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Lourdes Mohedano, la vida efímera de una medalla olímpica

Lucas Haurie
Lucas Haurie
16/07/2018
La gimnasta cordobesa puso el broche a su trayectoria con una plata en los...”

Resulta de locos pensar que con 21 años finalice la carrera de un deportista, ya de por sí breve en algunas disciplinas como la gimnasia, pero además puede resultar injusto cuando no viene dado por una decisión propia, sino por la ausencia de ayudas para seguir compitiendo. Ése fue el caso de la gimnasta cordobesa Lourdes Mohedano, quien tras alcanzar la gloria junto al combinado español de rítmica en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde se adjudicaron una histórica medalla de plata, perdió la posibilidad de alcanzar una beca ADO para preparar los Juegos de Tokio 2020.

Fue un duro golpe, pero tocaba reinventarse. La pasión por la gimnasia no iba a desaparecer y siempre queda la posibilidad de entrenarse por cuenta propia, además de pasar a transmitir lo aprendido a las generaciones posteriores. Así lo hace cuando puede la atleta natural de Peñarroya-Pueblonuevo, ya que gracias a su trayectoria deportiva se ha ganado el respeto de todos, más si cabe de las niñas que comienzan en la rítmica con la ilusión de repetir sus éxitos. A la medalla olímpica en Río cabe añadir, como cúspides, las conquistadas en campeonatos del Mundo y de Europa, tanto en categoría individual como por equipos.

Apenas superada la veintena quedan mundos por descubrir o, en el caso de Mohedano, por volver a recorrer: interpretación, moda y publicidad. Cuando ella y el equipo español de gimnasia disfrutaban las mieles del triunfo, otras mieles espumosas y espirituosas llamaron a su puerta, la del anuncio navideño más esperado, además de otras apariciones televisivas. En la misma senda, Mohedano protagonizó una cinta dirigida por Benito Zambrano con la producción del Consejo Superior de Depotes en la que se destacaba la importancia de las becas ADO para los deportistas menos visibles. La paradoja consistió en que, pese a ser elegida como imagen representativa del deporte nacional, ella misma fuera la que se quedara sin la ayuda. El leitmotiv de la película se había hecho realidad: no hay carrera en los deportes minoritarios sin el respaldo de los patrocinios institucionales o privados.

Los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 fueron el origen de las becas ADO, cuyas partidas han ido descendiendo olimpiada tras olimpiada. Mohedano descubrió muy joven esta triste realidad, pese a haberla vaticinado en los filmes del CSD. Nada podrá arrebatarle, sin embargo, su década de éxitos profesionales en la gimnasia rítmica. No tan lejos quedan sus comienzos en el ballet con tres años. Poco tardó en inicarse en la gimnasia rítmica, disciplina en la que destacaba y a la que se dedicó de forma exclusiva a partir de los 12 años. Sus éxitos en el Club Liceo de Córdoba a nivel regional y nacional le llevaron a entrar en la selección española, con la que ya participó en los Juegos de Londres 2012. Con 17 años, era la más joven de la expedición nacional. El equipo rozó la medalla con un cuarto puesto. El entusiasmo se apoderó de la federación y la preparación del siguiente ciclo olímpico fue forjándose con las medallas en Mundiales y Europeos. El broche fue la plata por equipos en Río 2016.

Numerosos fueron los premios sumados por Mohedano, antes y sobre todo después de la medalla olímpica, un extenso currículo que le seguirá abriendo las puertas de la fama a la cordobesa. Después de años de sacrificios, dolores y lesiones, la joven cordobesa ha aterrizado a otras dedicaciones con no pocas renuncias, como son los desfiles en pasarelas de moda nacionales. Las mazas, cintas y pelotas continuarán volando por los tatamis al ritmo de la música, malabares mezclados con danza y saltos que solo las gimnastas pueden realizar, pero a partir de ahora serán otras las protagonistas que traten de emular el impresionante palmarés de Lourdes Mohedano, una jubilada de 23 años.