Grandeza

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 14/07/2020

Se ha puesto de moda criticar al Sevilla. Quizá sea por la rabia que provoca que un tipo tan sencillo como Pepe Castro haya transformado los avanzados fracasos en éxitos de catálogo. Quizá porque los que tenían cuentas pendientes con Monchi no supieron arreglarlas con educación. O quizá por esa capacidad que tiene la afición sevillista de ser autosuficiente, de no necesitar el aplauso capitalino y por ese aire desagradable que desprende. El sevillista sólo es del Sevilla. Lo demás le molesta. Y esa fuerza en la confianza en su pasión genera muchas envidias. "La grandeza a menudo consiste en que no te comprendan bien", relata Ralph Waldo Emerson en su brillante ensayo "Confianza en uno mismo".

El Sevilla es una máquina de generar felicidad entre los suyos. Pero sólo por unas horas, porque la invitación para estar el año que viene entre los grandes se entenderá como una anécdota ante otro asalto a la Europa League. La exigencia es eso y no un bonito discurso en un atardecer veraniego cuando es imposible perder. El sevillismo decidió hace tiempo vivir con esa intensidad y no le van mal las cosas. El club fortalece su personalidad con esta manera de entender el Sevilla. Ralph Waldo Emerson (1803-1882) estudió teología y se convirtió en pastor. A lo largo de su vida impartió unas 1.500 conferencias y siempre quiso que el juicio crítico acompañara su sombra: "La crítica es más salvadora que la adulación. Yo detesto verme defendido por un periódico; mientras todo cuanto diga sea en mi contra, siento cierta seguridad de éxito; pero tan pronto como me veo alabado, cuando se emplean palabras dulces en mi favor, me considero como un hombre indefenso ante sus enemigos".  Para vivir así hay que tener mucha personalidad. Castro arregló lo que tenía que arreglar para repatriar al mejor en su puesto y en este puesto. Monchi sanó sus heridas y la sangre volvió a correrle por las venas con tal fuerza y valentía que apostó por… Lopetegui. Lo que no sabe este entrenador es que esta gente que lo miraba de reojo siempre agradece a los que tratan bien a su Sevilla. El club ha regresado a la Champions, pero mañana volverá a sentir la exigencia. Así es como se genera la grandeza.