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Grondona, un fondista en progresión

Lucas Haurie
Lucas Haurie
01/04/2020

El atletismo es pura pasión para el cordobés Juan Ignacio Grondona, un apellido que retrotrae a los más futboleros a historias para no dormir del quien fuera magnate del balompié argentino. Compaginaba sus estudios de ingeniería en la Universidad de Córdoba con su sacrificio en las pistas y en los cross. Antes de que el coronavirus paralizara la rutina en nuestro país, finalizó la temporada de invierno en pista cubierta con las mejores sensaciones. A mitad de febrero Grondona acabó en cuarto puesto en los 3.000 metros del Campeonato de España sub 23 merced a su 8.29:79. 

El cordobés estuvo muy cerca de luchar por las medallas y acabó la prueba con una fuerza arrolladora. El progreso del mediofondista le llevó a subir dos posiciones respecto a la edición anterior en la que terminó en sexta posición. El máximo favorito, Eduardo Menacho (Alcampo Scorpio 71), acabó proclamándose campeón (8.22:15) por delante de Elias Rachidi Ben Hadd. Ya un mes antes había dejado señales de su progresión cuando batió el récord provincial de Córdoba de 3.000 metros en el Gran Premio Ciudad de Valencia con una marca de 8.24.78, por lo que rebajó en 13 centésimas el tiempo que tenía marcado Carlos España con 8.24.91. 

Grondona ocupó la séptima plaza en la final B y la vigésima entre todos los participantes en ese evento, que reunió a muchos de los principales atletas del panorama nacional y a varias figuras internacionales. Unos días antes de que se decretara el confinamiento, el 25 de febrero, Grondona enseñó sus credenciales en el Campeonato de España de campo a través por equipos y relevo mixtos. El cordobés participó en la categoría Sub23 formando equipo con su club, El Atletismo Cordobés, entidad decana de la capital. Si bien el equipo quedó clasificado en el puesto decimosexto, sobresalió la prometedora quinta posición de Juan Ignacio Grondona, que marcó un crono de 32:25 en los 10.000 metros del recorrido. 

Empezó en el fútbol desde pequeño en el equipo del club de Fátima en el UD Salvador Allende, porque no le entretenían las consolas en casa, y su bautizo en el atletismo lo vivió con siete u ocho años con la carrera del Cross de Fátima. Quedó en segunda posición. Su madre, que siempre le acompañaba, vio que tenía potencial y pronto lo inscribió en tres o cuatro carreras populares de Córdoba. 

Desvela un secreto. “No recuerdo ningún día que me haya saltado el entrenamiento. Ya esté lloviendo o no. Ése podría ser mi secreto o mi virtud. Estoy muy, muy obsesionado con eso”, comenta el cordobés, que desnitrifica que haya que comer mucha pasta para un mayor rendimiento en las pistas. Su nutricionista le recomienda mucho pescado, carnes blancas y muchas ensaladas. Hace unos años ya confesaba que prefería vivir del atletismo y en ello está. Siempre anima a los estudiantes que aman el deporte que le dediquen a ambas facetas el cien por cien de su interés. No se obsesiona con grandes metas. “Fracasos hay 28.000, con días de entrenamiento y sacrificios sin estar contento con lo que has hecho”, recalca Grondona.