A mi dilecto Jesús

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 21/05/2020

A la gente le ha dado por limpiar y mirar en el fondo de los armarios durante la reclusión domiciliaria. Eso tiene un peligro: reencontrarse con el pasado. La mente, siempre al acecho, genera trampas y alarga las sombras en el momento de más debilidad. Lo ideal es enfrentarse a ese trabajo de rebuscar en el ayer con los ojos cerrados, atrapar todo lo que cabe en la mano y tirarlo a la basura. Sin más. El pasado genera también nostalgia porque tendemos a idealizarlo. Pero mirar al pasado ha sido estos dos meses un agradable entretenimiento para muchos sevillistas. Si se hace con frialdad, puede provocar reflexiones interesantes.

Hace unos días, mi dilecto Jesús Rebollo me envió una foto que su prehistórico móvil alcanzó a obtener de una página de periódico de hace 14 años. Qué fidelidad. Era una contra del Diario AS titulada "Por los que faltaron", el día después de la primera UEFA del Sevilla. Me aseguró que la guardaría otros 14 años más y yo le agradezco su amistad. Fueron unas líneas de recuerdo a todos aquellos que no pudieron disfrutar de aquella hazaña. No podíamos ni imaginar lo que vendría después. Llegaron más títulos, viajes por toda Europa, partidos memorables, futbolistas enormes, paseos inolvidables con el maestro Araujo (recuerdo uno con él y Chazarri por un lugar perdido de la vieja Europa que acabó con una cerveza maravillosa), guerras con el poder establecido por la manía de mantenernos firmes en nuestra profesión, tensiones, desayunos para el recuerdo, campos de fútbol llenos, amigos disfrutando de su pasión, amistades reforzadas por el camino como la del eterno Abel García, corazones encogidos, crónicas, la muerte de Puerta, emociones, retransmisiones, nervios… El Sevilla le ha regalado a los suyos un viaje apasionante que ahora han podido revisar con calma. Mi dilecto Jesús me recordó con ese recorte de periódico que tuve el privilegio de contarlo desde la primera línea del frente. Gracias.