Los Falis

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 31/05/2020

Dice Javier Tebas que la demagogia contra la que ha tenido que luchar ha sido asfixiante. Sin duda, el nivel de estupidez con la que se ha juzgado el fútbol y su gestión es propio de un país abducido por el buenismo, lo políticamente correcto y la fachada progre. El caudal de estupideces ha llegado a sorprender a un tipo que pese a elevar el fútbol español a cotas impensables lleva años escuchando la ira de los aficionados que siguen sin entender que la televisión y sus horarios son las que sostienen el fútbol de alto nivel.

Los progres se han desatado durante la reconstrucción del fútbol, encontrando aliados en ese amplio rebaño incapaz de sostener una opinión propia que no suene bien al resto. Entre todos han creado a "Los Falis", una comunidad compuesta por pequeños rebeldes de garrafa que se han emocionado al proclamar al mundo que  "la salud está por encima del fútbol". A uno le duele señalar a ese pobre chaval mal asesorado y formado como la bandera de este grupo, pero es que su nombre en plural recoge a la perfección tanta ausencia de lucidez.

"Ahora vamos a pensar que un bar y un gol de Messi arreglará este problema", decía el otro día la estrella de la radio más progre del país. Otro grito airado desde la trinchera del rebaño analfabeto. Pues nada, nos mantendremos todos de brazos cruzados… Al saco de Los Falis de cabeza. Sólo hay que asomarse a la actualidad para encontrar un caso detrás de otro. Arguiñano, quien en su día no dudó en calificar de maltratador a Rubén Castro (les recuerdo que salió absuelto), dijo: "Los sanitarios se han jugado la vida y los futbolistas, con sus tatuajes, ya tienen test. Es de país de tercera". Un comentario abyecto y erróneo. Por cierto, busquen sus análisis sobre los asuntos delicados de su tierra y el ilegal referéndum catalán porque son muy interesantes. Sin olvidar la cascada de impedimentos, críticas, rajadas y problemas que han puesto los propios beneficiados del negocio.

A estas alturas, la demagogia con la que se sostienen aún muchos chiringuitos y la falta de ideas firmes y reales siguen maltratando a los que se levantan cada día con ilusión de trabajar. Lo sorprendente es que muchos de los que viven de este mundo deseaban que todo se fuera al carajo porque hace dos meses, sin argumentos ninguno, dijeron que no se volvería a jugar al fútbol.  Y sueñan con que en algunas semanas se desate un foco vírico para entonar el "ya lo decía yo". En fin, cosas de Los Falis…