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Rafa Baena: el pivote hispano regresa a casa

Lucas Haurie
Lucas Haurie
05/06/2020

Rafa Baena regresa a casa, Andalucía, con el desafío de lograr el ascenso a la elite del Conservas Alsur Balonmano Los Dólmenes de Antequera. Hace casi una década, en 2011, allí se dio a conocer en el panorama nacional. Fue el máximo goleador de la competitiva Liga Asobal, distinción que le regaló la internacionalidad con la selección que adiestraba Valero Rivera. Fue una de las víctimas de la espantosa crisis económica del balonmano español, pero aprovechó su periplo europeo para acumular títulos y reconocimiento. Tras su primorosa temporada en Antequera, firmó un gran contrato con Ademar León, que a inicios de la pasada década le tuteaba a los clásicos, Barcelona y Atlético de Madrid. Celebró el subcampeonato y poco más, porque se tuvo que marchar a Francia. Vivió un primer regreso a España para enrolarse en el ilusionante Puente Genil. Después, acumuló cinco espléndidos años en Alemania. 

En el Rhein-Neckar Löwen conquistó dos ligas, dos supercopas y una copa. Y sus dos últimas campañas las ha jugado en el Berginsher hasta que a primeros de marzo le dieron la orden de no acudir más a los entrenamientos colectivos, ya que la pandemia del coronavirus había paralizado la competición. Ahora disfrutará de su etapa final como profesional, en su segunda casa, en realidad, porque Rafa Baena comenzó su andadura en el Balonmano Estepa, su pueblo natal. Después de seguir formándose en el Dos Hermanas y en Palma del Río, pidió en voz alta su sitio en la Liga Asobal. 

"La vuelta a Antequera es una suma de muchas cosas por un objetivo que me motiva mucho", afirma el estepeño, que se encontrará con nuevos dirigentes, con un estricto control del presupuesto, una masa social en aumento, y más de 300 niños en la cantera que deben garantizar la pervivencia del balonmano al más alto nivel en la comarca. Baena no ve el adiós cerca. Nunca ha sufrido un problema físico grave, así que confía en prolongar su etapa profesional dos o tres temporadas más, pero echa la vista atrás y recuerda con cariño su paso por la selección española. 

"Fue muy especial haber formado parte de los hispanos con tres años muy buenos, maduré muchísimo, aprendí con grandes compañeros y entrenadores y me sirvió de catapulta. Nunca me hubiera imaginado jugar en una selección de ese nivel", explica. Este gran pivote goleador disfrutó su estreno en Madrid ante la monumental Francia de Karabatic, una de las leyendas del balonmano mundial, en 2009. Años más tarde, fue Alemania la selección que le impidió saborear el oro en el Europeo de 2016. Este verano, si las circunstancias sanitarias lo permiten, volverá a organizar el campus que lleva su nombre para fomentar ocio y el amor al balonmano entre los pequeños paisanos de Estepa, cuyo pabellón reluce con un gigantesco rótulo de Rafa Baena.