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Los 48 años del 'Combate del Siglo': Ali-Frazier (I)

EL ESCAPARATE

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
10/03/2019

"Ego. Es la gran palabra del Siglo XX. Si hay una simple palabra que nuestra centuria haya añadido a la potencialidad del lenguaje, esa es ego (...) y Muhammad Ali empieza con el más inquietante ego de todos". Así empezaba Norman Kingsley Mailer, Norman 'Normin' Mailer, doble ganador del Premio Pulitzer (1968.1979) la crónica en la estupenda y extinta revista 'Life' de lo que fue el llamado 'Combate del Siglo' ('The Fight of the Century'): el primer duelo entre Muhammad Ali, ex Cassius Clay, y Joseph William 'Joe' Frazier, alias 'Smokin' Joe Frazier. 'Smokin', 'Humeante', por el humo que echaban sus guantes de crin en cada uno de sus aplastantes ganchos de izquierda... o de derecha.

Se cumplen estos días (fue el viernes, para ser exactos) 48 años cabales de 'The Fight of the Century', en el Madison Square Garden neoyorquino. Fue el 8-3-1971. Fue el primero de la dramática serie de tres combates entre Ali y Frazier, antológica tríada cerrada con 2-1 para Ali tras otros épicos dramas, en 1974 y 75. Y antes de adentrarnos en detalles, es preciso dejar claro que nada, nunca, se podrá comparar con ese boxeo, esos hombres, ese ambiente de los 70 y esos combates, a cuya estela se agregaría poco después un tercer y monumental elemento: George Foreman. Sólo como ejemplo... esos combates eran televisados en directo para España por la primera cadena de Televisión Española. En fin.

GUERRA EN VIETNAM.- En 1971 rugía en todo su siniestro esplendor la guerra de Vietnam, en plena operación de bombardeos masivos 'Rolling Thunder', iniciados por Lyndon Johnson y Bob McNamara, sobre Vietnam del Norte y Camboya, y más encarnizados bajo la presidencia republicana de Richard Nixon. En 1967, ya con el Sudeste asiático en llamas (de 'napalm' y de 'Agente Naranja'...), Cassius Marcellus Clay, campeón olímpico en Roma, en 1960 y de los grandes pesos mundiales, en 1964, acababa de convertirse al Islam de los 'Musulmanes Negros', con Elijah Muhammad, y de rebautizarse como Muhammad Ali. El 22-3-1967, firmando un 'récord' profesional de 29-0, Ali, deslumbrante campeón mundial de los pesos pesados, aquel que "danzaba como una mariposa y picaba como una avispa"... disputó ante Zora Folley, también en el Garden neoyorquino (pero en el edificio derribado en 1968) la que iba a ser su última pelea en tres años. 

En otro mes más de 1967, el 28 de abril y en la Oficina de Reclutamiento de Houston, Ali -oficialmente, todavía Cassius Clay- fue llamado verbal y formalmente al alistamiento para Vietnam... y se negó a responder las tres veces que escuchó su nombre. "No tengo nada contra ningún Vietcong, ninguno de ellos me ha hecho nada". Era el resumen de los sentimientos del gran campeón de la esgrima y movilidad imposibles para un peso pesado, con su 1,91 de altura y 1,98 de envergadura o alcance de brazos: 'reach'. De inmediato, Ali fue detenido preventivamente, acusado de 'deserción' y despojado de todos los cinturones de los grandes pesos que su fantástica carrera había unificado desde aquella paliza iniciática de 1964, en Miami Beach, a Sonny Liston, el 'Oso Feo y Perezoso'.

