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RIP Mark McNamara: la mortandad de 'hombres altos' dentro y fuera de la NBA

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
17/05/2020

Lo que realmente retiró al gran Larry Bird de jugar al baloncesto, en 1992, fue un terrorífico problema lumbar que le aserraba en dolor la parte baja de la espalda. Pero lo que ya acabó despidiendo a Larry de todo contacto directo con las pistas de la NBA fue un problema de arritmia cardíaca, basado en lo que se llama 'fibrilación atrial' (latidos rápidos e irregulares del corazón) que le fue diagnosticado en 1995. En la primavera de 1998, cuando 'sus' Indiana Pacers se hallaban en plena carrera hacia los 'playoffs' de la Conferencia Este (cuya disputadísima final perderian con los últimos Chicago Bulls campeones de Michael Jordan, los mismos Bulls de 'The Last Dance')... Bird sufrió episodios de sudores fríos en cuello, muñecas y frente, rigideces y náuseas que le llevaban al borde del desmayo y casi de colapsar en mitad de algunos duros partidos. Tras varias advertencias médicas, Bird decidió poner fin a su breve -aunque brillante- carrera de entrenador NBA al final de esa misma campaña 97-98.

Desde 1999, Larry Joe Bird ha ocupado varios cargos directivos en Indiana Pacers: 'Presidente', 'Jefe de Operaciones de Baloncesto'... hasta que al fin, la combinación de los problemas de espalda -Larry apenas puede llevarse un rato sentado en posición 'normal'- y el acecho de la arritmia cardíaca le hicieron retirarse a una posición honorífica de 'consultor' en los mismos Pacers.  Cuando todo esto se consumaba en Indianapolis, en 2016, la excelente periodista Jackie MacMullan (neoyorquina, pero con lo mejor de su carrera en el 'Boston Globe' y ESPN, autora del mejor libro sobre Bird y Magic Johnson, guionista y actriz en películas como 'Len Bias'...) publicó en ESPN unas palabras de Bird -buen amigo de MacMullan- que en aquel momento pasaron casi desapercibidas. No debería haber sido así, tratándose de alguien con el conocimiento, perspectiva e inteligencia del señor Bird.

Estas fueron aquellas palabras de 2016 que Larry dijo a Jackie MacMullan cuando ambos trabajaban juntos para 'Larry Bird, Magic Johnson: When the Game was Ours', 'Larry Bird, Magic Johnson: Cuando el juego era nuestro', el libro de Jackie sobre la rivalidad entre Larry y Magic. "Se lo digo a mi mujer todo el tiempo. '(Dinah)... 'no se ve a muchos de más de 'siete pies' de altura (2,13 metros) andando por ahí a la edad de 75 años. Ella lo odia cuando digo eso. Sé que hay unos pocos de entre nosotros que viven largo tiempo, pero la mayor parte de nosotros, los tíos grandes ('big guys') no parece como que duren mucho. No me despierto por las noches pensando en eso. Si tiene que pasar, que pase'. 

Larry (7-12-1956), al menos sigue aquí con nosotros: para contarlo. Larry Bird, el 'Gran Pájaro Verde' y leyenda viva de los Boston Celtics no mide 'siete pies' de altura, los 213 centìmetros de la 'maldición'. Pero sí... 'seis pies con nueve pulgadas': 206 centimetros desde la coronilla a la planta del pie. Peor problema es que lo que Bird dijo a MacMullan -aunque levantó su polémica, su eco- no es mucho más que la puesta en voz alta de una reflexión que circula desde hace tiempo por la NBA y por todo el baloncesto mundial de gran competición... y que se ha constatado en la desaparición fulminante de muchos 'big men', hombres altos, algunos de gran renombre... más otras enfermedades y anomalías fisiológicas que han llevado a otro puñado más de 'grandes' hasta el mismísimo umbral de la tumba. Hagamos notar que en 2017-18, la talla media de un jugador en la NBA era de 2,01 de altura: aproximadamente, 'seis pies y siete pulgadas'. 

