muchodeporte.com : Víctor Fernández

Hostia… consagrada

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
20/01/2021

Ya nos hemos acostumbrado a muchas cosas. En el transcurso de unos meses hemos aceptado que nos digan cuándo podemos salir, nos hemos habituado a llevar un trapo en la boca, a casi agradecer que sólo nos bajen el sueldo, a disponer de un permiso para ir a esquiar pero no a poder ir a ver a tus padres si vives unos kilómetros más allá (¿qué imbécil ha cumplido esta orden?), a entender que la nieve se inventó en Madrid y a que la idiocia se acomode con gusto entre nosotros… Mientras que la mano que mece la cuna cambia el orden de las cosas, nos acostumbramos a aceptarlo, como asumimos en su día la dictadura informativa en nuestro mundo del fútbol y ya convivimos con ella con naturalidad.

Es una costumbre que los 365 días del año la información del Madrí abra cualquier espacio informativo.  Ocurra lo que ocurra, pase lo que pase. Si el Sevilla disputa la final de la Supercopa de Europa ante el Bayern dentro de 24 horas, las molestias en el tobillo del intrascendente Hazard siempre tendrán prioridad. No es una exageración, ha ocurrido. Lo que sucedió el otro día con Messi en el estadio de La Cartuja y la reacción periodística demuestra que no hay solución, que son intocables: la dictadura informativa ya es un hecho. Cuando el argentino le 'endiñó' una hostia como un castillo a Villalibre, en la televisión todos enmudecieron. Las repeticiones caían en cuenta gotas y el personal alargaba los silencios para no poner el grito en el cielo. Claro, es Messi. Es el que sostiene el invento. Lo que vino después sólo lo asumen unos lectores acostumbrados ya a estas felaciones: "Messi demostró su frustración", "está jodido por lo que pasó en Sevilla" (el pobre), "el argentino golpeó a Villalibre" (nada de agresión, claro), "el acta considera que sólo hizo uso excesivo del brazo. Lo normal es que sean dos partidos",  "el acta no señala una agresión, se le aplicará la mínima sanción"… Es inaudito cómo nos hemos acostumbrado a este espectáculo dirigido. Faltó que alguno dijera que la hostia era consagrada. En fin, conmigo que no cuenten...


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