JOE FRAZIER.- Entre descalificaciones, apelaciones, indignación y controversia, Muhammad/Cassius no volvería a combatir hasta que Atlanta, en Georgia, le concedió licencia para medirse con el californiano 'irlandés' Jerry Quarry. Fue el 26-10-1970, y en el tercer asalto se detuvo la pelea a causa de un gran corte sobre el ojo de Quarry, que intentó seguir, cargando físicamente contra Ali... y contra el árbitro. Entretanto, y hacia el fin de los tres años de ausencia de Ali, ya había emergido, como un animal de presa, la sombría e inquietante figura de 'Smokin' Joe Frazier, a quien Mailer describía bien simplemente: 'Una máquina de guerra'. Amenazadoramente robusto y de miembros masivos aunque algo bajo para un peso pesado (1,81 de altura, 1,82 de alcance o 'reach', y 93 kilos por los 98 de Ali, el 8-3-71), Frazier era, en efecto, un 'bulldozer', una excavadora humana de golpes al cuerpo del rival -el enemigo, seamos claros-, en ráfagas de ganchos y 'crochets' cortos de izquierda... y derecha. Nacido el 12-1-1944, y también oro olímpico en pesos pesados, en 1964, en Tokio, Frazier, de South Carolina, era algo más joven que Ali:17-1-1942 (Louisville, Kentucky). Sin duda, Ali era el mejor boxeador: 'The Greatest', El Más Grande de Todos los Tiempos. Pero Frazier era... feroz.

Tras coronarse campeón indiscutible al destruir entre 1968 y 1970 a Buster Mathis, Jimmy Ellis, Bob Foster... todos los campeones de las diversas asociaciones mundiales, Frazier navegaba imbatido en el boxeo profesional: 26-0. Pero Joe sabía que su título siempre tendría un asterisco si no pasaba sobre el cuerpo y la leyenda de Ali. Cuando, al segundo combate tras su reaparición, el 7-12-1970, Muhammad liquidó al rudo argentino Oscar 'Ringo Bonavena' por K. O. técnico en el asalto 15 de una tremenda batalla, también en el Madison Square Garden de Nueva York, todos vieron venir lo inevitable: "Ahora quiero a Joe Frazier", proclamó Ali sin descender aún del 'ring' del Garden.

Menos de un mes antes, el 18-11-70, Frazier había laminado a Bob Foster, campeón mundial de los... semipesados: KO fulminante en el segundo asalto, en el viejo Cobo Arena de Detroit. Nada tenía Frazier que oponer a las pretensiones de Ali (31-0 tras vencer a Bonavena) y se abrieron las negociaciones entre los 'managers', Angelo Dundee (Ali) y Yancey Durham (Frazier). Joe lanzó una amenaza preventiva: "Clay es bueno, pero no lo bastante rápido para escapar". Llamar 'Clay' al Ali de aquellos días era suficiente para disparar la ira de Muhammad quien también reprochaba a Frazier su vecindad y complacencia para con los blancos. Casi al momento, Muhammad Ali empezó a martillear a Joe Frazier con esos apodos insultantes con los que iba a torturar a 'Smokin' durante casi todo el resto de sus vidas: 'Gorila', 'Ignorante' y 'Tío Tom'.

UN PAÍS DIVIDIDO.- El 8-3-1971, los Estados Unidos de América se habían dividido en el Madison Square Garden Nueva York. Los demócratas y su intelectualidad daban la cara por Ali. Los republicanos iban con Frazier, el campeón vigente. Hubo revueltas callejeras en varias ciudades, incluida Nueva York. La plaza en silla de 'ring' se pagaba a 150 dólares, unos 930 dólares de 2018. Ali y Frazier se distribuían equitativamente los cinco millones de dólares de bolsa, 2,5 por barba, que había ajustado el promotor, Jerry Perenchio. Frank Sinatra, sin entrada, se las arregló para conseguir una credencial de fotógrafo y las imágenes de su cámara 'Leica' ilustraron en 'Life' la crónica de Mailer, sentado a pie de cuadrilátero. El pintor LeRoy Neiman dibujó a los dos púgiles en la acción del combate. Este era el títular con el que el propio Muhammad Ali había etiquetado a la noche: "Es el Regreso del Maestro de Baile".

