Fátima Gálvez apunta... y dispara a Tokio

Lucas Haurie 02/03/2021

Fátima Gálvez puede presumir de un palmarés envidiable. Su espíritu competitivo le pide un esfuerzo final para ponerle el broche de oro a su gran carrera deportiva como tiradora. Tokio 2020, con todos los condicionantes conocidos, debería ser la gran cita para terminar en los altares, pero la baenense no pierde de vista los Juegos Europeos de Cracovia 2023 por la especial relación que siempre ha mantenido con los eventos continentales. Con 8 años ya acompañaba a su padre a cacerías y competiciones de plato. Sin duda, su progenitor es su gran referente. Tuvo la suerte de compartir con él el subcampeonato del mundo en 2014 y una plaza olímpica. 

Estudió enfermería y en aquellos años difíciles de estudiante agradeció las ayudas institucionales como becas o especies (escopetas y munición) para poder competir en el más alto nivel, que complementaron sus patrocinadores habituales. Suele entrenarse mañana y tarde con técnica, más la parte física con ejercicios específicos de abdominales, carrera, andar y bicicleta, controlados por el físico de la Federación Española de Tiro Olímpico, Daniel Mon y el técnico José Luis Pérez Sanz. Fátima Gálvez recalca la preparación mental en un deporte que requiere un grado de concentración perfecto. 

El Centro de Alto Rendimiento de Granada y el Club de Tiro Jarapalo de Málaga son sus refugios antes de las grandes competiciones. Allí se gestaron las medallas del Campeonato del Mundo (cinco, entre ellas el oro de Lonato en 2015), siete en los Europeos (oro en Belgrado en 2011 y otro en Lonato en 2019, aunque en equipo mixto), más las tres de los Juegos Europeos (dos de oro en Bakú y Minsk). Su trayectoria reluce, aunque no quiere tomarse los Juegos de Japón como una revancha, porque en Londres 2012 se quedó en el cuarto puesto y en Río de Janeiro bajó unos escalones, hasta la sexta plaza. "No pienso cambiar nada, dicen que a la tercera va la vencida, por lo que ya me toca. En el hipotético caso de que no salga como yo quiero, nunca he de perder las miras de que tiro porque me encanta mi deporte. No deja de ser un juego y esto no acaba por ganar o no una medalla olímpica", afirma. 

La cordobesa ha sacrificado casi todo por mantenerse en la cúspide durante más de una década. Fátima Gálvez, más que las medallas, ha planteado su carrera como una lucha interna con su yo por ese pulso entre la precisión y los malos pensamientos que acechan en los momentos de máximo estrés. La mente es su principal arma, que atiende los cuidados y los consejos de su psicóloga deportiva. El resto de habilidades procede de su experiencia en un sinfín de torneos.