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¿Quién tiene razón? ¿'Novax-Ali' Djokovic o... 'Fair Covid' Australia?

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
09/01/2022
El pasado día 1 de enero, según información contrastada y publicada en estas últimas horas por un medio tan poco sospechoso como 'El País', Novak Djokovic, actual número uno del mundo en el Ranking de la ATP, el mejor tenista del mundo en 2021 sin una sola duda, recibió carta del Departamento de Inmigración y Fronteras de Australia en la que el organismo le señalaba al tenista, entre comillas... "que cumple con los requisitos para poder proceder a una exención favorable en su caso para el visado ('visa') de entrada a Australia".
 
En espera de ver aclarada su situación para el eventual viaje a Australia, donde el Australian Open 2022 arranca en la mañana del lunes 17, en Melbourne Park, Djokovic había pasado las Navidades entrenándose en las pistas (duras) del Hotel Puente Romano, en Marbella. El 4 de enero, en comunicado oficial cuya captura gráfica adjuntamos aquí mismo en 'Galería', la organización del torneo, el 'Australian Open' (AO), el primer evento de Grand Slam del año (donde Djokovic mantiene la plusmarca en nueve títulos) emitió un comunicado oficial que comenzaba así: "Novak Djokovic competirá en el Australian Open 2022 y se halla ya en su camino a Australia... Djokovic aplicó para una exención médica que le fue garantizada siguiendo un riguroso proceso que incluyó a dos paneles diferentes de expertos médicos...'
 
Ese mismo 4 de enero, casi al mediodía en Europa y poco después del comunicado oficial del Australian Open -cuyo director, el afable Craig Tiley, resulta ser también el CEO o Director Ejecutivo de 'Tennis Australia', la Federación Australiana (algo manda Tiley, que suele presidir y controlar personalmente los sorteos del Open)... ese mismo 4 de enero, Djokovic se hizo fotografiar en un aeropuerto -Belgrado o Dubái-, junto a todo su equipamiento deportivo, raquetas, etc, que colgó en sus cuentas de Instagram y Twitter bajo la siguiente proclama, en inglés: "Feliz Año Nuevo a todo el mundo, deseando a todos salud, amor y felicidad en cada momento presente y ojalá todos podáis sentir amor y respeto hacia todos los seres sobre este maravilloso planeta (más iconos de 'amor' y 'plegarias')... 'Durante este descanso he pasado un fantástico tiempo libre ('de calidad', 'quality time') con aquellos a los que amo y hoy me dirijo a 'Down Under' (Antípodas, Australia) con un permiso de exención. Vamos 2022!". Sólo ese tuit tuvo en la cuenta de Djokovic, '@DjokerNole' más de 16.000 'retuits' y más de 84.900 'likes' o 'me gusta'.
 
Hasta qué punto estas palabras y actos de Djokovic hicieron detonar algo así como un explosivo de TNT, histeria y frenesí por los cuatro costados del mundo, empezando por la propia Australia... era algo que, con certeza, no podía suponer ni el mismo Novak. Por ejemplo, Rafael Nadal se había hecho fotografiar en la mañana australiana del 31 de diciembre de 2021, (Foto por 'Iphone'), ya sobre la pista turquesa del Rod Laver Arena, en Melbourne, bajo esta otra proclama, también en inglés: "Don't tell anyone... ... here I am" (No se lo digáis a nadie, aquí estoy'); ese era el lema de Nadal, que también incluía sendos 'emojis'; uno de éstos, el que cerraba, era una carita guiñando el ojo; por comparar y en Twitter, el tuit de Nadal en el Rod Laver Arena recibió -siempre al cierre de esta pieza, la cuenta sigue corriendo- más de 7.400 'retuits' y casi 67.900 'likes', cierta desventaja con las cifras de Djokovic. A cambio, Nadal maneja en Twitter casi el doble de 'followers' o seguidores que Djokovic: 15,6 millones contra 8,95.
 
