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Entre el cielo y la gloria

Ascenso a Segunda Federación

Bernardo Ruiz, enviado especial a Las Rozas
Bernardo Ruiz, enviado especial a Las Rozas
21/05/2022
El Utrera certifica su retorno a Segunda RFEF tras ganar al Tordesillas”

En el tiempo extra y con palmas al compás y por bulerías. Con un gol de Rubén Cruz, un viejo rockero sin fecha de caducidad, y después de una total exhibición de Francisco José Cordero, Rubio, en la interpretación y de una demostración de poderío, talento y ambición de Braganza. Con Antonio Camino, presidente y hombre de carisma, en el palco con el rostro roto y con una nutrida colección de directivos embriagados por la fe y el amor a un club que asalta el semiprofesionalismo.

Fue en una tórrida mañana de sábado del mes de mayo, el mes de María, la Virgen de la Esperanza cuando los gitanos claman al cielo en Canalejas en la eterna Madrugá de Utrera. Y así, con el Utrera lanzado al ataque, se obró la hazaña del retorno a la Segunda Federación, la heredera natural de la antigua y adictiva Segunda División B. El combinado de Consolación venció al Tordesillas, rival dignísimo, y reunió el máximo botín en litigio. La aduana del cielo se inauguró en la cuna del arte y el potaje calé.

De inicio, el bloque anfitrión, que con la igualada sellaba su regreso a la Segunda RFEF 26 años después de su última aparición en la entonces categoría de bronce, compareció en el tapete sintético de la Dehesa de Navalcarbón de Las Rozas con un 1-4-1-4-1. Reina, que ha creado la aerolínea Air Utrera en una exhibición de poderío aéreo y centímetros, se apoderó de la zona medular desde el primer instante.

Apenas se había inaugurado el intercambio de mensajes cuando Kiki, un chico con talento natural, anotó el 1-0 tras un balón manso en el vértice derecho del área. El Torde, con un soberbio Campos, 22 años y un futuro brillante, respondió con una vaselina de Ayllón que desvió el aliento de Ayala. El plantel vallisoletano, con un orden defensivo innegociable y un Ayllón erigido en llanero solitario, igualó con un cabezazo cruzado de Campos.

Entonces crecieron los decibelios en la grada visitante. El Utrera trató de gobernar la creación con Reina de pivote y Diego y Kiki en la elaboración. Su oponente se multiplicó en las ayudas defensivas y sofocó los conatos de Ranchero, que percutió por la siniestra en dos acciones de mérito. El tiempo de refrigerio anunció un segundo acto de respeto mutuo.

Sin embargo, Gil Coscolla, un árbitro de absolutas garantías, modificó la película en el minuto 63 y con el termómetro en una escalada demencial. Expulsó a Moro, sobresaliente en el carril defensivo diestro, y exigió la mejor versión de Rubio, que se ganó el jornal y la renovación con un libro de estilo perfecto. Con una partitura de concierto de genio. Retiró a Plusco, insaciable en ataque, y a Diego y se alió con Sergio y Rubén Cruz, un killer indomable.

El Utrera reaccionó y fue capaz de amortiguar la alarmante dimensión de la expulsión de Moro. Y, cuando el choque enfilaba hacia la prórroga sin disimulo, Rubio dinamitó el decorado y recurrió a Trabazo y Braganza. El talentoso mediapunta, capaz de devorar la línea de presión rival con la conducción, se asoció por dentro para generar superioridad numérica en la medular, y el lateral zurdo se disfrazó de extremo y, con el machete en la mochila, amedrentó al Torde.

Y, ya en el tiempo de propina, Trabazo mandó a la red un cabezazo. Gol. El Utrera había sido capaz de neutralizar la presunta ventaja vallisoletana. Antonio Camino sonrió, Israel Bascón, el director deportivo, caminó con un gesto de indisimulada felicidad, y Rubio, el artífice de la hazaña, gritó al cielo. Cami y Cada retaron a Ayala cuando el cansancio era evidente. Y, con el partido roto y las taquicardias a mil revoluciones, Braganza escapó de su par, invadió la zona de seguridad del enemigo y telegrafió un pase perfecto al área, el lugar en el que Rubén Cruz firmó un escorzo imposible y batió a Farolo de tiro cruzado. 3-1. Minuto 112. Y, de repente, el lateral zurdo recordó las tardes en soledad cuando las lesiones eran su mayor enemigo. 

Fue entonces cuando alguien se derrumbó en el palco. Y cuando un niño sonrió a su abuelo junto al monumento de Santa Ángela. En Utrera, la cuna del arte y el potaje gitano. Mientras bullía la olla del Ambigú y el olor a tapas de alta escuela del Besana invadía el Callejón del Niño Perdido. Y mientras la clientela de La Abuela María se apresuraba a brindar por la fe de una generación de cuento y leyenda.

Y en la Dehesa de Navalcarbón fue fiesta infinita con el desenlace final. El gentío era absoluto cuando el ascenso fue real. El Utrera regresaba a la Segunda División B, ahora renombrada como Segunda Federación, con una etiqueta de equipo top en la solapa. Y ya será fiesta eterna el 21 de mayo de 2022. El mes de María. Como la Virgen de la Esperanza. Que los gitanos canten al raso una saeta que el CDU es de Segunda Federación. Y que la melodía de la celestial Madre de los Patriarcas sea música para la eternidad. Como una generación que es historia viva de la ciudad del arte y la esencia flamenca. Utrera, entre el cielo y la gloria.   

CD Utrera 3-1 Tordesillas   

CD Utrera: Ayala, Moro, Cachana, Kevin, Álex del Río, Reina (Palacios 115’), Diego (Sergio 64’), Kiki (Trabazo 81’), Carlos (Titi 81’), Ranchero (Braganza 90’) y Plusco (Rubén Cruz 64’).

Atlético Tordesillas: Farolo, Jony (Ivi 96’), Cachuli, Abra (Beni 96’), Fede, Campos (Villa 71’), Cami, Héctor (Cada 71’), Miguel, Torres y Ayllón.

Árbitro: Gil Coscolla (Valencia). Expulsó al local Moro (63’). Amarilla a los locales Cachana y Titi; y a los visitantes Cachuli, Héctor, Miguel y Villa.

Goles: 1-0 Kiki (2’). 1-1 Campos (15’). 2-1 Trabazo (92’). 3-1 Rubén Cruz (112’).

Incidencias: 1.500 espectadores en la Dehesa de Navalcarbón. Unos 400 aficionados del Utrera. El presidente de la Federación Sevillana de Fútbol, Pedro Borrás, presenció el encuentro en el palco de autoridades.