muchodeporte.com Polideportivo

1971-2021, 50 años de 'The Fight of the Century': Joe Frazier tumba a Muhammad Ali

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
06/03/2021

En boxeo y entre una docena de cuerdas con más o menos tensión, los Estados Unidos de América habían vivido hasta los años 60 del Siglo XX bajo el grandioso halo de una serie de nombres de leyenda. Para empezar, Jack Johnson, el primer gran campeón de raza negra, que a comienzos del Siglo XX viajó por España, se hizo amigo de toreros como Juan Belmonte, José Gómez Ortega, 'Gallito' o Ignacio Sánchez Mejías: y acabó siendo perdonado nada menos que por Donald Trump de una serie de delitos de tan poca importancia como viajes interestatales... con mujeres blancas.

Tras Johnson llegaron, como en torrente, y siempre en los grandes pesos, otros mitos relampagueantes en su furia, sus 'uppercuts', sus 'crochets' a las mandíbulas rivales y sus feroces modos de combatir: Jack Dempsey, 'El Martillador de Manassa' (que fue lanzado a puñetazos por Luis Ángel Firpo, 'El Toro de las Pampas', fuera de las cuerdas del 'ring' del viejo Polo Grounds neoyorquino, aunque a Dempsey se le dio ganador al fin); tras Dempsey estalló Joe Louis Barrow el llamado 'Brown Bomber', Joe Louis, el 'Bombardero Oscuro o 'el Destroyer' de Detroit', 12 años titular mundial de los pesos pesados, 'La Mano Derecha de América', y ello pese a su infamante derrota de 1936 ante el alemán Max Schmeling, que Adolf Hitler aprovechó para propaganda aria... y que Louis vengó de sobra en 1938, al hacer pulpa a Schmeling en sólo 124 segundos.

Los relámpagos de furia pegadora no se detuvieron. Centelleaban desde la América más oscuramente afroamericana y desde núcleos industriales, mineros o portuarios, como Brockton, Massachusetts, donde emergió una cimarrona, hostil Fuerza de la Naturaleza: Rocco Francis Marchegiano, 'Rocky Marciano', que se retiró en 1956 como el único campeón mundial de los pesos pesados imbatido en toda la historia: 49-0. 49 victorias en 49 combates. 'The Rock', 'La Roca' o 'The Brockton Blockbuster', el Picapedrero de Brockton. Por aquellos mismos tiempos, el californiano (de Culver City, L. A., nacido en 1921) Walker Smith Jr., más conocido como "Sugar Ray Robinson" se ofrecía en todo su esplendor como lo más cercano a la perfección en el Noble Arte del boxeo. 

"El ritmo lo es todo en boxeo", proclamaba 'Sugar Ray': quien, antes de arrasar en los pesos medios, con cinco títulos mundiales, en los años 40 y 50, había sellado 85 victorias en el campo 'amateur'... con 69 KOs: y de estos KOs... 40 en el primer asalto. En 1990, 'The Associated Press' nombró a 'Sugar Ray' como 'Mejor Boxeador del Siglo XX'. Pero en 1997 y 2007, la revista 'The Ring', la llamada 'Biblia de las Doce Cuerdas' y la ESPN fueron más allá y designaron al fantástico estilista californiano como 'el mejor boxeador de todos los tiempos, libra por libra'. 'Sugar Ray Robinson' fue lo más cercano a la perfección.. alguien que dejaba pagadas comidas en los mejores restaurantes de Chicago a los viejos compañeros y compañeras que le habían ayudado en las luchas callejeras del gueto. El alma de 'Sugar Ray'... siempre vivió en las calles, en el gueto. Casi al mismo tiempo, Archie Moore, el estilista de Benoit, Mississippi, que más tarde asesoraría a George Foreman, estableció que 'el boxeo son sílabas; para ser buen boxeador debes aprender a recitarlas de memoria'...

