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El par de 'Air Jordan 1/Chicago' que 'Christie's' ha vendido en más de medio millón de euros

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
18/10/2020

El domingo 25 de agosto de 1985, muy poco más de un año exacto después de haberse colgado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en cómoda final ante la España de Antonio Díaz-Miguel (96-65 para EE UU), Michael Jeffrey Jordan, 'Air' Jordan, se hallaba de gira promocional por Italia, por cuenta de 'Nike'. Procedente -sin graduar- de la North Carolina University de Dean Smith, los 'Tar-Heels' de UNC, con quien había ganado el Campeonato Nacional Universitario NCAA de 1982 (y con canasta decisiva, en tiro agónico), 'Air' Jordan ya había sido elegido en el número 'tres' del 'Draft NBA' de 1984: sin más comentarios, los pívots Hakeem Olajuwon y Sam Bowie fueron los números uno y dos; Sam Perkins, su compañero de UNC, el número cuatro, etc.

En aquel 1985, el mismo año en que recibió de parte de sus compañeros (?) del equipo de la Conferencia Este un clamoroso y doloroso boicot en el 'All-Star Game' de Indianapolis (boicot que en 1992 le pasaría cara y 'olímpica' factura a su instigador, Isiah 'Zeke' Thomas)... Michael Jordan no era aún, a sus 22 flamantes añitos, la megaestrella o 'SuperNova' planetaria que iba a resplandecer al llegar los años 90. De momento, Jordan ya había sido elegido 'Rookie/Novato del Año 1985' en la NBA, al capitanear a su equipo -entrenado entonces por Kevin Loughery- en puntos (media de 28,2, tercera absoluta de una Liga liderada por los 32,9 del alero 'knick' Bernard King), rebotes (6,5), asistencias (5,9) y robos de balón: 2,4. En 1985, Michael Jordan se convirtió en el primer 'rookie' en la historia de la NBA que firmaba todos esos liderazgos en su equipo, en esa su primera temporada. En 'total de puntos anotados', promedios al margen (2313 puntos totales), Michael fue el anotador más prolífico de la Liga. Gracias a la irrupción de 'Air' -que se iba a partir dramáticamente el pie izquierdo en un 'fast break' ante los Warriors, justo al comienzo de la campaña 85-86-, los Bulls de Loughery mejoraron en once victorias su balance estacional de 1984 a 85: de 27 a 38 triunfos totales. Y así, aquellos Bulls de Loughery... y 'Air' Jordan se plantaban en los 'NBA Playoffs' sólo por segunda vez en las siete temporadas transcurridas desde 1978. En los 'NBA Playoffs' de 1985, el equipo de Chicago y de Jordan capitularía por 1-3 ante un potente equipo de los Milwaukee Bucks, con Sidney Moncrief y Terry Cummings como estrellas.

Se quiere insistir en que, pese a todo, el Jordan al que 'Nike' llevaba de gira por Italia -con una Liga, una Selección 'Nazionale' y un 'pallacanestro' cien veces más fuertes que todo lo de ahora-... no había subido aún al trono que sería el de 'His Airness', 'Su Alteza Aérea', ni a los firmamentos semidivinos donde ya se instaló a finales de los años 90. Aquel domingo 25 de agosto de 1985, Nike había planeado que Michael interviniera, un tiempo con cada camiseta, en un amistoso entre dos buenas escuadras de la Serie A italiana: Stefanel Trieste, tercero de Italia en 1985, contra 'la' Juventus Caserta: los 'casertinos', con Oscar Schmidt, el 'capocannoniero' brasileño y el gran anotador uruguayo Horacio 'Tato' López. En los Juegos Olímpicos de 1984, López había liderado la anotación global, con 24,9 tantos de media, 199 puntos totales: a España le endosó 20 puntos (y a EE UU, 24), en la victoria española sobre Uruguay por 107-90. De la fenomenal mano de Oscar Schmidt... está casi todo dicho. Por ejemplo, a la España olímpica de los Juegos de 1988, en Seúl, Oscar Schmidt le 'cascó'... 55 puntos. Casi nada al aparato. Y hay tantos ejemplos... pero estábamos con Michael Jordan, aquel domingo 25 de agosto de 1985, en el abarrotado Chiarbolla Hall/Palasport de Trieste, Friuli-Venezia Giulia, Italia...