El último reputado 'big man' en dejar este mundo, hasta hoy, ha sido el pívot californiano Mark Robert McNamara: quien, con sus 211 centímetros de altura sucumbió tan recientemente como el pasado de 27 de abril ante un repentino, durísimo ataque cardíaco que le envió directamente al otro barrio. En España, McNamara se alineó durante tramos de algunos meses en el Caja de Ronda (hoy, Unicaja Málaga) de 1986-87, en la entonces Primera 'B' (hoy, LEB Oro), más Murcia y Real Madrid en 1991-92. No se marchó demasiado bien ni de Málaga... ni de Madrid, entre declaraciones extemporáneas y salidas de pata de banco. En la primera y más célebre entrega de 'La Guerra de las Galaxias', Mark McNamara había doblado al actor británico Peter Mayhew (2,20 de altura), que daba forma semihumana al curioso carácter de 'Chewbacca', el piloto interestelar de Han Solo. Cuando Mayhew sufrió una enfermedad, McNamara pasó a ocuparse de 'Chewbacca', pero no llegó a aparecer al fin en la película (ni en los créditos) porque sus escenas no pasaron el definitivo control de calidad'. En 1985, McNamara sí aparecía físicamente en 'La Batalla del Planeta de los Ewoks', una película televisiva que se rodó a rebufo del éxito de 'La Guerra de las Galaxias'. En la NBA y entre 1982 y 1990, McNamara jugó en equipos del fuste de Sixers, Spurs, Los Angeles Lakers o Magic. Pero...

UNA LISTA QUE IMPONE.- ...Pero hay que dejar a un lado a Mark McNamara (RIP) y sus avatares... y centrarnos en las muy razonables y razonadas apreciaciones de Larry Bird a Jackie MacMullan. Y en efecto, hay equipos de la NBA de los años 80 a los que les han desaparecido ya de este mundo casi la mitad de sus quintetos iniciales... por muertes repentinas de hombres altos. Así, han fallecido -por golpes súbitos- Caldwell Jones (2,11 de altura), Darryl Dawkins (2,11) y Moses Malone (2.08), todos de los notables Seventy Sixers de Filadelfia de los años 80. Malone, una auténtica megaestrella de aquella NBA, campeón con los Sixers de 1983 y finalista con los Rockets de 1981. Los tres, en torno a 60 años. Dawkins, 'Baby Gorilla', con 58. Extraordinariamente, McNamara también había estado en la plantilla 82-83 de los Sixers ('76ers'), como suplente de Malone y cuando acababa de salir de la Universidad de California/Berkeley.

La muerte de 'Mo' Malone, en septiembre de 2015, resultó especialmente sorprendente y devastadora. Malone se hallaba en Norfolk, Virginia, en el Hotel Waterside Marriott, para intervenir en un torneo benéfico de golf para celebridades. Un torneo que organizaba Tony Brothers, exárbitro profesional en la NBA. Malone iba a hacer pareja en los 'links' de Norfolk con su amigo Calvin Murphy, otro 'exNBA'. El torneo empezaba a las 7:30 del domingo 13 de septiembre de 2015. Tras el desayuno tempranero, Murphy se tuvo que ir, sorprendido: 'Moses Malone... nunca llega tarde, no lo entiendo'. El mismo Malone había dicho a Muphy cuand se fueron a dormir: 'No me llegues tarde mañana, ¿eh?', con su típica voz gutural, amenazante. Esa misma noche, en el Chrysler Hall, en Norfolk, Moses le casi le arrea un sopapo a otro astro 'exNBA' Paul Silas, que le había dado un 'cate' de broma en la nuca. Al girarse, Malone vio que Silas era el autor del mamporro bromista por la espalda. 

Y el imponente Malone dijo textualmente a Silas, en sus penúltimas palabras y con total seriedad: 'Me alegro de que hayas sido tú... si no, ya te habría hecho algo malo'. Más tarde, ya con el torneo en marcha, con Murphy preocupado y al no aparecer 'Mo' en modo alguno, los guardias de seguridad del hotel forzaron la puerta de la habitación del Westside Marriott y allí en la cama 'king size' encontraron los 208 centímetros sin vida de Moses Eugene Malone, tres veces MVP de la NBA (1979, 82, 83), campeón en 1983, seis veces máximo reboteador de la Liga y... 12 veces 'All Star': después de anotar un total de 29.580 puntos en la NBA. 