Con la decadencia de 'Sugar Ray Robinson', a finales de los años 50 (se despidió en 1965, murió en 1989) y con las retiradas de Joe Louis y Marciano perdiéndose en lo más profundo de los años 50 (1951, 56)... América estaba lista para buscar un nuevo héroe con guantes de crin. En 1967, ya con el Sudeste asiático en llamas (de 'napalm' y de 'Agente Naranja'...), Cassius Marcellus Clay (Louisville, Kentucky, 1942), campeón olímpico en Roma, en 1960 -y ya en 1964, de los grandes pesos mundiales-, acababa de convertirse al Islam de los 'Musulmanes Negros', con Elijah Muhammad como guía. Cassius desechó lo que consideraba un 'nombre de esclavos' y pasó a rebautizarse como Muhammad Ali. El 22-3-1967, firmando un 'récord' profesional de 29-0, Ali, deslumbrante campeón mundial de los pesos pesados, aquel que "danzaba como una mariposa y picaba como una avispa"... disputó ante Zora Folley, también en el Garden neoyorquino (pero en el edificio derribado en 1968) la que iba a ser su última pelea en tres años. 

En otro mes más de 1967, el 28 de abril y en la Oficina de Reclutamiento de Houston, Ali -oficialmente, todavía Cassius Clay- fue llamado verbal y formalmente al alistamiento para Vietnam... y se negó a responder las tres veces que escuchó su nombre. "No tengo nada contra ningún Vietcong, ninguno de ellos me ha hecho nada". Era el resumen de los sentimientos del gran campeón de esgrima y movilidad imposibles para un peso pesado, con su 1,92 de altura y 1,98 de envergadura o alcance de brazos: 'reach'. De inmediato, Ali fue detenido preventivamente, acusado de 'deserción' y despojado de todos los cinturones de los grandes pesos que su fantástica carrera había unificado desde aquella paliza iniciática de 1964, en Miami Beach, a Sonny Liston, el 'Oso Feo y Perezoso'. Así lo explicó todo Ali, en la misma Oficina de Reclutamiento de Houston, ya respaldado públicamente por su nueva confesión religiosa: los 'Musulmanes Negros'/'Nación del Islam': "No se supone que los musulmanes vayamos a tomar parte en ninguna Guerra, a menos que esta sea declarada por Allah o su Profeta. El Sagrado Korán nos dice que no tomaremos parte en guerras de cristianos o de cualquier otro tipo de infieles. No tengo disputa alguna con ningún guerrillero 'Vietcong'...¿Por qué han de pedirme que me ponga un uniforme y marcharme a 10.000 millas de casa para lanzar bombas y balas en Vietnam sobre pobre gente de otra raza, mientras que en mi ciudad, Louisville (Kentucky) los llamados 'Negros' son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples?"

Después de esto, y en la América de los años 60, pocas dudas quedaban: Ali (1,92 metros de altura, nacido en 1942; fallecido en 2016 en Scottsdale, Arizona) fue despojado del cetro mundial de los grandes pesos por todos los organismos competentes. Le fue retirada la licencia de boxear en los Estados Unidos de América, algo que la todopoderosa Comisión Deportiva del Estado de Nueva Yok (NYSAC) formalizó ya ese mismo 28-4-1967, tras los acontecimientos en la Oficina de Reclutamiento de Houston. El 20-6-1967, Ali, campeón invicto de los pesos pesados (29-0 hasta el 22-3-67, cuando noqueó a Zora Folley en el Garden, poco después de pulverizar a Ernie Terrell, que le llamaba 'Cassius', al grito furioso de '¿Cuál es mi nombre?')... fue juzgado por el Tribunal Federal en Houston y declarado culpable -en la práctica, un 'desertor'- de incumplir la Ley del Servicio Militar en EE UU ('Selective Service Law'), con pena de hasta cinco años en prisión y multa de 10.000 dólares de la época. Fracasaron sendas apelaciones de Ali: en Houston y New Orleans.