EL TABLERO DESTROZADO.- Como decimos, 'Nike' había programado en Italia sendas exhibiciones de Jordan, el campeonísimo olímpico de 1984 deslumbrante 'Rookie del Año 1985' en la NBA. Más adelante se suspendería la segunda exhibición, la de Roma; la razón de que el 'Show Jordan' apareciera en Trieste era la buena relación comercial de Giuseppe Stefanel, patrón de la 'squadra' de Trieste, con la compañía estadounidense de Phil Knight: en aquellos momentos, Stefanel arrancaba en Italia con una cadena de distribución de tiendas de ropa 'sport' de primera calidad y de suprema moda en el país transalpino: así que no podía haber mejor reclamo para Phil Knight y los ejecutivos oregonianos de la 'Swoosh Band', con toda su mercadotecnia Jim Riswold, Wieden&Kennedy. Cuando Michael Jordan, guiado por la propia megaempresa de Oregón y por su 'SuperAgente', David Falk, ya dejaba caer la sensata idea de que 'los Republicanos también compran zapatillas'...  Stefanel y 'Nike' acordaron que para la 'Air Jordan 1', diseñada por Peter Moore, se podía proyectar y elaborar un nuevo modelo con ribetes anaranjados, el color-emblema de la marca de Giuseppe Stefanel.

Jordan apareció en Trieste... en helicóptero. Aterrizó en los aledaños del Palasport, en cuya pista iba a 'aterrizar' bien pronto... de otra manera diferente. Rápidamente, Michael, 'MJ', descartó la idea de jugar cada parte con un equipo. Dio una entrevista televisada con la camiseta de la 'JuveCaserta', blanca camiseta casi 'cunera' con la que también hizo el calentamiento de la exhibición: y ya. Le motivaba medirse con el cañonero Schmidt Bezerra: que en dos años más, en 1987, apuntillaría a EE UU en la final de los Juegos Panamericanos en Indianapolis: 46 puntos, 7/15 en triples y 115-120 para Brasil. 

En el vestuario local del Chiabolla Hall, Jordan se ganó a sus 'compañeros“ de 'la' Stefanel (el exbarcelonista Otis Howard, Craig Shelton, Gianni Bertolotti, Antonio Francescatto... entrenados por Santi Puglisi), con una sola frase de entrada:  'Calcetines, por favor'. Según alguno de los fascinados testigos, alguien preguntó al imponente 'Air' (22 frescos y devoradores años) si trabajaba 'especialmente' en su salto. "Es algo natural, es la crema de mi madre", replicó Michael Jordan: era todo sonrisas. Y poder: 'power'. 'Air Power'. 

Con la camiseta negra y naranja de 'la'' Stefanel -que en Trieste se custodia en una vitrina, de modo casi religioso-, Michael anotó 30 puntos, dio el 'show' esperado, suspendiéndose en el aire, 'hangin' time', rectificando en acción de modo inverosímil, repartiendo asistencias... y, al fin, fallando -¿a posta?- el triple que depositó el partido en la prórroga. YouTube aún nos ofrece los 'highlights' de aquella fascinante 'performance' de un joven semidiós Jordan, aéreo y felino. Cautivaba. Pero había un problema inopinado: los aros basculantes, recién estrenados en Europa a mediados de los 80, no estaban totalmente desarrollados en la frágil conexión con los tableros y sus soportes en pista, más largos, desequilibrados e... inestables que los de más adelante. Avanzada la segunda parte, en fulgurante ruptura en transición, Jordan, ya 'caliente', desembarcó en pleno vuelo por el 'pasillo aéreo' de la izquierda, machacó el aro de 'la' JuveCaserta y aterrizó sobre el piso de la pista de Trieste en un tormentoso 'slam dunk' sobre el tablero y aro que defendían (?) los casertinos. Fue como un proyectil de combate aire-tierra. En los 'highlights' de ese día se observa cómo las rodillas y muslos de Michael planean literalmente sobre la nuca de Horacio 'Tato' López: listado en 196 o 197 centímetros de altura, según quien lo diga. 

Destrozado en pedacitos por la violencia del proyectil 'jordánico' -parecido a como había hecho Arvydas Sabonis en la Navidad de 1984 con un tablero del Pabellón del Real Madrid, en la vieja Ciudad Deportiva blanca, o como tantas veces hicieron los mastodontes Shaquille O'Neal y Darryl 'Gorilla' Dawkins-, el tablero de Trieste estalló en mil fragmentos de cristal, 'shattered backboard'... sobre el mismo López y sobre Pietro Generali, el internacional italiano de 'la' JuveCaserta. Oscar Schmidt llegaba a la defensa algunos metros por detrás de López y Generali, quienes -como Alfonso del Corral bajo Sabonis, en Madrid- debieron ser atendidos de pequeñas heridas y cortes: 'Tato' López lo pasó peor; necesitó un tiempo para cicatrizar el tendón lesionado por cortes en una mano. El Chiabolla Hall enmudeció y el murmullo de asombro de los 'tifosi' de Trieste se extendió durante la casi media hora que se necesitó para colocar otro tablero en el Palasport triestino. En el palco, Giuseppe Stefanel entraba en éxtasis... en compañía de Howard White, el gran amigo y asistente personal de Michal Jordan que hoy es... vicepresidente de 'Air Jordan Brand'. Así relató la escena de Trieste un testigo privilegiado en el 'campo de batalla': el propio White...

