debe estar reñida con el equilibrio. Hace unas semanas todo era un desastre y ahora fijaros donde estamos…”. No le falta parte de razón al exitoso presidente. La petición masiva de su dimisión ante el primer tropiezo roza la exageración, toca lo inexplicable y se acerca al ridículo. Pero haría bien el club en analizar con profundidad la gestión de sus mensajes y actuaciones durante todo el verano. Si el Sevilla es el sexto mejor equipo de Europa, si lidera la Europa League, si es considerado un grande en cada viaje; quizá algo se esté haciendo mal para que el sevillismo dude en ocasiones. Y, por favor, no señalen a Del Nido. Él arrastra los errores cometidos, pero no es responsable de ciertos mensajes pobres, de decisiones escasas de fuerza y de que el entrenador apostara por Roque Mesa y Nolito. El Sevilla buscó en la última semana de mercado tres fichajes que consolidaran el proyecto. Sólo llegó uno. Ahora el entrenador reconoce que "es obvio" que el Sevilla necesita un central y otro atacante. Su petición es exigente; la ausencia de esos fichajes, una prueba para evaluar la ambición.

EL MADRID REPELE

No he encontrado mayor unanimidad entre los aficionados que la alianza de todos con mis habituales tiritos al “periodismo capitalino” y al “Real de Madrid”. Sinceramente, no es una pose, ni parte de ningún juego mediático. A estas alturas ya no estoy para eso. Pero si el Madrid y la prensa que lo rodea generan tanto distanciamiento (por no utilizar otro término más contundente) es porque se lo han ganado a pulso. La imagen que ilustra este texto lo resume todo. El autor del gol del Alavés, Manu García, que acababa de desatar una crisis en el Madrid se quedó solo en su comparecencia ante los medios porque… Sergio Ramos atendía también en ese momento. Si el Madrid gana, interesa. Si el Madrid pierde, la derrota tiene más repercusión que el ganador. Si no aparece Sergio Ramos es Marcelo o Nacho o Modric o…  Siempre hay una excusa. Es posible que los datos de audiencia justifiquen esta forma de actuar, aunque eso sería muy discutible. A mí me aburre. Que no cuenten conmigo.

 


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