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¿Realmente la Superliga europea era la salvación?

Redacción
Redacción
28/04/2021

Desde que el pasado domingo 18 de abril Florentino Pérez y el resto de presidentes de los clubes fundadores hiciesen oficial la creación de la Superliga Europea, muchas cosas han pasado. La más importante de ellas, que casi todos los equipos, salvo Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín, se han echado atrás. Sin embargo, ¿era realmente este torneo la salvación del fútbol en el Viejo Continente? ¿O como defiende UEFA era una competición para hacer más ricos a los ricos?

Las palabras de Florentino Pérez

Florentino Pérez, recientemente reelegido como presidente del Real Madrid para los próximos cuatro años, ha dado dos entrevistas en los últimos días. La primera de ellas en El Chiringuito de Jugones y la segunda en El Larguero. En ambas dejó clara su postura. Según la ECA (Asociación de Clubes Europeos), el fútbol ha perdido en torno a 5000 millones de euros en ingresos desde mediados del mes de marzo de 2020.

Pero esas pérdidas no han sido equitativas. El presidente del club merengue afirmó que, en 2020, las arcas del Real Madrid ingresaron 100 millones de euros menos de lo esperado (700 millones de euros por los 800 millones presupuestados). En este, de los 900 millones previstos originalmente, se prevén que finalmente entrarán algo menos de 600 millones. Datos similares ofrece el FC Barcelona, el Manchester United y otros colosos del fútbol europeo con la excepción del Bayern de Múnich, que afirma tener sus cuentas perfectamente saneadas.

Las taquillas y los derechos de televisión

Evidentemente, como recalcan en este artículo de MyProtein, la COVID-19 ha marcado un antes y un después en el mundo del fútbol. La falta de asistencia a los estadios se ha cebado especialmente con aquellos clubes que más dinero generaban en taquilla, como es el caso del Real Madrid. Para hacernos una idea, mientras la mayoría de los clubes de LaLiga los derechos televisivos suponen en torno al 80 % de sus ingresos totales, para el equipo merengue y para el FC Barcelona apenas suponen el 25%.

Eso ha hecho que la distancia presupuestaria entre 'pobres' y 'ricos' se acorte. Aún no es excesivamente visible, pero de continuar la tendencia, será mucho más palpable en el futuro ya que los grandes no podrán hacer las astronómicas inversiones realizadas hasta ahora ni pagar las desorbitadas nóminas que perciben algunos de sus jugadores. Además, siguen teniendo que pagar los créditos de esas operaciones.

¿Realmente era la Superliga europea la solución?

Si de lo que hablamos es de mantener la brecha entre los clubes más poderosos y los más modernos, la respuesta es que sí. Según se ha filtrado, la Superliga Europea hubiese sido financiada por JP Morgan con 6000 millones de euros. De esa cantidad, 350 millones irían directamente a cada uno de los clubes fundadores. Estos, posteriormente, ingresarían otros 240 millones cada año.

En total, los clubes fundadores se repartirían directamente el 32,5 % del pastel. Otro 32,5 % se distribuiría entre ellos y el resto de equipos que conformasen la competición (sería de un máximo de 20). Otro 20 % se otorgaría en función de los méritos deportivos (la clasificación) y el restante se dividiría como una participación comercial.

Sin duda, cifras mareantes. Al tratarse de una liga conformada por un máximo de 20 equipos, habría muchos clubes modestos que se quedarían fuera (la actual Champions League está conformada por 32 equipos). Además, al haber entre 12 y 15 plazas permanentes para los clubes anfitriones, las posibilidades de acceder al pastel sería mucho más compleja. La competitividad en las ligas nacionales también caería al no existir el aliciente de participar en una competición capaz de generar unos ingresos que eleven a otra dimensión cualquier proyecto deportivo modesto.

En definitiva, la Superliga Europea fue creada a sabiendas de que, actualmente, los derechos televisivos son la base del negocio del fútbol. Pero no siempre será así. Cuando regrese el público a los estadios, los ingresos de los grandes de Europa volverán a la normalidad y se verían sumados a unos ingresos audiovisuales mucho más elevados. Así que, aunque cada uno puede sacar sus propias conclusiones, se trata de una competición pensada para salvar las arcas de los más ricos, no del fútbol en general.