Sólo en taquillas se registró un arqueo de 1,5 millones de dólares. El actor Burt Lancaster, amigo de Perenchio, comentaba para los selectos, nacientes canales 'pay-per-view'. 'The Fight of the Century' se revendió para 50 países (entre ellos, España) y totalizó 2,6 millones de espectadores en canales de pago, entre los 2,5 millones de EE UU más 100.000 'pinchazos' en Gran Bretaña, donde la BBC 'arrastró' a 27,5 millones de espectadores, de paso para un total mundial que excedió los 300 millones de televidentes. Las cartulinas de los jueces Artie Aidala y Bill Recht, añadidas a la del árbitro, Arthur Mercante, determinarían la puntuación.

EL COMBATE.- Pese a la salida explosiva de Ali, que dominó alegremente los dos primeros asaltos con 'jabs' de izquierda que enlazaba con derechas centelleantes, Frazier aceptaba los hechos con siniestra calma, incluso con sonrisas. "Nooo connntesssst", "cooosa de naaada", así se dirigía Ali a las filas de la Prensa cuando, a partir del tercer 'round', empezaron a llover, ardientes, las primeras granadas de Frazier. Entre la multitud de 20.555 espectadores se coreaban gritos de 'Ali, Ali'...

A partir del sexto asalto, Muhammad Ali empezó a cansarse visiblemente, sus pies se aplanaron bajo sus calzones rojo-escarlata, y ya apenas se agitaban los flecos de sus bonitas zapatillas. "Un boxeador había inventado la psicología del cuerpo... el otro era una máquina de guerra; se trata del 'jab' contra el martillo", empezó a tabletear Norman Mailer en su máquina... cuando en 1:59 del octavo asalto, Frazier, al asalto, rodillas flexionadas, lleno de actividad, pletórico de intensidad salvaje, hizo estallar un primer gancho limpio de izquierda en la mandíbula de Muhammad: que ya era la presa ante el cazador de South Carolina, Joe Frazier, hijo de granjeros y nieto de esclavos...

En el 'round' 11, tras otro bombazo de Frazier en gancho y a la cabeza, seguido de una izquierda al cuerpo, Ali resbaló y frenó la caída con ambos guantes en la lona. El ex Cassius hincó la rodilla, pero Mercante no lo consideró 'knock down'. Los asaltos 10, 11, 12 y 13, fueron puntuados casi unánimemente a favor de Frazier. Sólo el juez Aidala adjudicó a Ali el decimotercero. 

A partir del asalto 12, la cara de Ali empezó a inflamarse notoriamente, en lo que parecía -y luego se confirmó- una fractura de mandíbula. "Campeón, tienes a Dios en tu rincón, 'You got God in your corner", gritaba a Muhammad su fiel asistente: Bundini Brown. Ali podía tener con él a Dios: pero con el guante izquierdo, Frazier recubría y manejaba una pieza de artillería pesada de la que descargo los últimos proyectiles en el asalto 15: hacia el primer minuto de ese 'round' postrero, una humeante izquierda de 'Smokin' lanzada con fuerza primitivamente animal envió al gran Muhammad Ali, el 'Maestro de Baile', a la lona del Madison Square Garden. Muhammad pudo alzarse de su primer caída como profesional, su primer 'knock down'. Pero, sencillamente... había perdido el combate por decisión unánime. El Combate del Siglo fue la primera derrota de su carrera. Y, en efecto, Ali tenia rota la mandíbula y tuvo que irse al hospital (donde también acabó Frazier, y por algún tiempo). En las cartulinas, Aidala dio 9-6 para Frazier; Recht, 11-4. Y el árbitro, Arthur Mercante, 9-6. "De la manera en que estaban pegándose, me sorprende que hayan llegado a los quince asaltos... aquí se han lanzado esta noche algunos de los mejores golpes que yo jamás haya visto", destacaría Mercante.

