Pepe Candón, la historia se escribe en Hawái

Lucas Haurie 14/09/2018

A José Manuel Candón no se le olvidará jamás la mañana del 24 de febrero de 2011. Él dice que lo tiene "grabado a fuego". Eran las diez de la mañana. "Las diez y cinco", concreta. En un mes se iba de misión a Líbano y aquella mañana realizaba una rutinaria maniobra junto a su equipo de desactivadores de explosivos del ejército. La bomba explotó. Cinco compañeros murieron prácticamente en el acto. Él sobrevivió. Perdió un ojo y la capacidad auditiva de un oído. Del otro ojo le ha quedado un quince por ciento de visión, todo eso después de 35 intervenciones quirúrgicas. "Cuando dicen que en Hawái hará mucho calor, yo me río".

Después de tres años de carrera meteórica, el paratriatleta chiclanero Pepe Candón quiere convertirse, junto a su guía, el también chiclanero Jonathan Macías, en el primer tándem español en concluir el Campeonato del Mundo de Triatlon Xterra que se celebra el 28 de octubre en Hawái. Las condiciones de esta prueba extrema son de las más exigentes. "Al fango arcilloso le sigue el pasto seco y forma una amalgama en las ruedas que impide el simple tránsito de una bici, imagina el de un tándem", explica Candón, a quien le provoca la risa oír hablar de la humedad de Hawái, pero no tanto del tándem.

El triatlón es uno y no tres deportes. De la trinidad, la pareja Candón-Macías considera que es la modalidad ciclista la más exigente. Si ya resulta difícil completar una carrera extrema entre arboledas y con más de mil escalones de por medio sobre una bicicleta de montaña, la complicación se transforma en gesta si son dos triatletas, uno de ellos con discapacidad visual, los que han de superar el obstáculo con un tándem de 20 kilos. En Hawái nadie acabó en esa categoría de discapacidad. Son cuarenta kilómetros sobre ruedas. Antes han debido nadar mil quinientos metros. Los diez kilómetros de carrera a pie hacen de meta. 

De metas sabe algo Pepe. Este chiclanero, aunque nacido en 1976 en Medina Sidonia, ha sido tricampeón de Europa de triatlón del circuito Xterra en 2016, 2017 y 2018. Y, aunque deportivamente él y Jonathan lograron el billete para Hawái en la prueba de Portugal, hay un resultado imprescindible que no sólo se gana con entrenamiento. Se trata de dinero. Pepe cuenta que, de los seis mil y pico euros que necesitan, les quedan apenas dos mil quinientos por sumar. Y buscan patrocinio como sea. Al equipo gaditano le sirve de superación, un motivo con el que lanzarte al campo cuando toca doble sesión diaria. "Rebasar la línea de meta del Mundial es ya un lujo", algo que no logró en 2016, año de su única participación mundialista. 

Hasta que llegue la cita de Hawái, la dupla gaditana tiene apenas un mes para reunir lo que ha ganado con creces en el curso de la competición. Hasta entonces, sólo les queda seguir contando kilómetros y arañando segundos en el campo y en el agua. Y mientras, estar con la familia, vivir, todo aquello que pudo truncarse una mañana de invierno de hace siete años en el campo de adiestramiento madrileño de Hoyo de Manzanares. En otra carrera, la de los tribunales, Candón sigue también detrás de la meta de la justicia. Que aquel explosivo explotara de aquel modo fue algo más que un accidente. El caso está reabierto desde mayo, pero de esas otras metas ya habrá tiempo de hablar...