Cabildo

El día más esperado

Semblanza del Domingo de Ramos

José María Pinilla
José María Pinilla
02/04/2023

Igual que los niños cuentan los días para disfrutar de los juguetes de los Reyes Magos en la mañana del 6 de enero, no pocos cofrades esperamos la amanecida del Domingo de Ramos, unánimemente el día más hermoso del año. Acostarse en la víspera es recuperar la infancia para soñar con el regalo que el cielo nos dará cuando el sol se asome. Las procesiones de palmas habrán recorrido algunas feligresías cuando, apenas al final de la mañana, se abran paso las primeras cruces de guía y comiencen a recorrer nuestra ciudad. Este año, además, gracias a una más que discutida reordenación, serán dos los focos en los que los capirotes tomen las calles, ya que al blanco cortejo de la Paz en el Porvenir se unirá el reguero azul y plata que desde la Puerta de Córdoba bordee las murallas.

La luz del Domingo de Ramos es especial en estas horas centrales. Realzará el marcial descenso del Señor de la Entrada en Jerusalén por la rampa más alta de Sevilla tras un cortejo interminable de quienes aprenden a ser nazarenos. igual que hará con el enternecedor diálogo de la Madre y el Apóstol por el Compás de la Laguna tras cruzar su palio un dintel imposible. Sones de campanilleros pondrán por el Pumarejo el acompañamiento esperado a la que es la Estrella Sublime y poco más tarde el Cireneo, con la escolta de las clásicas notas de Alberto Escámez, aliviará al Señor el peso del madero por Puñonrostro. Por su parte, la tarde estará en plenitud cuando otro Cristo de las Penas, implorante y venido desde Triana, se abra paso con decisión más allá de San Pablo.

Los fulgores del astro rey se apaciguarán cuando la siempre elegante comitiva de la Amargura avance por una calle Feria anhelante de servir de marco a la inmortal melodía de Manuel Font de Anta. Ganada por la noche la batalla a la tarde, la Pila del Pato será el mejor entorno para la delicada sencillez de la Virgen del Subterráneo y algo más tarde, apenas unas calles más allá, Caballerizas asistirá al renovado milagro de abrir camino a las musicales bambalinas de Gracia y Esperanza. El encuentro siempre imponente con el Cristo del Amor nos encogerá el alma por las estrecheces de Francos mientras aquellos con aún ganas de pasos busquen de vuelta por el parque más hermoso del mundo el ascua de luz de la Virgen de la Paz. En otro punto distante, los callejones de San Julián besarán las benditas manos del Dios de la Buena Muerte. Todo se habrá consumado.