"Había vidrio y cristales por todas partes. El tablero explotó, explotó... y allí estaba yo, mirando a los ojos y oídos de él (Michael Jordan), buscándole pedacitos de cristal. En aquel mismo momento fue algo extraño, como salvaje. Daba susto porque no sabíamos hasta dónde habían podido llegar los cristales. Siguieron jugando pero entonces hubo un momento, y se lo dije al 'boss' italiano, Stefanel, hubo un momento en el que pensé y dije... 'no sé en qué forma y cómo se puede detectar cuándo ha pasado una cosa de otro mundo, pero esto de ahora va a ser algo muy grande'. Aunque para MJ... ese fue simplemente un momento más en un partido que él estaba disfrutando jugar".

En efecto, el partido continuó -no como aquel de Madrid y Sabonis, que se suspendió con la rotura del tablero, finalmente barrido a balonazos por Juan Corbalán- ...y aquel Trieste venció a aquel Caserta en la prórroga de aquel 25-8-1985 por 113-112. Dada su abrumadora visión de la realidad, el propio Michael Jeffrey Jordan era consciente de que había atravesado por un momento verdaderamente importante o trascendente, algo así como si hubiese caminado sobre los aguas del Golfo de Venecia. "Juego a este juego para ser el mejor jugador de la historia y estoy seguro de que voy a llegar a serlo", dijo 'Air' a los periodistas presentes en aquel vestuario de Trieste, aquel 25 de agosto de 1985.

LA SUBASTA DE CHRISTIE'S.- Lo que pasó con la carrera de Michael Jordan en los siguientes diez o quince años es bastante sabido. Lo que pasó con las zapatillas (altas, botas 'top') que Michael se calzó en aquel partido imborrable de Trieste, unas 'Air Jordan 1' rojas y blancas, número '13,5', el europeo '47 largo o 1/3', denominadas 'Chicago', con el diseño original de Peter Moore, el mismo modelo del que, en versión rojo y negro Jordan dijo en principio a David Falk que 'tienen los colores del diablo'... esto es algo que se ha consumado en 'Christie's', la célebre Casa de Subastas británica: este 14 de agosto pasado. Tras una subasta estrictamente 'On Line', las zapatillas con las que Michael Jordan destrozó el tablero en Trieste, arañadas en rojo, rozadas, firmadas y certificadas lógicamente por el mismo Michael Jordan, se han vendido en 615.000 USD/dólares estadounidenses: 524.781 euros, al cambio actual. Con certeza, las zapatillas más caras de la historia. Por ejemplo, 'Sotheby's', la firma de subastas que es gran rival de 'Christie's' ya había vendido zapatillas -y camisetas- distinguidas de Michael Jordan en cifras realmente obscenas, más allá de 500.000 dólares: pero no más allá de 600.000 USD, al menos que se sepa.

Las 'Air Jordan 1/Chicago' de Trieste -son las mismas que ofrecemos en la imagen que abre este texto- salieron a la venta en 'Christie's', dentro de una subasta de material deportivo 'jordánico' concertada con la empresa 'Stadium Goods', que comercia expertamente con estos temas. La subasta 'On Line' comenzó el pasado 30 de julio y se cerró el 14 de agosto, para un lote total de material 'jordánico' que alcanzó finalmente en su totalidad tanto como 931.785 dólares: 795.172 euros. Comprendidas las botas de Trieste, claro es. En este mismo reciente lote de 'Stadium Goods' y 'Christie's', unas 'Air Jordan 7/'Olympic', que Jordan usó en los Juegos Olímpicos de 1992, en Barcelona, se tasaron al fin en 112.500 USD. Es decir, 95.992 euros de hoy.