JOE FRAZIER.- Muy pronto, absolutamente respaldado por los 'Musulmanes Negros' del siniestro emir Elijah Muhammad, con el apoyo más o menos encubierto de alas pacifistas del Partido Demócrata y entre el clima de hostilidad creciente entre la opinión pública hacia la masacre vietnamita... Muhammad Ali apeló de inmediato al Tribunal Supremo estadounidense: la ejecución de la sentencia quedó suspendida. Curiosamente, y en los primeros momentos, en 1967, un tal Joe Frazier (Joseph William Frazier,1944, Beaufort, South Carolina, fallecido en 2011 en Filadelfia, 1,82 metros de altura) que iniciaba la escalada hacia la gloria sentenció sin el menor problema: "Yo soy de religión baptista y si a los baptistas nos prohibiesen algún tipo de pelea o guerra, yo no iría a esa pelea o guerra. Considero a Muhammad Ali el campeón mundial de los pesos pesados y no me sentiré el campeón mientras no le arrebate ese título en el 'ring". 

Pero a comienzos de 1968, y mientras se negociaba su 'status' judicial, Ali/Clay anunció su retirada oficial del boxeo, y en consecuencia la renuncia formal a todo derecho sobre el título mundial de los pesos pesados. Había paso libre para Joe Frazier. Entre descalificaciones, apelaciones, indignación y controversia, Muhammad/Cassius no volvería a combatir hasta que Atlanta, en Georgia, le concedió licencia para medirse con el californiano 'irlandés' Jerry Quarry. Fue el 26-10-1970, y en el tercer asalto se detuvo la pelea a causa de un gran corte sobre el reventado ojo de Quarry, quien intentó seguir, acometiendo físicamente contra Ali... y contra el árbitro. Entretanto, y hacia el fin de los tres años de ausencia de Ali, ya había emergido, como un animal de presa, la sombría e inquietante figura de Frazier, 'Smokin' Joe, a quien Norman Mailer describía bien simplemente: 'Una máquina de guerra'. 

Amenazadoramente robusto y de miembros masivos aunque algo bajo para un peso pesado (1,82 de altura, 1,82 de alcance o 'reach', y 93 kilos por los 98 de Ali, el 8-3-71), Frazier era, en efecto, un 'bulldozer', una excavadora humana de golpes al cuerpo del rival -el enemigo, seamos claros-, en ráfagas de ganchos y 'crochets' cortos de izquierda... y derecha. Nacido el 12-1-1944, y también oro olímpico en pesos pesados, en 1964, en Tokio, Frazier, de South Carolina, era algo más joven que Ali: nacido el 17-1-1942 en Louisville, Kentucky. Sin duda, y todo con todo, Ali era el mejor boxeador: 'The Greatest', El Más Grande de Todos los Tiempos. Pero Frazier era... feroz.

De inmediato se organizó, ya en 1968, un 'torneo eliminatorio' para cubrir la 'vacante' del Campeonato Mundial de los pesos pesados. La propia Comisión Deportiva del Estado de Nueva York, la NYSAC, manejada por la tremenda personalidad del Comisionado Edwin B. Dooley, auspició el torneo del cetro 'vacante' y lanzó por esa ruta al Consejo Mundial de Boxeo y a la Asociación Mundial de Boxeo: WBC, WBA, las dos mayores asociaciones que cobijaban a los campeones de las doce cuerdas. La NYSAC fue 'oficializando' los primeros pasos del torneo eliminatorio y dio oficialidad como titular mundial al propio Frazier, después de que este pusiera fuera de combate en cinco asaltos a Buster Mathis, uno de sus rivales más ancestrales. En 1964, sólo una lesión de Mathis había permitido a Frazier ser convocado para el equipo olímpico estadounidense de los Juegos de Tokio, donde casi inevitablemente 'Smokin' Joe firmó la medalla de oro: igual que Clay/Ali había hecho en Roma-1960 y como después lograría George Foreman: en 1968, en México... y con paseíto de la bandera de las barras y estrellas en los Juegos Olímpicos del 'Black Power'.