"Este hombre, Ali, ha demostrado que sabe encajar, porque me he tenido que traer los últimos golpes que tenía en mi tierra para poder hacerle algún daño", sentenció Joe Frazier, resplandeciente en ferocidad, hostilidad y... dolor, cuando ya la cara de Muhammad Ali florecía con la hinchazón de una flor enferma. El mismo Ali que había dicho, antes de 'The Fight of The Century': "Todo el mundo recordará lo que ocurrió aquí, pero lo que quiero que recuerden es mi arte y mi ciencia".

Mailer afirmó que "tal vez, Ali no se entrenó como tenía que haberlo hecho para resistir a Frazier". Y 'Normin' acabó su crónica de 'Life' apostando por una revancha  ('¿puede América esperarse para algo tan grande como el segundo Ali-Frazier?')... que, sí, tendría que esperar casi tres años: hasta el 28-1-1974, cuando Frazier ya había sido destronado por Foreman (KO espectacular, en 1973). "Tened corazón, dejadme vivir un poco, llevo diez años trabajando", había dicho Joe Frazier aquella misma noche del Combate del Siglo, cuando sus ganchos habían taladrado los pasos de Ali, el Maestro de Baile.

Ali ganó a los puntos la dura, sórdida revancha de enero de 1974 ('Super Fight II'); cuando, días antes, estuvieron a punto de pegarse en el estudio de televisión de la ABC después de que Muhammad hubiera llamado a Frazier, una vez más, 'gorila' e 'ignorante'. Este de 1974 fue un combate eliminatorio para el asalto al título mundial de Foreman... que Ali completó con brillante éxito en Kinshasa en el 'Rumble of the Jungle' del 30-10-1974. 

El 1 de octubre de 1975, en la húmedad tropical del Araneta Coliseum de Barangay Cubao, Quezon City, cerca de Manila, Ali y Frazier aún compusieron la infernal oda homicida del 'Thrilla in Manila', cuando la esgrima de Ali pulverizó y cerró ambos ojos a Frazier: quien, tumefacto, abandonó en el último asalto, el 15... justo cuando Muhammad empezaba a desmayarse. 

Frazier disputó su último combate en 1982 y concluyó con balance de 32 victorias, cuatro derrotas (repartidas entre Ali y Foreman) y un nulo. Ali siguió siendo campeón hasta 1980 y se despidió en 1981 con derrota ante el jamaicano Trevor Berbick y el impresionante registro de 56 victorias y cinco derrotas. En 1996, ya tembloroso por los efectos de los golpes y del Parkinson, Muhammad Ali aún encendió la llama de los Juegos Olímpicos de Atlanta.

Y en 2006, en su desvencijado gimnasio/vivienda del 21th. North Broad Street, Filadelfia, 'Smokin' Joe Frazier aún pudo contar al firmante de estas líneas: "Sé que nunca perdí ante Muhammad Ali". Uno recuerda el apretón de una mano como un garfio o tenaza y el lamento del viejo combatiente, tocado con aquel sombrero 'maverick': "Hay que flexionar bien las rodillas para mantener y consumar el asalto al cuerpo del contrario... y eso nadie sabe hacerlo hoy: nadie".

En 2011, Frazier murió en Filadelfia: roído en las entrañas por el cáncer de hígado. En 2007 ya se le había adelantado Mailer en el viaje al otro barrio. Sinatra murió en 1998. Y en junio de 2016, y desde su mansión de Arizona, Muhammad Ali siguió a todos en el viaje definitivo: machacado y devorado por el Parkinson, "Dios bendiga a Joe Frazier", había sentenciado Ali al fin de la tenebrosa agonía de Manila... y al final de la misma vida de 'Smokin' Joe. Sólo cabe añadir que Dios les bendiga a todos. Porque nunca se vivirá nada igual.