En este texto, y aprovechando las especiales condiciones del firmante en el sentido de que desde el año 2000 -Juegos Olímpicos de Sydney- se trata de una persona que ha pisado territorio de Australia una decena de veces (y ahí queda en la imagen el sellado del pasaporte en Melbourne, Aeropuerto Tullamarine, para el Australian Open 2014, el 12.01.2014, el torneo donde Nadal, lesionado, perdió la final con Wawrinka)... en este texto, en estos momentos y aquí sólo vamos a intentar desentrañar para la mayoría de público que no tiene acceso directo a ciertas experiencias... toda esa mayoría de detalles que han llevado a una situación explosiva y en, el caso de Djokovic, prácticamente insólita y casi desesperada... después de que su entrada fuese rechazada por la Aduana/Inmigración en el mismo Aeropuerto Tullamarine y de que el Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, cancelara/revocara inopinadamente el visado concedido a Djokovic el Día de Año Nuevo. Para empezar, de esto no hay dudas y lo ha admitido textualmente el propio Morrison. No es que Djokovic llegara a Australia 'sin visado'. Es que le fue... 'revocado'. ¿Por qué? Buena pregunta.
 
A la hora de teclear estas líneas, el número uno del tenis mundial permanece 'retenido/recluído' en el Park Hotel de Melbourne, donde el Estado de Victoria mantiene 'on waiting list', en lista de espera, a todos los 'inmigrantes' llegados 'irregularmente' al país, sea por el medio que sea. Una vista judicial en la mañana australiana del lunes, a primeras horas de la madrugada española del domingo al lunes, sentenciará si Djokovic puede quedarse en el país oceánico, al menos para poder defender su título de 2021 (o de 2020 y de 2019...), hasta al menos no concluya el proceso. Intentaremos detenernos en cada duda 'razonable' y explicarla. Siempre... 'en mitad de la loseta' y rehuyendo -en lo humanamente posible- fanatismos, ignorancia y frenesí, de tanta y tan desgraciada frecuencia.
 
1) ¿FUE LEGAL EL VIAJE?.- No queda la menor duda de que el viaje de Djokovic a Australia se planeó como cualquier cosa menos una aventura. Ni una sola autoridad australiana niega que el tenista número uno del mundo tomó el avión con todos sus papeles ('paperwork') en regla. Tenía el 'placet' del Gobierno australiano... y del Australian Open, cuya prueba gráfica facilitamos aquí. Se dio una 'revocación de visado'. Un dato sólo para viajeros expertos. En un viaje de este tipo hacia Australia -o, por ejemplo, a los Estados Unidos de América o la actual Inglaterra, ya no 'Territorio Schengen'...-, NADIE puede subirse al vuelo hacia el destino final sin tenerlo todo en regla. Antes del embarque, la compañía aérea revisa todos los documentos de viaje. En caso de que no sean los adecuados y se deje embarcar a alguien sin papeles en regla, sería la operadora del vuelo la responsable de los gastos de repatriación. Uno ha vivido una situación de éstas (más bastantes otras, especialmente en los aeropuertos y Aduanas de EE UU)... en el aeropuerto de Doha, Qatar, donde en 2015 y por un quítame allá esas pajas en el visado -cierto detalle que detectó la Aduana de Melbourne-, este firmante fue retenido en Doha hasta que se aclaró el 'detalle' (nimio) y se le permitió embarcar a Melbourne como último pasajero del vuelo (de 15 horas...) entre una bronca general -de ignorantes y hartos, claro está-, ya en el pasillo hacia el asiento.
 
2) ¿POR QUÉ SE DENIEGA LA ENTRADA A DJOKOVIC?.- Este es uno de los mayores puntos de fricción y que tanto el Estado de Victoria (Melbourne) como el Gobierno federal de Australia van a tener que explicar con mucho detalle casi de inmediato ante el Juzgado en Melbourne. A la vista, Djokovic sólo ha cometido un error casi que inocente... pero bastante de bulto en la actual convulsa situación generada por el Covid-19 en casi todo el planeta; con Australia como un caso extremo de medidas drásticas. Los 'posts' del tenista en Twitter e Instagram precipitaron el estallido de una crisis política y de relaciones públicas en el Estado de Victoria y en Australia que, junto con declaraciones anteriores del propio Djokovic, negándose a revelar si se había vacunado o no contra el omnipresente virus...cebaron una bomba política contra el tenista de Belgrado.
 