A manos de de Frazier y/o Ellis fue cayendo un listado de aspirantes: Manuel Ramos, Jerry Quarry, Dave Zyglewicz, el 'toro' argentino Oscar 'Ringo' Bonavena (dramáticamente asesinado años después, en un burdel neoyorquino). En años sucesivos, tanto Frazier como Ellis iban a dar sendas lecciones de boxeo -si bien de distinto talante y talento- al durísimo croata-canadiense George Chuvalo: quien en 1966 había sido el primero en extender al mejor Muhammad Ali hasta el límite de los 15 asaltos. La NYSAC, el WBC y la WBA -esta última había coronado a Ellis con sus victorias de 1968 ante Quarry y el veterano Floyd Patterson- dictaminaron que la unificación final llegaría a través de un duelo definitivo o 'combate de jefes' entre Frazier y Ellis. Y....

El 16-2-1970, en el Madison Square Garden, la máquina de guerra que respondía por Joe Frazier demolió a Ellis ante los aterrados ojos de Angelo Dundee. Hasta ahí, el elegante estilista Ellis (fallecido en 2014) no había sido derribado. Además, Jimmy no perdía un combate desde 1964, ante George Benton. Y ahí, ese 16-2-1970 fue cuando estalló en la mandíbula de Ellis el perverso gancho de izquierda que, en rugidos guturales, emitía 'Smokin' Joe Frazier. Era cierto. Los puños de Frazier 'echaban humo', humeaban: 'smokin'. Aquella oscura noche de febrero de 1970, Joe Frazier salió del Madison Square Garden con la más temible aura de invencibilidad, como campeón mundial de los pesos pesados, universalmente reconocido y con un palmarés total de... 25-0. 

De hecho, Ellis se había presentado a esta finalísima con Frazier ('combate eliminatorio decisivo por el título mundial de los pesos pesados') como campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), con sólo cinco derrotas desde 1961. Jimmy nunca había sido derribado a la lona resinosa de un 'ring'. Pero Dundee detuvo la carnicería y pidió el 'alto el fuego' en el Madison cuando, al inquirir a Ellis entre cuarto y quinto 'round' si se encontraba bien tras sufrir las dos caídas seguidas bajo los mazazos sostenidos de artillería de Frazier, Jimmy respondió ("con el aire del soldado que ha perdido un brazo", recordaba Dundee)... "Está todo bien, todo OK, Sir... tan sólo me he caído yo UNA sola vez".

Sucedía que 'Smokin' Joe, el nieto de unos esclavos que cosechaban cereales en una granja de South Carolina, el hijo número 12 del matrimonio de Dolly y Rubin Frazier (el granjero Rubin, manco del brazo izquierdo, tras ser tiroteado 'por deporte' por un tabernero borracho)... era una fuerza de la Naturaleza, una tempestad de un solo hombre: Joe era todo eso inclusive con ese brazo izquierdo que no podía estirar del todo tras habérselo fracturado en la caída al ser perseguido por un cerdo de 150 kilogramos: y todo, sin que la familia de los granjeros Dolly y Rubin pudiera costear los gastos de la operación quirúrgica. Así de dura podía ser la vida de un chico negro en Beaufort, South Carolina, Estados Unidos de América, a mediados de los años 50. Bien curiosamente, el gancho que Joe Frazier cargaba y disparaba en ese rugoso brazo izquierdo era algo así como un cañón de bolsillo: un arma potencialmente homicida.

'ALI IS BACK': REGRESA MUHAMMAD.- Pero el 11 de agosto de 1970, con el caso de Muhammad Ali aún bajo apelación (los cargos serían retirados en 1971 por el Tribunal Supremo), la Ciudad de Atlanta había garantizado la licencia oficial para boxear a un Ali cada vez con más telarañas en la caja bancaria. Y Muhammad regresó al cuadrilátero: en Atlanta, naturalmente. Fue el 26 de octubre de 1970. En el Atlanta Municipal Auditorium -televisado en directo para España por la primera cadena de TVE, como tantos otros grandes combates, ahí queda eso...-, Ali derrotó a Quarry por K. O. técnico en tres asaltos, después de provocar, por experiencia y técnica, severos cortes en ceja y pómulo de Quarry, acometedor peleador californiano de ascendencia irlandesa. 