Cuando Brothers dio la noticia a Calvin Murphy, ya en pleno campo de golf, en Norfolk, el 'pequeñín' Murphy (base de 1,75 de altura) cayó al suelo fulminado, de rodillas y entre sollozos. "Mo nunca se había quejado de nada. ¿Y se ha ido de este manera? Yo no puedo entender esto", sollozaba Cavin Murphy. "Hace unos días (27-8-2015) había sido Darryl Dawkins y ahora... 'Mo'. ¿Qué deberían haber tenido ellos que hacer, qué tenemos nosotros que hacer?", musitaba un Paul Silas, totalmente en 'shock': la brutal muerte de Moses Malone recordaba, casi por todos los conceptos, a la de otro gran 'Goliat' de la NBA: Wilt Chamberlain, que no se levantó de su cama en Bel Air, Los Angeles, California, en la madrugada del 11 al 12 de octubre de 1999: con apenas 63 años. Otro masivo fallo cardíaco. Quizá aún más 'masivo' que lo de Malone: Wilton Norman Chamberlain, autor de un partido de 100 puntos en un partido oficial de la NBA, en 1962 (en una temporada con 50,4 puntos de promedio anotador), medía 216 centimetros de altura, de la cabeza a los pies.

Pero, tras ese desastre de los Sixers de los 80... la lista no ha parado de crecer. Del equipo de los Portland Trailbazers finalistas de la NBA en 1990, derrotados por los Detroit Pistons (1-4), ya faltan tres en este mundo: dos 'altos' del quinteto titular, Jerome 'Rome' Kersey (2,01 de altura) y el pívot Kevin 'Big Duck' Duckworth (2,13), fallecidos respectivamente en 2015 y 2008, a los 52 y 44 años, respectivamente... siempre por súbitos, inopinados fallos colapsos cardíacos. De ese equipo de los Blazers 89-90 también murió en 1993 un escolta suplente llamado... Dražen Petrovic, pero este fue por un accidente de tráfico, en 1993,en Alemania. Ahora hablaremos de las víctimas de tráfico entre los 'grandes'...

Sigamos con la 'lista de la muerte' NBA, con sus años de fallecimiento. 2015 resultó ser un año 'maldito' en el que se despidieron de la vida todos estos buenos jugadores de la NBA... y todos por paradas cardíacas: Anthony 'Mase' Mason (2,01), el pívot internacional alemán Christian Welp (2,12) y Jack Haley (2,06), que llegó a jugar en la Liga ACB, en el Español barcelonés. Todos, inclusive... lejos de los 60 años. Siempre, un infarto de buenas a primeras. Como el que también tumbó para siempre -y durante un entrenamiento...- a Reggie Lewis, la figura de los Celtics que, en ese mismo 1993, cuando murió (con 27 años, 2,01 de altura), se suponía que debía heredar de Larry Bird todo el testigo de la gloria 'celt' que aún pudiera conservarse. Era una época criminal para unos Celtics que no pudieron recuperarse jamás de otra terrible muerte súbita: la de Len Bias, su número dos del Draft 1986 (Maryland University), noqueado para siempre en menos de 24 horas después del 'Draft' por otro infarto masivo... debido a sobredosis de cocaína. 

En marzo de 1990, Hank Gathers, una autentica 'ametralladora anotadora', de Filadelfia y enrolado en la Universidad de Loyola Marymount (Los Angeles) colapsó también para siempre en una semifinal del WCC Tournament de la NCAA, Loyola Marymount-Portland, en el Gersten Pavillion de Loyola: donde siempre se entrenaban los Lakers del 'Showtime', de Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y Pat Riley. Gathers murió durante el juego: a los 13 segundos después de anotar en un 'slam-dunk' en 'alley-oop', Hank Gathers colapsó a uno o dos metros de Erik Spoelstra, base de los 'Pilots' de Portland y después entrenador de postín con Miami Heat. "I don't want to lay down", 'no quiero tumbarme'. Esas fueron las palabras finales de Gathers, instantes antes de morir. 

Con 2,01 de altura, una espléndida máquina humana de anotación, Hank Gathers había promediado 32,7 puntos y 29,0 puntos en los Campeonatos NCAA de 1988-89 y 1989-90. Era un portento físico capaz de defender incluso al emergente Shaquille O'Neal, cuando Shaq asomaba colosalmente como un 'Godzilla' joven en la Louisiana State University, junto a Dale Brown, Mike Hansen... y el luego madridista Stanley Roberts. Gathers iba directo a ser una estrella de la NBA. Cuando colapsaron y murieron, Reggie Lewis y Hank Gathers ya recibían sesiones de tratamiento médico por sendas anomalías de arritmias cardíacas; ahora pueden entenderse mejor las palabras de Paul Silas tras la muerte de Moses Malone. 