La barbaridad de Trieste -desde entonces no se ha vuelto a conocer, al menos en un partido oficial de NBA o de Selección de EE UU que Jordan haya roto ningún otro tablero- movió a los ejecutivos de 'Nike', en efecto, a lanzar al mercado, a principios de la primera decada del Siglo XXI, una edición de las 'Air Jordan 1/Chicago' en colores negro y naranja -aquel 'anaranjado' de 'Stefanel'-, llamada exactamente... 'Shattered Backboard', edición limitada, con el empeine del material como rasgado por... vidrios.

El 30 de agosto de 1990, en el Palacio de los Deportes de Barcelona, en Montjuïc, Michael Jordan también jugó en España un partido de presentación de la ACB 1990-91, con dos equipos, 'Naranja' y 'Azul', a las órdenes del ya fallecido Jesús Codina y de José Alberto Pesquera. Esta vez, Jordan sí repartió el tiempo de juego equitativamente entre ambos equipos, el 'Naranja' y el 'Azul', no como cinco años atrás en Trieste: pero se 'descolgó' con 37 puntos. "No salgo a jugar este juego a ninguna pista si no es completamente en serio", sentenció Michael aquella noche barcelonesa, tras deslumbrar a los mismísimos focos de Montjuïc, en una Barcelona preolímpica... a la que iba a regresar en poco menos de dos años para colgarse su segunda medalla de oro, cuando ya se había ceñido los dos primeros de sus seis anillos de campeón de la NBA: 1991 y 92.

Desde aquel 1985 del 'show' extraterrestre de Trieste, Michael  'Air' Jordan ha ganado por vía del deporte unos 1.850 millones de dólares (como 1.590 millones de euros, al cambio actual), a través de sus quince años de contratos en la NBA -la cola del león, con 33,14 millones de dólares en su último año 'grande' en Chicago, 97-98-, acuerdos con Nike, Gatorade, Guy Laroche, Hanes o Upper Deck. Sólo la facturación bruta anual de la marca personalizada 'Air Jordan Brand' (que equipa al PSG, por ejemplo y a universidades 'bombón' de la NCAA)... asciende a 3.100 millones de dólares. Siempre con Howard White como copiloto del 'boss'. 

Como propietario de los Charlotte Hornets de la NBA, Jordan dio en 2010 un golpe masivo, al comprar en 175 millones de dólares la franquicia que entonces se llamaba 'Bobcats'. En clara ascensión económica y de mercados, a partir de 2013 y gracias a la mano mágica de 'His Airness' -Michael Jordan, MJ23-, la franquicia de los actuales Hornets tiene un valor estimado de... 780 millones de dólares. Entre 2014 y 15, incluso Roger Federer comercializó con 'Nike' una línea de zapatillas 'Roger Federer X Air Jordan'. Michael no sólo ha generado ese dineral para Federer, 'Christie´s', 'Sotheby's' o 'Stadium Goods'. Fue directamente responsable de las prosperidades de Phil Jackson, Scottie Pippen, Dennis Rodman... con todos sus mayores, multimillonarios contratos. También generó una era de prosperidad, florecimiento y proyección de la NBA... seguramente irrepetible al nivel de que exista un 'generador' o 'productor' de mercados con semejante magnetismo y carisma.

Lo más singular de todo era la estupefaciente realidad de ver en acción y en vivo a Michael Jordan: y lo escribe quien aquí firma: que, entre 1988 y 2003 visionó más de un centenar de sus partidos en las pistas de Costa Este a Costa Oeste, en Chicago (en el Stadium y United Center), Detroit, Cleveland, Salt Lake City, Los Ángeles (Forum y Staples), Seattle (Key Arena), Portland, Miami, Charlotte, Phoenix, Nueva York, Washington, Memphis: incluidas todas sus finales NBA. Lo extraordinario es que esa realidad... siempre resultaba mejor, más fuera de lo común y más carismática que todos los cuentos, fábulas, habladurías y exageraciones. La NBA ha sobrevivido a las retiradas y adioses de Michael... del mismo modo que el teatro continuó sin William Shakespeare. Claro...

Pero ahora mismo, en plena -historica, asimétrica, descomunal- caída de 'ratings' televisivos y de audiencias de la NBA, bien a pesar de una final como la reciente Lakers-Miami, ni el actual Michael Jordan, a sus 57 años, puede recrear las hazañas o las piezas de aquel 'Air' Jordan. Aquella NBA y aquel proyectil aire-tierra que estalló en 1985 sobre el tablero de Trieste siguen vivos de algún espectral modo. Es en resplandecientes cintas de video, en las alucinantes subastas de 'Christie's', 'Sotheby's' y en el aire carismático, hipnotizador y magnético que aún le queda al magnate Michael Jeffrey Jordan. Pero nunca volverá.