Algo saltaba ante los ojos de cualquier observador medianamente avezado: después de tres años y medio sin combatir, y al borde de cumplir 29 años, los relampagueantes 'flashes' de electricidad, aquel famoso 'Ali Shuffle'... cada vez eran menos eléctricos en las piernas y reflejos de aquel que había nacido como Cassius Marcellus Clay. Rápidamente, el resto de Comisiones Deportivas y ciudades estadounidenses -incluida la Nueva York del temible Comisionado Edwin B. Dooley- fueron retirando las trabas contra Ali, convertido a esas alturas en un héroe de la raza afroamericana, los antibelicistas, novelistas como Norman Mailer y Hunter S. Thompson y los sectores pacifistas -'palomas'- del Partido Demócrata: todo, cuando, después del asesinato de Robert Kennedy en 1968, la América de 'halcones' de Richard M. Nixon empezaba a dar por imposible la victoria final en Vietnam, pese a los bombardeos 'en alfombra' de los B-52, el napalm y el 'Agente Naranja'. "Debemos de bombardear a los vietnamitas hasta llevarles de nuevo a la Edad de Piedra", anunció el duro General Curtis LeMay. "Puede ser, Sir... pero ellos ya están en ella", replicó cínicamente a LeMay el bostoniano Consejero de Seguridad Nacional: McGeorge Bundy, uno de los 'cerebros' preferidos por los presidentes demócratas John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson... y por el tramposo republicano Richard Milhous Nixon.

En sólo 20 días más tras el Ali-Quarry, el 18-11-1970 y en el atestado y colosal Cobo Arena de Detroit, Frazier llevó su 'record' hasta 26-0 tras vapulear en cinco asaltos al elegante Bob Foster, campeón mundial de los semipesados. Estilistas como Foster o como Ellis tenían poco o nada que hacer ante Frazier, un demonio que cortaba el 'ring' infatigablemente -'thuud', 'thuump'-, usando la cabeza y el 'crochet' corto de derecha como arietes o preparativos para el mazazo del gancho de izquierda. De todos modos, el sentido comercial del gran 'clown' que fue Muhammad Ali ya estaba desatado. Muhammad propagó a los cuatro vientos: "Joe Frazier ni tiene opciones de rozarme... ni sabe lo que es la vida en los guetos: es un campeón blanco con la piel negra". "¿Qué demonios sabe este tipo de lo que es un gueto; no ha pisado uno en su vida?", rezongó Frazier, de modo inquietante, ante su 'manager' de siempre, Yancey Durham, y su entrenador, Eddie Futch, cuando escuchó en su gimnasio de Filadelfia esas palabras de Ali en las televisiones de los Estados Unidos de América.

El 7 de diciembre de 1970, siempre en el Madison Square Garden, y también televisado masivamente para toda España, Ali acabó con el argentino 'Oscar 'Ringo' Bonavena, ese otro 'Toro de las Pampas', muy poco antes del final del asalto decimoquinto y último, por K. O. técnico... y cuando el puntaje no iba demasiado amplio para Muhammad. Cuando Bonavena se inclinó, la gran batalla estaba servida. Nada podía oponerse ya al primer Ali-Frazier, el que iba a definir con certeza el campeón mundial de los pesos pesados en la América del choque generacional, de la contracultura y del antibelicismo contra estrategas, políticos y militares como Bob McNamara, Richard Nixon o el propio LeMay. 

Ese Ali-Frazier, llamado 'The Fight of the Century', 'El Combate del Siglo' (como lo fue también, por ejemplo, el Dempsey-Firpo de 1923), iba a enfrentar en el Madison Square Garden el 8-3-1971, hace 50 años cabales (este mismo lunes, tan lunes como lo fue el 8-3-71, curiosidad) a dos colosos, dos titanes del boxeo y del deporte mundial: que llegaron a 'The Fight' con sendos récords de invencibilidad: 31-0 (Ali) y 26-0 (Frazier). Alguien iba a apuntarse su primer derrota.

