El presente exige más

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 04/10/2021

Antes de que el mundo se parara, Lopetegui entró en el vestuario del Sánchez-Pizjuán enfurecido tras un partido ante Osasuna gritando su incomprensión ante la pitada que la afición le propinó: "¡No sé qué es lo que quieren!". Después llegó el Covid y… los buenos resultados, el título europeo y las dos clasificaciones para disputar la Champions. No sé si el entrenador del Sevilla, ensalzado por sus éxitos posteriores, entendió que la gente se enfureció porque no le gusta ver a su equipo mendigando resultados y perfilándose como un perdedor. Sus continuos desplantes al buen juego fueron liquidados por los buenos resultados. Así es el fútbol, así es la vida. El que gana tiene derecho a todo. Quizá es lo justo.

La primera derrota ha tardado en llegar porque, realmente, pudo perder en cualquier momento desde que arrancó esta temporada. La admirable capacidad que tiene este equipo para mantenerse de pie fue despachando los bostezos y las horas de fútbol pésimo. En Granada explotó todo lo que estaba dentro. Los grandes analistas aseguran que el Sevilla renacerá y eliminan de raíz los razonamientos dramáticos señalando la clasificación. Es muy probable que tengan razón, pero mis escasos límites para adivinar el futuro me impiden ver más allá de las dudas que genera este inicio de temporada. Si Lopetegui aún no entiende que, a día de hoy, es imposible ganar un partido alineando a Rakitic, Jordán y Suso juntos, tiene un problema. Si Lopetegui insiste en despreciar las primeras partes y apostar por un partido en el que no pase nada, tiene garantizada otra gran pitada. Este Sevilla se paró en seco, como Rakitic, y necesita con urgencia inyectarse ambición, pasión, velocidad y fútbol de verdad. La imagen que ofreció en Granada es impropia de este grupo tan ganador. La imagen de Rakitic corriendo sin vigor y fuerza tras un balón genera pesadumbre. Ni el equipo ni el croata pueden vivir del pasado. El presente exige mucho más.