ENFERMEDADES, EUROPEOS... ACCIDENTES.- También murió en diciembre de 2015 John 'Hot Rod' Williams (53 años, cáncer de próstata, 2,11 de altura)... y en 2010 le había tocado el turno a Manute Bol, el filiforme gigante 'dinka' del Sudán que a sus 2,31 de altura lanzaba triples en los Sixers, Golden State Warriors, Washington Bullets... Bol se fue a la tumba en 2010: minado por un fallo renal absoluto: con 47 años. Hoy, su hijo Bol Bol (2,18 y 2,34 de alcance de brazos) se halla en la nómina de los Denver Nuggets, aunque asignado a los Windy City Bulls de la Liga de Desarrollo de la NBA. Wayman Tisdale, campeón olímpico en 1984, antes de pasar a la NBA, falleció en 2009 tras el agravamiento de un cáncer de rodilla... que empezó tras caerse por unas escaleras: se nos fue de aquí con 45 años.

Entre los 'altos' famosos de la NBA, otras enfermedades más o menos graves han sufrido Kareem Abdul-Jabbar (en la imagen, con el firmante en Los Angeles), que, con sus 2,18 de altura, nacido en 1947 y máximo anotador histórico de la NBA en todos los tiempos... superó una leucemia -no de las graves, naturalmente- entre 2009 y 2011. Más adelante, entre 2015 y 2018, Kareem (73 años a día de hoy) ha tenido que recibir la implantación de un 'bypass', del que se sigue cuidando. Pero Kareem Abdul-Jabbar es hoy un escritor y comunicador que goza del máximo prestigio como 'speaker'. 

Chris Bosh, campeón de la NBA con Miami (en 2012: y con Erik Spoelstra como técnico), y oro olímpico en 2008, en Pekín, con EE UU, tuvo que dejar el baloncesto profesional en 2016, a los 32 años.., con un problema de fibrilación cardíaca casi idéntico al que acabó con Hank Gathers. De hecho, cuando Bosh quiso regresar al baloncesto profesional, ya con la enfermedad diagnosticada, Bo Kimble, que había sido compañero de Gathers en Loyola, amonestó públicamente a Bosh. Así: "Le diría 'absolutamente, no; no lo hagas, Chris'. Hay muchas otras cosas que Chris podría hacer con su vida. Hank Gathers tenía la misma cosa que él. Hank podría haberse metido a actor o a comediante profesional: tenía habilidades para ello. El riesgo no merece la pena. Si Hank tuviera la capacidad para poder hacerlo de nuevo, no habría pagado ese precio tan definitivo. Estoy seguro: Chris Bosh tiene hijos y ellos van a necesitar a su padre con ellos todo el tiempo que sea posible".

Lesiones muy graves -que les han dejado cojos o con secuelas de por vida- arrastran 'altos' campeones como Bill Walton (2,11 de altura) o Kevin McHale (2,08, hoy entrenador). Según sus palabras, Walton estuvo a punto de morir 'por el dolor nervioso que sentía' de múltiples pinzamientos en el pie después reconstruido. Literalmente: se arrastraba. Sus defenestradas y reconstruidas rodillas hicieron de Bob Lanier (2,11) un caso parecido a los de Walton y McHale.

De las 'altas torres' europeas han muerto bastante antes de los 60 años algunos pívots internacionales tan famosos como Kresimir Cosic (2,12 de altura, 47 años), leyenda de Yugoslavia, Cibona y Croacia; los soviéticos Alexander Belostenny (de Ucrania; tumbado por el cáncer de pulmón, en 2010, 2,14 de altura) y Viktor Pankrashkin: este, moscovita, 2,15 de altura murió con cirrosis masiva en 1993, con apenas 46 años y el hígado destrozado. En 2000 había fallecido (de tuberculosis) el lituano Raimundas Chivilis (2,05), ala-pívot del Zalgiris Kaunas junto a Arvydas Sabonis (2,21)... y el propio Sabonis sufrió un infarto en 2011 que le mandó a la UCI del Hospital de Kaunas, de donde emergió poco después: felizmente repuesto. 

Otros dos gigantes internacionales de la antigua URSS, el letón de Riga Janis Krumins (2,20 de altura) y Alexander Syzonenko, un coloso de... 2,39 de altura, internacional soviético y nacido en Ucrania, también detuvieron sus gigantescos corazones en torno a los 60 años: Krumins falleció con 54 años y Syzonenko, en un cruel final (desorden de hipófisis)... con 53 años. Krumins y Syzonenko padecían el desorden de acromegalia. Del célebre equipo de la Unión Soviética que ganó el oro olímpico en los Juegos de 1972, en Múnich, quedan... cuatro jugadores vivos, sobre un total de... 12: un tercio vivo entre toda la docena de 'oros'. Aleksander Bélov (2,03 de altura), autor de la canasta definitiva de aquella final URSS-EE UU, falleció en San Petersburgo, antes de cumplir los 30 años, y en una enfermedad cuyas cicircunstancias nunca terminan de aclararse. Entre esos campeones soviéticos de 1972, falleció con 57 años, el gigante de 2,15 que fue Serguei Kovalenko.