UN PAÍS DIVIDIDO.- El 8-3-1971, los Estados Unidos de América se habían dividido en el Madison Square Garden Nueva York (ya se ve: medio siglo  antes de lo que iba a pasar con Donald Trump, etc). Los demócratas y su intelectualidad daban la cara por Ali. Los republicanos iban con Frazier, el campeón vigente. Hubo revueltas callejeras en varias ciudades, incluida Nueva York. La plaza en silla de 'ring' se pagaba a 150 dólares, unos 930 dólares de 2018. Ali y Frazier se distribuían equitativamente los cinco millones de dólares de bolsa, 2,5 por barba, que había ajustado el promotor, Jerry Perenchio. Frank Sinatra, sin entrada, se las arregló para conseguir una credencial de fotógrafo y las imágenes de su cámara 'Leica' ilustraron en 'Life' la crónica de Mailer, sentado a pie de cuadrilátero. El pintor LeRoy Neiman dibujó a los dos púgiles en la acción del combate. Este era el títular con el que el propio Muhammad Ali había etiquetado a la noche: "Es el Regreso del Maestro de Baile". 

Sólo en las taquillas del Garden se registró un arqueo de 1,5 millones de dólares. El actor Burt Lancaster, amigo de Perenchio, comentaba para los selectos, nacientes canales 'pay-per-view'. 'The Fight of the Century' se revendió para 50 países (entre ellos, España) y totalizó 2,6 millones de espectadores en canales de pago, entre los 2,5 millones de EE UU más 100.000 'pinchazos' en Gran Bretaña, donde la BBC 'arrastró' a 27,5 millones de espectadores, de paso para un total mundial que excedió los 300 millones de televidentes. Las cartulinas de los jueces Artie Aidala y Bill Recht, añadidas a la del árbitro, Arthur Mercante, determinarían la puntuación. 

EL COMBATE.- Pese a la salida explosiva de Ali, que dominó alegremente los dos primeros asaltos con 'jabs' de izquierda que enlazaba con derechas centelleantes, Frazier aceptaba los hechos con siniestra calma, incluso con sonrisas. "Nooo connntesssst", "cooosa de naaada", así se dirigía Ali a las filas de la Prensa cuando, a partir del tercer 'round', empezaron a llover, ardientes, las primeras granadas lanzadas desde el cinturón/arsenal de Joe Frazier. Entre la multitud de 20.555 espectadores se coreaban gritos de 'Ali, Ali'...

A partir del sexto asalto, Muhammad Ali empezó a cansarse visiblemente, sus pies se aplanaron bajo sus calzones rojo-escarlata, y ya apenas se agitaban los flecos de sus bonitas zapatillas. "Un boxeador había inventado la psicología del cuerpo... el otro era una máquina de guerra; se trata del 'jab' contra el martillo", empezó a tabletear Norman Mailer en su máquina... cuando en 1:59 del octavo asalto, Frazier, al asalto, rodillas flexionadas, lleno de actividad, pletórico de intensidad salvaje, hizo estallar un primer gancho limpio de izquierda en la mandíbula de Muhammad: que ya era la presa ante el cazador de South Carolina, Joe Frazier, hijo de granjeros y nieto de esclavos de South Carolina: él, sí. 

En el 'round' 11, tras otro bombazo de Frazier en gancho y a la cabeza, seguido de una izquierda al cuerpo, Ali resbaló y frenó la caída con ambos guantes en la lona. El exCassius hincó la rodilla, pero Mercante no lo consideró 'knock down'. Los asaltos 10, 11, 12 y 13, fueron puntuados casi unánimemente a favor de Frazier. Sólo el juez Aidala adjudicó a Ali el decimotercero. 

A partir del asalto 12, la cara de Ali empezó a inflamarse notoriamente, en lo que parecía -y luego se confirmó- una fractura de mandíbula. "Campeón, tienes a Dios en tu rincón, 'Champ, you got God in your corner", aullaba a Muhammad su fiel asistente: Bundini Brown. Ali podía tener con él a Dios: pero con el guante izquierdo, Frazier recubría y manejaba una pieza de gran calibre, una zarpa de la que descargo los últimos proyectiles en el asalto 15: hacia el primer minuto de ese 'round' postrero, una humeante izquierda de 'Smokin', lanzada con fuerza primitivamente animal envió al gran Muhammad Ali, el 'Maestro de Baile', a la lona del Madison Square Garden. 

