Un grito de rebeldía
Me levanto y me voy
Víctor Fernández 12/08/2020 |
Debe ser muy difícil ser del Sevilla en un entorno tan mediocre. En una ciudad que lleva décadas sin aspirar a nada, elegir la opción de ser sevillista es una temeridad. El miedo al fracaso y la comodidad de apostar por la gracieta, la anécdota y el ombliguismo invita a alejarse a mil leguas del Sevilla. ¿Qué necesidad hay de convivir con la ambición insaciable, el descaro, el atrevimiento y la obligación de querer ser mejor cada día? La opción de la toalla y el conformismo, sin duda, promete menos ansiedad. En un ambiente de recortes de grandeza, el Sevilla es un grito de rabia y rebeldía.
El maestro espiritual Pablo D’ors aconseja llevar a cabo un reto simple pero muy peligroso: mirarte al espejo en silencio durante varios minutos. "La mayoría no aguanta y rompe a llorar al no reconocerse", asegura. Este equipo podría estar una eternidad frente al espejo sin inmutarse. Cuando el Sevilla se enfrenta a su imagen se reconoce y dibuja una sonrisa, la manera más digna de vivir. Da igual lo que piensen otros, el Sevilla se mira y se acepta porque representa todo lo que pregona: humildad, exigencia, grupo, trabajo, ambición, descaro. La afición se siente orgullosa de verse representada en esta actitud. El club hace muchos años que se alejó de la idiocia y del victimismo. Acude a la batalla como un guerrero espartano, disfruta las alegrías como un emperador romano y lame sus heridas como un gato, sin buscar en el exterior el aplauso del señorito ni las justificaciones ante el tropiezo. El Sevilla lo ha vuelto a hacer. ¿Otra vez? Sí, otra vez. El equipo, de nuevo, está metido en un "lío gordo", bajo el silencio imperial de Pepe Castro y la divinidad de Monchi. En dos partidos hemos visto dos mundos distintos, dos maneras de interpretar el fútbol. Excelencia. Con todo el país de vacaciones, el Sevilla sigue trabajando y lanzando al aire un grito de rebeldía.
-
El guardián de los sueños
· Víctor FernándezLos periodos de convalecencia te enriquecen. Calma, no les soltaré otro ladrillazo sobre ese término tan...
-
Empobrecimiento
· Víctor FernándezCuando lean esta pieza, posiblemente el derbi ya se habrá disputado y otro puñado de acontecimientos habrán disparado los debates hacia otro lado. Se...
-
El paso de Djokovic
· Víctor FernándezDos años después aún no nos hemos enterado de qué va esto. La “pandemia” ha confirmado la decadencia de Occidente, la...
-
El común sinsentido
· Víctor FernándezGilbert Keith Chesterton, escritor, ensayista, filosófo y polemista británico y católico, dijo que "una sociedad está en decadencia cuando el...
-
Soldados de Rodríguez
· Víctor FernándezLa batalla que se llevó a cabo en el año 480 a.c. en el desfiladero de las Termópilas entre los espartanos y el imperio persa se pone siempre como...
-
Los Dioses hablan
· Víctor FernándezHablábamos el otro día de las señales. De algo que chirría en el Sevilla y que no transmite buenas sensaciones. Algunos han querido mitigar el...
-
Noche oscura del alma
· Víctor FernándezSe puede morir de éxito. El Sevilla, ni mucho menos, murió en Salzburgo, pero ciertas señales invitan a reflexionar sobre el asunto. (Léase...
-
Vueltas en círculos
· Víctor FernándezSe lo leí alguna vez a Eduardo Galeano: “¿La historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de...
-
Simplemente Joaquín
· Víctor FernándezSeamos sinceros, a ninguno de los que apreciamos a Joaquín con la misma intensidad con la que admiramos a Rafael...
-
Qué pesadilla
· Víctor FernándezLos dos esperpentos firmados por España han servido, bendito sea Dios, para librarnos de la Selección y la romería que arrastra hasta el...