muchodeporte.com Andalucía Deportes

Un tenista inspirador e influencer

Lucas Haurie
Lucas Haurie
23/05/2022

Una lesión medular apartó a Cisco García de su ambiente de tribunales, despachos y litigios para darle a conocer como un tenista tenaz con alma solidaria para arropar a jóvenes que han sufrido una experiencia tan traumática. La fecha fatídica es el 28 de diciembre de 2015. El cordobés se desequilibró en un salto haciendo snowboard en Austria, diez metros en el aire y posterior caída sobre la espalda. Ya no se pudo levantar y lo peor vino cuando ni sentía las piernas. Saltaron las alarmas. Llegaron varios riders, que llamaron a la asistencia técnica. Cisco sólo recuerda que llegó un helicóptero y le sedaron. Cuando despertó en la UCI, ya le habían operado. 

Después de 10 días en Austria y 18 horas en ambulancia de regreso a España, ingresó en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, donde inició su nueva vida. Fundamentalmente, le enseñaron a ser independiente, a hacer todo con los brazos, a vestirse, a montarse en coche o a pasarse a la cama. Cuatro meses le bastaron para afrontar la realidad, si bien le ayudó su excelente forma física. Se compró una silla de ruedas ligera y aprendió a conducir con su discapacidad. Se compró un coche automático y abrió una nueva página de su vida. No dudó en salir a la calle para afrontar sus dificultades sin rodeos. Organizó excursiones desde el primer fin de semana, fue a la playa y a los ocho meses se le ocurrió la locura de viajar a Japón para conocer sus límites. Con el tiempo y la mentalidad adecuada, ha conseguido mediante su difusión en las redes sociales y en charlas dar normalidad a su día a día en silla de ruedas. Su personalidad atractiva ha servido, incluso, de inspiración a una canción de Vanesa Martín ‘Salto mortal’, con la que transmite valores, principios y fuerza para superar retos complicados. Incluso, protagonizará un documental que ayude a superar los malos momentos a personas en circunstancias similares. Completa su aportación con su primer libro, Irrompible, con el que da una visión optimista de la vida. 

Dejó la abogacía y se dedica en exclusividad al tenis, consciente de que le cuesta el doble de energía y sacrificio hacer todo lo que se propone. Maduró rápido y no quiso tristeza, amarguras ni impotencia. Quiso retomar el deporte y no ha parado. Regresó al gimnasio y a las pesas y el tenis en silla de ruedas le pareció una buena salida. En el Hospital dio clases, gracias a la Fundación Emilio Sánchez Vicario con entrenamientos muy básicos. Después, fue aumentando las sesiones semanales y detectó que el circuito era mucho más profesional de lo que imaginaba, ya que sus rivales solían ejercitarse en centros de alto rendimiento. Ocupa el puesto 66 del ránking mundial y el cuarto de España. La pandemia complicó sus sueños de participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, debido a la alta competencia y en tan pocos torneos puntuables. De las ganas de vivir saca su ímpetu y su entrega para mantenerse al más alto nivel. El carácter no le cambió, como es normal en lesionados de médula. La compañía de Raquel hizo el resto. No pierde la esperanza de volver a caminar, gracias al tratamiento de un programa del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Su hijo Gonzalo es una de sus grandes inspiraciones, reflejo de lo que significa Cisco García para cientos de personas que han pasado un trance similar.