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Letras de oro en el libro paralímpico

Lucas Haurie
Lucas Haurie
25/11/2021

José Manuel Ruiz Reyes es un grande del tenis de mesa en deporte adoptado, pero perfectamente podría participar en la carrera de obstáculos. Después de haber sido el abanderado en Río de Janeiro 2016, participó en Tokio en sus séptimos Juegos Paralímpicos. Se dice pronto. Sólo cinco meses antes se había roto el tendón de Aquiles y había sufrido innumerables inconvenientes para ponerse en forma con la abominable pandemia que aún colea. Las medallas ya no son su meta, sino seguir el camino como un ejemplo de pundonor, constancia y humildad. 

Desde el 12 de marzo de 2020 tenía amarrada su plaza en Tokio. La cancelación del Open de Jordania, la última prueba puntuable antes de la fecha de corte, finalizaba el cúmulo de avatares padecidos por el granadino, que hizo historia al convertirse en el primer deportista masculino con discapacidad en alcanzar las siete participaciones consecutivas: Atlanta, Sidney, Atenas, Pekín, Londres, Río de Janeiro y Japón. Por equipos, llegó a los octavos de final, y en individual no se acercó a los puestos de honor. su triunfo incontestable había sido comparecer en las mejores condiciones posibles. 

Ruiz Reyes decidió hacer cambios en su preparación para adaptarse a las nuevas tendencias y dar el máximo rendimiento, se ejercitó periódicamente en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid para entrenar con la selección absoluta, e incorporó a su equipo de trabajo a la psicóloga del CAR, Manuela Rodríguez, y al preparador físico José Ángel Espejo. Sin embargo, todo el trabajo no encontró los resultados deseados en el Campeonato de Europa de Helsingborg (Suecia) y cayó hasta la séptima plaza del ránking mundial. Además, el accitano afrontó buena parte de su puesta en forma sin su entrenador de los últimos 23 años, Vladimir Choubine, por problemas de salud. 

El apoyo extraordinario de la Federación Española de Tenis de Mesa (RFETM) y de sus patrocinadores le dieron alas para que participara en abiertos internacionales de Costa Rica, Chile o Egipto, donde recortó puntos a sus rivales en la clasificación previa. La plata individual del Open de España a principios de marzo le situaba en el cuarto puesto de la tabla mundial, con 1.694 puntos y le premiaba con su presencia en Tokio 2020 después de un período extraño de confinamiento en su casa de Otra debido a la pandemia de la covid-19. 

Una agenesia congénita en su brazo derecho no supuso ningún freno en su vida personal, ni en el deporte. Acumula más de 30 medallas en campeonatos nacionales e internacionales y muchos galardones. El penúltimo fue recibir el Premio Andalucía de los Deportes 2020. Después de licenciarse en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Granada, ejerció en secundaria y actualmente colabora en la Delegación de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía en Granada, en planes y programas relacionados con Hábitos de Vida Saludable y Olimpismo. Trata de inculcarles a sus alumnos y asistentes rutinas de vida saludable, la importancia de hacer ejercicio, los valores innatos del deporte, y la inclusión sin barreras de las personas con discapacidad. Qué más se le puede pedir.