...Muhammad pudo alzarse de su primer caída como profesional, su primer 'knock down'. Pero, sencillamente... había perdido el combate por decisión unánime. El 'Combate del Siglo' fue la primera derrota de su carrera. Y, en efecto, Ali tenia rota la mandíbula y tuvo que irse al hospital (donde también acabó Frazier, y por algún tiempo: con la cara tumefacta, machacada). En las cartulinas, Aidala dio 9-6 para Frazier; Recht, 11-4. Y el árbitro, Arthur Mercante, 9-6. "De la manera en que estaban pegándose, me sorprende que hayan llegado a los quince asaltos... aquí se han lanzado esta noche algunos de los mejores golpes que yo jamás haya visto", destacaría Mercante. 'End of the Ali Legend', 'Final de la Leyenda de Ali'. Ese fue el título en portada de 'Sports Illustrated', sobre la fotografía de un Ali golpeado por Frazier y ya en pleno rumbo descendente hacia la lona del Garden.

"Este hombre, Ali, ha demostrado que sabe encajar, porque me he tenido que traer los últimos golpes que tenía allí en mi tierra para poder hacerle algún daño", sentenció Joe Frazier, resplandeciente en ferocidad, hostilidad y... dolor, cuando ya la cara de Muhammad Ali florecía con la hinchazón de una flor enferma. El mismo Ali que había dicho, antes de 'The Fight of The Century': "Todo el mundo recordará lo que ocurrió aquí, pero lo que quiero que recuerden es mi arte y mi ciencia".

'Ego. Es la gran palabra del Siglo XX. Si hay una simple palabra que nuestra centuria haya añadido a la potencialidad del lenguaje, esa es ego (...) y Muhammad Ali empieza con el más inquietante ego de todos". Así empezaba Norman Kingsley Mailer, Norman 'Normin' Mailer, doble ganador del Premio Pulitzer (1968.1979) su monumental relato en la estupenda, ancestral revista 'Life'... del no menos monumental evento. Lo que fue este llamado 'Combate del Siglo', 'The Fight of the Century'. Mailer concluiría que "tal vez, Ali no se entrenó como tenía que haberlo hecho para resistir a Frazier". Y 'Normin' acabó su crónica de 'Life' apostando por una revancha  ('¿puede América esperarse para algo tan grande como el segundo Ali-Frazier?')... que, sí, tendría que esperar casi tres años: hasta el 28-1-1974, cuando Frazier ya había sido destronado por Foreman (KO espectacular, en 1973, en Kingston, Jamaica). "Tened corazón, dejadme vivir un poco, llevo diez años trabajando", había dicho Joe Frazier aquella misma noche del 8-3-71, la brutal, pasional noche neoyorquina del 'Combate del Siglo', cuando sus siniestros ganchos de izquierda ya habían taladrado como zarpas de acero los pasos de Ali, el gran Maestro de Baile.

Ali ganó a los puntos la dura, sórdida revancha de enero de 1974 ('Super Fight II'); cuando, días antes, estuvieron a punto de pegarse en el estudio de televisión de la ABC después de que Muhammad hubiera llamado a Frazier, una vez más, 'gorila', 'Tio Tom' (...) e 'ignorante'. Este de 1974 fue un combate eliminatorio para el asalto al título mundial de Foreman... cuya conquista completó Ali con brillante éxito en Kinshasa en el 'Rumble of the Jungle' del 30-10-1974. El 1 de octubre de 1975, en la húmedad tropical del Araneta Coliseum de Barangay Cubao, Quezon City, cerca de Manila, Ali y Frazier aún compusieron la infernal oda homicida del 'Thrilla in Manila', cuando la esgrima de Ali pulverizó y cerró ambos ojos a Frazier: quien, tumefacto, abandonó en el último asalto, el 15... justo cuando Muhammad empezaba a desmayarse. 

Frazier disputó su último combate en 1982 y concluyó con balance de 32 victorias, cuatro derrotas (repartidas entre Ali y Foreman) y un nulo. Ali siguió siendo campeón hasta 1980 y se despidió en 1981 con derrota ante el jamaicano Trevor Berbick y el impresionante registro de 56 victorias y cinco derrotas. En 1996, ya tembloroso por los efectos de los golpes y del Parkinson, Muhammad Ali aún encendió la llama de los Juegos Olímpicos de Atlanta.

Poco antes de su muerte -por galopante cáncer de higado- este firmante ( y ahí queda el testimonio gráfico) pudo entrevistar en Filadelfia al viejo Joe Frazier, en su aún más viejo gimnasio de North Broad Street, el hoy ya desaparecido y demolido 'Joe Frazier's Gym': ver imágenes. Más de algún pedante, cansino cuentacuentos hubiera dado media vida por verse con 'Smokin' Joe' en North Broad Street. 

Entre otras cosas, y esa misma fría mañana de un helado noviembre en Philly, la 'Ciudad del Amor Eterno', esto dijo Joe Frazier: "No guardo el menor odio a Cassius, ese que ustedes llaman Muhammad. Yo sé que nunca perdí contra él. La última vez que nos vimos, hablamos y quedamos en llamarnos y vernos cuando fuera posible. Pero no he vuelto a tener noticias. Espero que su vida y su salud vayan bien". Era en noviembre de 2006, en su desvencijado gimnasio/vivienda del 21th. North Broad Street, Filadelfia, cuando 'Smokin' Joe Frazier aún pudo contar esas cosas al firmante de estas líneas: durante las escenas que han quedado grabadas en las imágenes que acompañan este texto. Uno recuerda el apretón de una mano como un garfio o tenaza y el lamento del viejo combatiente a sus pupilos del 'Joe Frazier's Gym', en North Broad, tocado el viejo Joe con aquel sombrero 'maverick': "Hay que flexionar bien las rodillas para mantener y consumar el asalto al cuerpo del contrario... y eso nadie sabe hacerlo hoy: nadie".

Pese a aquellas palabras de 2006, Joe Frazier nunca volvería a verse con Muhammad Ali. Frazier llegó a tener este mensaje en su buzón de voz del 'Joe Frazier's Gym': Soy Joe, astuto como un zorro, vuelo como mariposa y pico como abeja, ya sabes, soy el que le hizo eso a 'él'. Llámame". De aquellos semidioses de hace 50 años exactos... sólo nos quedan hoy el tremendo recuerdo y un rosario de trepidantes, telúricas y estremecedoras imágenes. Después de ellos llegaron al saludo y aplauso de América -algunos, casi al mismo tiempo, prácticamente coetáneos- 'Georgie' Foreman, 'Sugar Ray Leonard', Tommy 'La Cobra' Hearns, 'Marvelous' Marvin Hagler (de Brockton, la misma ciudad industrial de Rocky Marciano), Mike Tyson, Evander Holyfield... 

Pero no se volverán a ver combates semejantes, con Ali, Frazier, Foreman, Jimmy Ellis, Bonavena, Quarry, Ken Norton... y tampoco habrá una América como aquella ni unos hombres como ellos. Allah sea con Muhammad Ali. Y Dios bendiga a 'Smokin' Joe Frazier. Fue un hombre valiente. En 2011, Frazier murió en Filadelfia: roído en las entrañas por el cáncer de hígado. En 2007 ya se le había adelantado Mailer en el viaje al otro barrio. Sinatra murió en 1998. Y en junio de 2016, y desde su mansión de Arizona, Muhammad Ali siguió a todos en el viaje definitivo: machacado y devorado por el Parkinson, "Dios bendiga a Joe Frazier", había sentenciado Ali al fin de la tenebrosa, borrosa agonía del 'Thrilla in Manila'... y al final de la misma vida de 'Smokin' Joe. Sólo cabe añadir que Dios les bendiga a todos. No; no se vivirá nada igual.