Asimismo, Jaime Rullán, hijo de Rafael Rullán, ex pívot internacional del Real Madrid, murió el 9 de diciembre de 1990 a los 15 años antes de empezar un partido entre el San Viator y el equipo cadete del club blanco. Jaime cayó inanimado antes de empezar el calentamiento y cuando ingresó en el hospital ya había fallecido. En 1986, en Menorca y a los 42 años, también falleció por un infarto súbito el ala-pívot internacional español Enric Margall, leyenda del Joventut de Badalona y 136 veces internacional con España.

El pívot grancanario Ángel Almeida, de 2,15 de altura, falleció el 29 de julio de 1997 en Lisboa, por otro infarto masivo, durante un entrenamiento del Portugal Telecom. Fue después de que Almeida pasara por el Cáceres... y en 1995-96, por el Caja San Fernando, al que hoy hereda el Coosur Real Betis. En 2002 había colapsado el alero portugués del Aveiro Paulo Pinto, ex Canarias Telecom. Fue durante un Aveiro-Benfica: rotura de un aneurisma cerebral.

Cabe añadir que los accidentes de tráfico, por la pequeñez del habitáculo que se golpea y se hace catastrófico a alta velocidad... golpean especialmente a los hombres altos en particular y a los jugadores de baloncesto en general: por esa razón de accidente de tráfico (sin hablar del terrorífico percance de Kobe Bryant, en helicóptero, hace nada y menos)... fallecieron Joan Filbá (2,07), Fernando Martín, el ya citado Drazen Petrovic, la gran estrella yugoslava y serbia que fue Radivoj Korac (este, en 1969, 1,96 de altura)... o el espléndido ala-pívot ruso Valeri Gobórov: este, en 1989, con 2,07 de altura y sólo 23 años, machacado en el Túnel de la Plaza Gagarin, en Moscú, y aún casi flamante la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988...

Investigadores de universidades norteamericanas (Houston, Toronto...) e incluso europeas, como la de Tromsö, en Noruega, han sentenciado que, inevitablemente, hay una 'proclividad en los hombres más altos a la sobredimensión en las enfermedades más graves que obligan a forzar el sistema fisiológico'. El propio Sindicato de Jugadores de la NBA (NBAP) alerta constantemente contra el problema... y contra el sobrepeso, del que se han visto casos extremos como Kevin Loder, ex alero de los Phoenix Suns, que, con apenas dos metros de altura, llegó a rebasar de sobra los 200 kilogramos de peso. A Loder le aterrorizó la muerte de Malone, del que era buen amigo... y llegó a rebajar entre 60 y 70 kilos de peso corporal. "Moses se quejaba a veces de dolores en el pecho. Pensaba que podía haber una fibrilación cardíaca o algo así. Pero no sé que los médicos le encontraran nada, no me consta; él me lo hubiera dicho", dijo Loder a la ESPN.

Entretanto, Larry Bird, a sus ya 63 años, insiste en que 'todas las investigaciones son pocas'. Sostiene 'Larry Legend': "Tengo mi propia filosofía sobre esto. Los tíos grandes que más tiempo y más duro hayan jugado en ligas tan exigentes como la NBA... esos son los que están en más peligro. Eso es como yo lo siento. Moses Malone fue uno de esos grandes competidores. Damos un sobreesfuerzo brutal a nuestros corazones cuando estamos en la competición... y entonces nos retiramos, de repente dejamos de rendir y de exigirnos a gran nivel. De repente, nuestro corazón se hace sedentario. Nunca más he podido entrenarme como yo hacía 'antes'. No puedo, no puedo casi ni salir a trotar, con lo que me gustaba. Un poco de trote, un 'trotecito' y una sauna, eso es todo lo que puedo hacer. Mi cuerpo ya no me permite hacer más que eso". Esto declara Larry 'Legend'. Y le apostilla Bob Lanier, ya con 71 años. "Sé que, como Larry dice, no muchos de los 'nuestros', con tantos esfuerzos y tanta altura, viven para alcanzar los 75 años. Pero a mi me gustaría ser uno de ellos". Lanier (1948, 2,11) tiene... 71 años y ya pone rumbo a los 72. Vamos a ver.