Hay dos o tres claves. En la Aduana de Melbourne y en Inmigración manda formalmente... el Estado de Victoria.
 
Australia, vasto territorio azotado -en todos los sentidos y cargos- por el 'Covid 19', es un país 'federal', una 'Federación'. Como si en España, el vizcaíno Iñigo Urkullu (...) o el barcelonés Juanma Moreno Bonilla (...) tuvieran entre sus competencias gubernamentales los Departamentos aeroportuarios de Inmigración. Normalmente, 'Victoria' sella el 99,9% de los pasajeros que acceden a Tullamarine con sus visados 'normales'. Pero este, y en esta situación... 'era Djokovic'. El mismo que, después de los 'posts' de Instagram y Twitter ya volaba hacia Melbourne/Tullamarine desde Dubái, en un vuelo de 15 horas, mientras una revuelta y una marea mediática de 'mainstream' se alzaban contra él en Australia y en medio mundo. Ya, plenamente consagrado el alias de 'Novax' Djokovic; en abreviatura, una cosa así como 'NoVac-unas' Djokovic.
Con el revuelo creciendo durante el vuelo de Djokovic, esencialmente por la situación sanitaria del país y las palabras previas de Djokovic -a lo largo de semanas y meses-, Linda Dessau, Gobernadora de Victoria, hizo saber que su Estado no refrendaría la formalidad de la entrada de Djokovic vía Tullamarine. Esta negativa ('no apoyaremos el ingreso a nuestro Estado de Mr. Novak Djokovic') pasaba la patata caliente al 'Premier' federal de Australia, Scott Morrison, quien quedaba como único responsable público de la eventual entrada de Novak en 'Fair Covid' Australia (por cierto, con récords constantes de casos, un día tras otro). Un político 'de los de hoy' ante una creciente situación enojosa, Pollard hizo lo que bien probablemente haría 'un Pedro Sánchez' de la vida. Ordenó cancelar y revocar el visado de Djokovic... mientras este se hallaba aún volando hacia Melbourne. Insistimos en que no hay la menor duda -ni motivación externa, aparente- de que esto fue así, dado que lo ha asumido el propio Morrison; 'dos puntos, comillas'.
 
Para actuar así, Morrison se escudó en su prerrogativa de 'Rule of Law', la cancelación fulminante de un visado por razones excepcionales y concretas como podrían ser la seguridad nacional o sanitaria, casos de terrorismo, etc. Remitirse ahora, como algunos han hecho, a las interrogaciones y peticiones extraordinarias de papeles y cerificados ordenadas por Michael Outram, Director Federal de Aduanas o de inmigración, resulta poco menos que un (mal) chiste más. Para vetar a Djokovic, resulta evidente que el policía Outram actuó bajo directrices concretas, reconocidas de Morrison. Pero resulta obvio que, a partir del 1 de enero al menos... Djokovic no había hecho nada concreto, nada objetivo que contradijera su visado federal ni la exención médica dispensada por el Australian Open y su 'panel de expertos' (¿a qué nos recuerda esto en España?).
Quedan otros dos detalles. La duración del vuelo de Djokovic desde Dubái (o Emiratos en general), unas 15 horas, que permitió todos los entresijos de dimes y diretes de las bandas políticas australianas. Algo más; el Estado de Victoria (y Australia en general) SÍ permiten -en general- entrar al país sin prueba vacunación anti-Covid, siempre cumpliendo una serie de requisitos (cuarentena, por ejemplo) y pruebas para ganar las exenciones 'calificadas'. En el caso de Djokovic, el Australian Open y Craig Tiley, 'boss' del tenis australiano -también conectado con Roger Federer y 'su' Laver Cup- avalaron y firmaron oficialmente esa exención, respaldada por un 'doble panel de expertos independientes'... que miraba los casos de exención sin saber los nombres. De hecho, y esto nadie lo ha negado... hay otros seis tenistas (¿quiénes...?) ya en Australia, con sus equipos técnicos, bajo idénticos -o parecidos- supuestos de exención que el que se admitió a Djokovic (haber pasado una infección por 'Covid' en los seis últimos meses), todos verificados por 'Tennis Australia' y el Australian Open. Los médicos -o paneles de 'expertos'- aceptaron a Djokovic un contagio 'positivo' durante el Masters 1000 de París-Bercy, a finales de noviembre. Sorprendentemente, no cabía opción de exención para todos aquellos jugadores que hubiesen utilizado la 'vakuna' (?) rusa 'Sputnik'.
 
3) LA SITUACIÓN JUDICIAL.- Así las cosas, y tras aterrizar en Tullamarine en torno a la medianoche australiana del 4 al 5 de enero, Djokovic quedó retenido e incomunicado en una Sala de Detención en Tullamarine durante un total de casi ocho horas, en las que se le privó de comunicaciones y de usar su teléfono -lo que es dolorosamente habitual en estos casos; uno lo sabe bien-, mientras su equipo aguardaba en otra sala. Allí, el técnico croata Goran Ivanisevic, campeón de Wimbledon en 2001; el fisioterapeuta argentino Ulises Badío; el preparador físico Marco Panichi y el representante de Novak, el agente italiano Edoardo Artaldi, también extenista. Finalmente, y a primera hora de la mañana en Australia, Djokovic recibió la notificación oficial de la cancelación del visado, la imposibilidad de entrar en el país y la eventual, fulminante deportación... mientras el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, llamaba a consultas al Embajador de Australia en Belgrado y le expresaba el peor de sus descontentos, pidiendo la 'liberación inmediata' del jugador, un héroe nacional en Serbia. Cuyos medios habían entrado en frenesí.
 
En esos momentos -Artaldi actuó a toda velocidad- ya pudieron activarse los abogados del tenista, con Justin Quill a la cabeza, de 'Thomson Geer Lawyers', una 'Law Firm' de poderío con oficinas en Los Angeles y... en Melbourne, en pleno centro (Collins St.). Desde el principio, y a la vista del caso, Quill insistió a las autoridades de Inmigración de Victoria en aquello que va a mantener en la vista judicial de la madrugada del domingo al lunes. Con esa rápida, inmediata deportación que se decretaba... 'no cabía lesionar' -aún más- el derecho de un pasajero al que le ha sido revocado unilateralmente el visado de entrada al país en lo que podía tratarse de un caso manifiesto de abuso de autoridad... cuya entrada en Juzgados admitió la Corte Central de Melbourne desde primeras horas del día 5, fijando la primera vista del 'Caso Djokovic contra la Administración' para la mañana australiana del lunes 10. Ahí, los polìticos, tanto Dessau como Morrison habían conseguido -casi absolutamente calcado con España- un nuevo objetivo. 'Pasar la patata caliente a los tribunales'. Así, Djokovic y todos los suyos fueron trasladados al 'Park Hotel', el pequeño, modesto recinto que acoge a aquellos que piden asilo en Melbourne, Victoria, etc-, en espera de la vista judicial.
 
Pero a esas alturas, Justin Quill pensó -y piensa- que, a pesar de los pesares, Djokovic tiene la 'mano ganadora' para jugar el Australian Open 2021, a un lado toda la estresante y secante situación física y emocional del jugador. En varios medios australianos, a partir del periódico 'Herald Sun', de Melbourne, Quill ha afirmado esto: "Sospecho que lo que el juez va a decir es 'Voy a garantizar una suspensión temporal de la decisión, deteniendo la deportación y entonces voy a meditar y decidir sobre el caso con toda toda propiedad y con idea de evitar perjuicios irreparables tanto al jugador como a la Administración".
 
El 'perjuicio irreparable' a que Quill se refiere es que si Djokovic fuese expulsado de Australia definitivamente, antes de una decisión en firme, si esta decisión final la fuese favorable, el tenista habría perdido su eventual derecho a jugar el Open -aquello para lo que se le concedió visado- y la Administración australiana podría enfrentarse a graves demandas. Al margen, Quill va a reclamar que se digan los nombres de todas las exenciones a jugadores concedidas por el Australian Open y por 'