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1982-2020: Pat Riley, el patrón 'Giorgio Armani' en la NBA

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
03/10/2020

¿'Qué palabras o frase utiliza con demasiada frecuencia'?, pregunta 'Vanity Fair' nada menos que a Giorgio Armani en su 'Cuestionario Proust' de este mismo septiembre...?: "Non mi piace", 'nunca estoy satisfecho', responde -tajante- el modisto milanés Armani, supremo árbitro y emperador de la moda mundial. Sin que se le conozca una respuesta así de literal, este es, exactamente, el tipo de sentencias que define a la perfección a Patrick James Riley (20-3-1945, Rome, Nueva York) 'casi' supremo árbitro y emperador de las construcciones de los (grandes) equipos en la NBA.

Pero si hablamos de tendencias ya es otro asunto. "You can't buck the trend", 'No puedes resistir contra la tendencia de las cosas': y estas sí son palabras que el firmante ha escuchado de labios del propio Riley, con quien se ha encontrado -ahí queda la imagen de uno de los saludos- al menos una decena de veces entre 1988 y 2015: desde que Riley manejaba con puño de acero en guante de seda los Lakers del 'showtime', de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar -ambos, en imagen de 'Galería'- hasta la temporada NBA 2015-16. Aquí, Riley, el hombre que inspiró el papel del Detective Nick Frescia (Kurt Russell) en 'Tequila Sunrise', en 1988.. era ya el Presidente y sumo ejecutivo de la franquicia de Miami Heat, la misma que en estos momentos anda discutiendo el anillo de la NBA en el gran combate por el anillo 2020... nada menos que con Los Angeles Lakers.

Y si hubo algún entrenador que diera 'carácter' a los mismo Lakers y los hiciera 'tendencia' en los años 80 ese fue el mismo Patrick James Riley. Eso, con abracadabrantes mitos a sus órdenes: Earvin 'Magic' Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, James Worthy... Y eso, en una NBA que no estaba tan entregada como ahora a la gran 'tendencia' del poder absoluto de los jugadores. Pues, en estas circunstancias y llevando de la mano a su discípulo Erik Spoelstra, al que ya lideró y asistió para ceñirse los anillos de 2012 y 13, Riley, el 'loco del control' ha vuelto a 'recrear' en 'sus' Miami Heat a un equipo que araña con los dedos el título de la NBA. ¿Cómo lo hace este hombre, Pat Riley, cuatro veces campeón como primer entrenador de los Lakers -1982, 85, 87, 88-, una más con Miami -2008-, otra vez en las finales con los N. Y. Knicks -1994- y otras dos más -2012, 13-, campeón como Presidente Ejecutivo de Miami Heat...?  No puede sorprender que desde 2008 Pat ocupe plaza en el 'Hall of Fame', el Salón de la Fama de Springfield, Massachusetts.

Además y como jugador, un escolta móvil y fogoso de 1,93 de altura, de pelo alborotado, bigotudo, Riley fue en 1966 un 'All American' con 'su' Universidad de Kentucky-'Wildcats' (que retiraría su número, el mismo '42' que usaría James Worthy en los Lakers), 'Jugador del Año 1966' en la SEC, Southeastern Conference de la NCAA (que el Kentucky de Adolph Rupp perdió ante Texas Western en el llamado 'Glory Game') y, al fin, campeón NBA con los Lakers de 1972 que acaudillaban Jerry West -con quien Riley se defendía en los entrenamientos- y Wilt Chamberlain. Con la Linton High School de Schenectady, N. Y, el ala-escolta Riley jugó y un ganó un partido inolvidable en 1961: cuando Linton High batió por 74-68 nada menos que a los casi invencibles líderes estatales de Power Memorial High, guiados por un gigante interminable: Lew Alcindor. Es decir (y es mucho decir)... Kareem Abdul-Jabbar. 

En 1967, Riley había sido elegido en primera ronda del Draft de la NBA, número siete, por los San Diego Rockets... y también en undécima ronda de la NFL (...) como 'wide receiver': por los Dallas Cowboys. En Kentucky también jugaba muy bien el béisbol: el deporte de su padre, Leon, beisbolista profesional. Y Pat también guarda otro preciado anillo de campeón en su mansión de Miami: el de los Lakers de 1980, el año en el que Magic Johnson explotó como una 'Supernova' en el ya demolido Spectrum de Filadelfia... con Riley como entrenador auxiliar, 'assistant coach' de aquellos Lakers de puro 'run&gun' -correr y tirar sin parar, a velocidad de vértigo- que había esculpido y dirigía Paul Westhead.

Tras haberse retirado como jugador en Phoenix Suns, en 1976 (su carrera en las pistas NBA incluyó San Diego Rockets, Lakers -adonde llegó previo traspaso desde San Diego, via Portland- y Phoenix), Rlley pasó a ser locutor en las retransmisiones de los Lakers... hasta que en 1979-80, el entonces entrenador, Jack McKinney, sufrió un casi mortal accidente de bicicleta. El magnate 'playboy' Jerry Buss, que ya era propietario de los Lakers, hizo entrenador-jefe al propio Westhead -un ayudante de McKinney-... y Riley saltó de la cabina de retransmisiones a firmar como uno de los ayudantes de Westhead. Ese fue el principio del camino que aún continúa por una sinuosa, empinada senda gloriosa de títulos y finales: tantos títulos y tantas finales que, cuando ya en Miami y en el verano de 2010, Riley fue a fichar a LeBron James... le bastó con esparcir en la mesa, a la vista del joven James un saquito con todos sus siete anillos de campeón, los seis de los Lakers y el de Miami. James quedó deslumbrado, claro que sí. Cuando rompieron relaciones en 2014, Pat y LeBron no acabaron precisamente bien.

EL CONTROL DE RUPP, AUERBACH... Y JACKSON.- En el intrincado macrocosmos de supersticiones y rivales que se configuraba en la NBA de los años 80, y con Riley al frente de unos explosivos, emergentes Lakers, ¿cómo no iba a excitar rivalidades aquel joven, brilante entrenador de apenas 40 años que tiraba de la rienda al mejor equipo del mundo, que desafiaba a los Boston Celtics de Larry Bird... y  de Arnold 'Red' Auerbach, que recorría al galope una senda de títulos? Riley se había puesto al frente de los Lakers de Magic y Kareem en mitad de la temporada 1981-82, como entrenador 'interino' y sólo para resolver -'temporalmente'- el pulso entre Magic y Paul Westhead que, por lógica, acabó con el despido de Westhead. Inicialmente, el puesto de 'head coach' en 'LakersNation' era para Jerry West: pero West, el llamado 'logo', declinó en favor de un Riley cuyas condiciones y ambición no dejó de hacer observar a Jerry Buss. Y...

Y los resultados llovieron: en catarata. Ya en la primera temporada, en 1982, Riley cazó su primer anillo como entrenador-jefe, en cómoda final (4-2) ante los Sixers de Julius Ervibg, que habían despachado a los Celtics de Bird... y Auerbach. En esos mismos años 80 seguirían otros tres títulos más (1985, 87, 88), con otras tres finales perdidas (83, 84, 89), siempre a través de polémicas, intensas batallas y en plena explosión de los Lakers del 'Showtime': el equipo más brillante y apasionante que uno haya visto jamás.

Cuando Riley dejó los Lakers en 1990, ahora veremos cómo, lo hizo con cuatro anillos como entrenador-jefe, 1982, 85, 87, 88 y ocho presencias como entrenador 'All-Star' en el Banquillo del Equipo del Oeste. Fue nombrado 'Entrenador del año' en 1990, justo cuando abandonó Los Ángeles en coincidencia con una sonada eliminación en semifinales del Oeste ante los Phoenix Suns: 1-4. Cuando se consumó la eliminación ante los duros Suns de Kevin Johnson (103-106 en el quinto partido), en su primer año en los Lakers sin el recién retirado Abdul-Jabbar, un Riley en frenesí -le llamaban 'Riles', 'cabreos'- hizo añicos dentro del vestuario 'local' del Forum de Inglewood la pizarra de las instrucciones, lanzando amenazas a babor y estribor. Incluso a Magic Johnson. El control se había roto. Consternado, Jerry Buss contempló la escena y todos comprendieron que, sin la imponente presencia del 'Captain' Kareem Abdul-Jabbar para arreglar aquello, poca solución había. Riley presentó su renuncia a Buss, pasó un año de comentarista en la NBC (1990-91), los Lakers -ahora dirigidos por Mike Dunleavy y con Divac por Kareem- perdieron ante los Bulls de Jordan su última final de la 'Era Showtime' (1991, 1-4)... y al comienzo de 1991-92, Pat Riley firmaba por los Knicks de Nueva York. Pero ahora vamos con eso.

Con toda la herencia de profesionalidad que ya había visto a su padre, Leon, profesional del béisbol en los Phillies de Filadelfia, el Riley entrenador condimentaba sus instintos de agresividad y fortaleza física con todo lo que le había visto al insigne 'Head Coach' Adolph Rupp en los 'Wildcats' de Kentucky: máxima presión y actividad en el exterior ('guard round'), para salir disparados en 'transiciones' relampagueantes, siempre a partir de una defensa asfixiante en el perímetro y de una defensa zonal 1-3-1, incluso a media pista: toda una novedad en la América de los 70. Para ensamblar eso a la perfección se requerían un control y una disciplina no ya metódicos: feroces, abrasivos. Si salía... era algo devastador. Eso intentaban ejecutar los 'Wildcats' de Rupp... y eso hicieron los Lakers de Riley, quien en sus figuraciones describía así el sueño de su equipo ideal: "Un bosque de árboles gigantes, animados y móviles que desde su comienzo se hace impenetrable y donde se estrella el equipo rival, hasta que el bosque termina galopando sobre el rival". Los Lakers de Riley, ¿eh...?

El dominio de los Lakers en los 80 fascinó y casi intimidó a los Boston Celtics de Arnold 'Red' Auerbach y a los Chicago Bulls de un joven entrenador, un tal Phil Jackson, que en 1989 se hizo cargo de unos Chicago Bulls que... nada ganaban pese a contar con Michael Jordan: emparedados entre Celtics y Pistons en el Este, y con los Lakers en 'blitz' y en lontananza. A los orgullosos, clásicos Celtics de Auerbach y Bird -'blue collar', currantes- no gustaba tanto relampagueo en los Lakers: tanto contragolpe supersónico en James Worthy, tanta mitología en Magic y Kareem, tanta gomina sobre tanto traje carísimo (de Valentino primero; de Giorgio Armani, después) en un Rlley al que Robert Towne colocó en 'Tequila Sunrise' como el modelo humano del Detective Nick Frescia: Kurt Russell. Menos gustaba aun a Bird y -sobre todo-a Auerbach que los Lakers de Magic, Kareem y Riley parecieran encaminados a batir récords: con los Lakers en la finales de 1989 (perdidas ante Detroit, 0-4), Riley ya se situaba en cuatro anillos como entrenador-campeón... mientras que Magic y Kareem ya tenían... cinco y seis (Kareem), por sólo tres para Bird y con Auerbach (nueve veces entrenador campeón) acechando ceñudamente los acontecimientos: los Lakers habían ganado dos de tres finales casi seguidas Lakers-Celtics (1985 y 87). Habían perdido la del 84 (4-3), pero fue entre tales juramentos de venganza por parte de Rlley... que este enfureció cuando, ese mismo verano, Magic Johnson se fue a rodar un anuncio conjunto para 'Converse' en la casa de Indiana de Larry Bird: "Bird jamás vendria a Los Ángeles a rodar contigo; y lo sabes". Eso soltó Pat a Magic.

Pero el control de Riley, que nunca usó un silbato sino... su propio silbido... tenía los días contados en L. A. La maravilla del 'Showtime' no podía ser eterna. En la pretemporada de 1984-85 y desde el primerísimo día, 'Riles' insistió a sus jugadores, casi enloquecidamente, para no volver a perder, nunca jamás, otra final ante Boston, como la de aquel 1984: "Habrá un castigo especial para aquel que permita a su par anotar en bandeja en el entrenamientò". De modo enfermizo, casi obsesivo, Pat Riley revisaba cintas de Larry Bird y los Celtics: y se las hacía ver a sus hombres casi con la misma psicosis con que Jack Nicholson tecleaba en 'El Resplandor'... "Solo trabajar y no jugar hace de Jack un chico aburrido/No por mucho madrugar amanece más temprano". 

"Aquí tenemos que debatir con la mente de Bird. Antes incluso de que podamos discutir el aspecto de baloncesto que tiene esto...nunca seréis capaces de vencer a Bird hasta que no entendáis de qué modo quiere él ganar y de todo lo que es capaz para asegurarse de que él va a ganar. Mentalmente, tenemos que estar sobre y más allá de él. Y no estoy seguro de que eso siempre sea posible". Con esa mentalidad, los Lakers de Riley batieron a los Celtics en las finales de 1985 -por primera vez, y en el Boston Garden- y 1987. Pero la previsión era que la entrada en 'Modo Autodestrucción no estaba lejana. Y así fue.

Inclusive, Riley llegó a 'pescar' -a golpe de silbidos propios- a Magic Johnson (a quien llamaba 'Buck') en una playa caribeña y en una escena memorable, en el triunfal verano de 1985, con ambos de vacaciones 'separadas' en Bahamas, para instruir a Johnson sobre los ajustes que pensaba hacer en el equipo: a la vista de que Abdul-Jabbar estaba a pocos meses de cumplir 40 años. 

"De todas las personas en el mundo, a la que menos quería ver en Bahamas era a Pat Riley... estábamos allí, en la playa... y todo el mundo puede estar seguro de que Larry Bird acabó saliendo en aquella conversación", relató Johnson. En 1987, Jabbar ("el mejor jugador que yo he visto en mi vida", según el propio Riley) cumplió 40 años y su declive se aceleró. Riley dio a Johnson -a quien consideraba 'ancla' de su equipo 'laker'- mucho más peso anotador en una ofensiva púrpura y oro que ahora había de ralentizarse para esperar al viejo 'Cap' en la 'set offense', el ataque estático o posicional. Desafiante y comprometedor, Riley 'garantizó' aquel mítico 'Back to Back' entre 1987 y 88, lo que nadie había conseguido en la NBA desde los Celtics de 1968-69. Cuando firmó el 'Back to Back', en 1988, Riley empezó a hablar de 'Three-Peat' (nunca está satisfecho, como Giorgio Armani, 'non mi piace')... y un sonriente, ya cuarentón Kareem -que habia decidido la final del 88 en tiros libres abrasadores ante los más feroces Detroit Pistons- le tapó la boca con una toalla mojada en el mismo vestuario 'local' del Forum.

No habría 'Threepeat', para alivio de Auerbach, de los Celtics e incluso de Phil Jackson. En 1989, tras pasar a cuchillo por los 'Playoffs' del Oeste, sin una sola derrota, Riley encerró a su equipo en un 'training camp' durísimo,mortal: en la Universidad de California en Santa Bárbara. Para los dos primeros partidos de la gran final NBA del 89 ante esos terribles 'Bad Boys' Pistons, que casi les habían destronado en 1988... Byron Scott (que ni salió a la flamante pista del hoy demolido Palace de Auburn Hills, se lesionó ya entrenándose en Detroit) y Magic Johnson cayeron rotos con sendos desgarros de fibras, absolutamente irreparables dentro del periodo de tiempo de una Final NBA. Entre la desgracia 'provocada' por el perfeccionismo del maníaco del control, los Pistons barrieron a los Lakers, 4-0: y en esa 'barrida' y del modo en que se produjo... se marchitaron muchas de las gracias de Riley en el salón del trono de los Lakers. El último partido de esa final de 1989 fue también el último en la carrera de Kareem Abdul-Jabbar. Y...

NUEVA YORK.- Llegaron el triste adiós de 1990 y la pizarra quebrada en mil pedazos después del fracaso ante los Suns. Todo eso y mucho más le hizo acreedor al apodo de 'Riles': 'Cabreos'. Pasó la temporada 1990-91, con 'Riles' en la NBC, de nuevo como locutor... y le llegó la oferta y el compromiso con unos New York Knicks... a los que, de súbito, 'Valentino Rlley' convirtió en el equipo más hosco, físico e inquietante de la NBA. En 1991, los Bulls campeones con Phil Jackson y Michael Jordan habían barrido a los Knicks en los 'Playoffs' del Este. En 1992, eso cambió: los Knicks de Riley casi estrangulan literalmente a los Bulls de Jackson en una semifinal del Este... y ahí explotó el primer grave enfrentamiento Jackson-Riley, con Jackson, 'Gran Maestro Zen', apuntando a los árbitros que habían tolerado el 'áspero' estilo de los Knicks, 'con las menos faltas posibles'. "No porque tenga a Michael Jordan en el equipo debería creer que el mundo es suyo y que se lo vamos a dar todo por hecho", respondió Riley a Jackson. Eran caracteres totalmente opuestos: Rlley, el entrajado loco/maníaco del control a sus anchas en Nueva York ('Control Freak breaks loose in New York', tituló el desaparecido periódico deportivo 'The National', en relación a Pat Riley)... y enfrente, Phil Jackson, el 'Zen' amante de los indios 'sioux', con aire 'hippie', al que gustaba dar libertad a sus jugadores y que era -es- de pies a cabeza, un 'deadhead', un 'hooligan' de los caricaturescos 'heavy' 'Grateful Dead' de Jerry Garcia. 

En 1993, Jackson ya iba a firmar su tercer anillo, junto a Jordan... justo cuando Jordan se iba a retirar de las canchas. Pero en esa campaña 1992-93, Riley lideró a los Knicks a su mejor registro de siempre en Liga regular: 60-22... en empate con los Knicks campeones de 1969-70, los guerreros de Red Holzman. Pat recibió su segundo trofeo de 'Entrenador del Año en la NBA'... pero eso no le sirvió para batir a los Bulls de Jackson y Jordan en las finales del Este: fue 4-2 para Chicago en una intensísima serie que arrancó con 2-0 para los Knicks tras sendos triunfos en el Madison Square Garden neoyorquino. En el cuarto partido, en Chicago, Jordan descargó... 54 puntos sobre la defensa de Riley, que le enviaba a John Starks como principal perseguidor. Para colmo, los Bulls y Jackson sí culminaron (en Phoenix) el 'Three-Peat'... que los Lakers de Riley no habían podido sellar entre 1987 y 89: Jackson y Jordan aprovecharon para torturar sibilinamente a Riley a través de los medios. Pero...

Muy presionado y tras el asesinato de su padre, Jordan se retiró antes de comenzar la 1993-94, lo que no desaprovecharon Riley y sus Knicks para destronar a los campeones de Chicago con un ajustado 4-3 en las semifinales del Este: Pat Riley regresaba a las Finales de la NBA... sólo para caer con todo su equipo ante los Houston Rockets de un magistral Olajuwon: 4-3... después de adelantarse con 3-2 para los Knicks. En esas Finales de 1994, Riley se convirtió en el primer entrenador de la NBA que había participado al menos con dos equipos (Lakers 84 y 88, Knicks, 94) en partidos séptimos de las finales y... para su infortunio, también el primer perdedor en dos séptimos partidos (Lakers, 1984; Knicks, 1994) con esos dos diferentes equipos.

En 1994-95, con todas las tensiones a flor de piel en la venenosa Gotham que es Nueva York y pese a un buen balance general de 55-27, los Knicks de Riley cayeron por 3-4 en semifinales del Este ante Indiana Pacers. No había duda de que a esas alturas, Miami Heat ya estaba negociando con el propio Riley, a quien la familia Arison -propietarios de los Heat y del mayor imperio de cruceros del Caribe en Florida- consideraba 'piedra angular' para poner en pie un proyecto ganador en Florida. Allí, a Miami, los Arison ya habían llevado un diamante en bruto: Alonzo Mourning. Al fin, tras la eliminación ante los Pacers y con un fax por toda despedida, Riley dejó Nueva York por Miami. Los Knicks denunciaron 'tampering', contactos previos tramposos -en la NBA- con un entrenador aún con contrato vigente. Todo se cerró con un millón de dólares para los Knicks y una ronda de 'draft' que al fin tuvo el nombre de Walter McCarty. Pero, en recompensa, los Arison le daban a Riley prácticamente las llaves del club de Miami: incluida una parte en la propiedad. 

En Nueva York (tras un breve interregno de Don Nelson, padre) se iba a quedar al mando de los Knicks... Jeff Van Gundy, el pequeño y hábil ayudante judío de Riley... con quien Jackson pasó también a tenérselas tiesas, llamándole 'Van Gumby'. El pobre Van Gundy/Van Gumby (hoy, también... comentarista televisivo) respondió llamando a Jackson... 'Big Chief Triangle', 'Gran Jefe Triángulo' -por el sistema de ataque 'jacksoniano', de Tex Winter-: a Jackson, el gran jefe 'Señor de los Anillos' de Chicago y de los Lakers. Y Riley se alineó absolutamente con el pobre 'Van Gumby': 

"Aquellos que no han crecido dentro de la estirpe y los conocimientos de los entrenadores siempre tienen unos 'tics' en los que delatan una educación que no es del todo propia ni correcta. Especulan y usan esa posición para maniobrar en los contratos. Tampoco usan los protocolos debidos cuando han de moverse entre los verdaderos entrenadores, algo que sí hace Jeff Van Gundy con toda propiedad. Si yo fuera el club de Nueva York, no perdería tiempo en atar por largo tiempo a ese tipo de entrenador de clase y raíces naturales, que es todo lo que Jeff representa en este club", lanzó Riley, ya desde Miami, como un misil claramente dedicado a un Jackson del que, en años posteriores, siempre en Miami, iba a refutar muchas declaraciones o planteamientos calificándolos como 'weak, weak assessments...': 'apreciaciones débiles, erráticas de quienes no han crecido como verdaderos técnicos'. 

Todo perfecto... excepto cuando se considera que Phil Jackson ha cerrado su carrera como entrenador  en los banquillos con once anillos de campeónNBA (Auerbach... nueve (9), más siete como Ejecutivo), plusmarca NBA: anillos siempre en compañía de Michael Jordan, Scottie Pippen, Shaqulle O'Neal, Kobe Bryant, Pau Gasol y, entre otros más, el magistral 'assistant coach' Tex Winter, verdadero inventor del 'Ataque de Triángulo' de 'Big Chief Triangle': esto es claro.

(NOTA: desde 1984 hasta hoy mismo, en las Finales de la NBA SIEMPRE ha aparecido al menos un jugador que haya sido compañero de Shaquille O'Neal en distintos equipos: Horace Grant, Steve Kerr, Dennis Rodman, Kevin Garnett, Dwyane Wade, Byron Scott, Kobe Bryant, Robert Horry, Danny Green, LeBron James...). Por su parte, el propio Shaquille ganó cuatro anillos: 2000, 01, 02, 06, tres con los Lakers y el último con Miami, y también jugó las finales de 2004 (Lakers) y 1995: ésta, con Orlando.

LA RECONSTRUCCIÓN DE MIAMI.- En Miami, y en 1995-96, la primera temporada de Riley al frente de los Heat (ya con Mourning, claro... y con Tim Hardaway), el club ganó diez partidos más (42-40) que en 1994-95. Pero cayó sin remedio en primera ronda de los Playoffs del Este (0-3)... ante los mejores Bulls de Jackson y de un Jordan reaparecido en 1995, a tope de instinto asesino. Pero Riley continuó su labor, adquirió, por ejemplo, a Dan Majerle, eligió a Dwyane Wade con el número cinco del 'Draft 2003'... y en 2004 aprovechaba las 'rebajas' de unos lakers en plena crisis interna de Shaq y Kobe: Lamar Odom, Caron Butler, Brian Grant y una primera ronda de Draft se fueron a los Lakers a cambio nada menos que de Shaquille O'Neal. 

En dos años más, los Heat eran campeones, tras sellar su primer título ante los Mavericks de Mark Cuban y Dirk Nowitzki en las Finales de 2006 ('Lleven sólo una muda de ropa', fue la motivación de Riley a sus jugadores de Miami Heat para los dos últimos partidos, en Dallas; no hizo falta más). En abril de 2008 Riley se movía definitivamente al despacho como presidente de operaciones de los Heat, dejando el banquillo en manos de su primer ayudante, Erik Spoelstra: ex base de calidad en la NCAA (Portland). Y esto fue lo mismo que Riley, muy posiblemente, hubiera hecho también con Van Gundy en Nueva York. Desde los despachos, Riley ("el traspaso de Pau Gasol ha desequilibrado la NBA y ha hecho renacer a los Lakers", dijo Pat en ese mismo 2008, amén de elogiar mil y una veces a la mejor Selección española), el Presidente de Operaciones de Miami Heat consiguió los fichajes de Chris Bosh y LeBron James ('llevo mis talentos a South Beach...'); todos ellos, junto a Wade y a una estructura llena de control -con estrellas no demasiado fáciles de conjuntar- y disciplina... ofrecieron a Miami Heat, después de 2006 otras cuatro finales de la NBA... y dos anillos más.

En 2014, LeBron James, LBJ, 'King James, regresó a Cleveland Cavaliers, por la mera razón de considerar que su ciclo en Miami había finalizado... y por el simple deseo de llevar un anillo a Cleveland, Ohio: su tierra. LBJ no acabó demasiado bien con Riley; y menos cuando se enteró de que 'Riles' había calificado su regreso a Cleveland como “el mayor error de LeBron en su carrera”  Algo parecido a lo que pasó en 2005-06 con Stan Van Gundy (SVG), cuando Pat decidió el despido de SVG para guiar él mismo directamente a Wade y Shaquille O'Neal: rumbo directo al título.

Ahora, de nuevo un Miami Heat reconstruído bajo el control del 'Loco del Control' está en las Finales de la NBA, que el club de Florida no pisaba desde 2014, desde la última de LeBron en Miami. Los 'tics', tremendos 'tics', siguen ateniéndose al guión de 'Riles': el 'bulldozer' Bam Adebayo -a quien Riley compara con Shawn Kemp, aquella 'bestia' de Seattle- y el 'hacelotodo' Tyler Herro, dos jugadores con toda la disciplina y carácter de los 'Wildcats' de Kentucky, han sorprendido a toda la Conferencia Este en estos 'Playoffs de la Burbuja' de DisneyWorld. 

Contra los Lakers de LBJ y 'Brow' Davis -los Lakers, 'Riles', 'tus' Lakers...-, Miami Heat lo va a tener muchísimo más duro. Goran Dragic y Adebayo ya cayeron al piso, llenos de dolor, en la primera de las batallas de la gran final. A Bam Adebayo, que vivió en una caravana verde... pues como que no debería importarle mucho. Pero en el camino de LeBron, de Anthony Davis y de los Lakers quedan Tyler Herro, Jimmy Butler, Duncan Robinson, Kendrick Nunn... todos obligados a un control de peso cada lunes en el que se revisa milimétricamente incluso la grasa corporal. "El carácter y la fortaleza de los jugadores de los que estamos hablando son tales que siempre han encontrado la perseverancia para abrir puertas que inicialmente se les habían cerrado. Esa fortaleza interna es un talento en sí, tanto como el talento del que tiene más de 100 centímetros en salto vertical al llegar a la Liga. Quiero trabajar aún más duro por y para esa clase de jugadores. Esos son los jugadores por los que nosotros haremos cualquier cosa, literalmente cualquier cosa... para ayudarles a cumplir sus sueños", ha dicho Erik Spoelstra: exactamente lo mismo que hubiera dicho un Riley... que hoy cobra 50.000 dólares por cada uno de sus 'speechs' o 'Conferencias de Motivación Personal'. Pat nunca ha negado que vota al Partido Republicano (al menos así hizo con los Bush, el hijo y el padre)... y que es católico practicante, como su esposa: Chris.

Y ese es el método de Riley. El mismo que, en 1985, el vuelo TWA 846 del 8-6-1985, Los Angeles-Boston, se metió en la boca un cubito de hielo, ante los periodistas que aún volaban comercialmente con los clubes. Iban todos, equipos y periodistas, de regreso a Boston, con los Lakers de Riley, Magic y Kareem en ventaja de 3-2 ante los Celtics de Larry Bird. "Mirad qué va a pasar", dijo Riley. Pat chupó el hielo entre el paladar, lo masticó un poco y en menos de un minuto, el cubito se deshizo. "Boston nos va a ver correr más y más. En algún momento, alguien va a hacer 'crack'. Y, si apretamos y corremos, lo probable es que van a ser ellos". Estaba allí Earvin Magic Johnson. Y corroboró al 'boss' Riley: "La orden que él ha dado es apretarles, 'pushin', empujarles: incluso aunque no anotemos: pero hasta que se rompan". Pero... ¿puede el control del ya bien septuagenario Patrick James Riley quebrar la fuerza y deseo de ganar de LeBron 'King' James? Sólo sabemos una cosa: 35 años después de aquel avión de TWA-846, Los Angeles-Boston... LeBron James NO es un cubito de hielo. Y Riley, el patrón NBA de Giorgio Armani, aún sigue aquí: pero con 75 años cumplidos. Si el tiempo y los Lakers esperaran a alguien... podrían esperar a Pat Riley. Pero...