muchodeporte.com : Víctor Fernández

Son otros tiempos…

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
15/03/2019

Supongo que cuando lea usted este artículo Machín habrá dejado de ser entrenador del Sevilla. Si no es así, Pepe Castro mostrará con descaro su rendición ante un proyecto mal parido por Joaquín Caparrós y rematado por el todavía entrenador del Gerona. Puedo llegar a entender la desilusión en el aficionado sevillista, pero me extrañaría que la derrota ante la banda del Slavia haya podido provocar sorpresa alguna. No hay nada sorprendente en esta derrota, consecuencia del evidente paso atrás que el club viene dando desde hace tiempo. Desde el pasado verano, en este rinconcito se habla de la caída en picado. Busquen un artículo reciente titulado: "Es el mensaje, estúpido". Lo de Praga es la confirmación de la destrucción de un sueño.

Hace tiempo que Machín da tumbos en el Sevilla. La oportunidad de dar el salto a la grandeza le ha llegado pronto o sin la preparación adecuada. La exigencia lo devoró. Hizo el ridículo en el Camp Nou, ha tirado mil partidos fuera de casa, y en Praga quedó reducido al mínimo por ese miedo que le entra a los que no están listos para aliarse con el éxito. Y todo bajo la atenta mirada de los que mandan, incapaces de reaccionar salvo con mensajes vacíos y poco reales. Dio pena ver al Sevilla jugar contra un modesto rival como un equipo menor, necesitado. Machín no supo cambiar cuando necesitaba ganar. Sólo se activó cuando decidió encogerse aún más. Es la mentalidad del perdedor. Cambiar a Rog por Ben Yedder fue inaudito.  Y acabó el partido de la única forma que beneficiaba al Slavia: encerrado atrás. Machín no lo vio y sus miedos acabaron con él. Cuando ha llegado el momento duro de la temporada, el equipo ha evidenciado la pérdida de calidad y de jugadores de nivel. Ver a Roque Mesa corriendo con una camiseta de titular y a Kjaer defendiendo debajo del larguero es enfermizo. Con cada partido el equipo se hace más mediocre. Ya sólo quedan coletazos como el que dio ante la Real Sociedad. La decadencia puede ser aún mayor si Caparrós se pone el chándal y convierten el quinto puesto en un éxito. Sería otra disparatada improvisación. El pentacampeón dejó en la cuneta su alma, son otros tiempos…


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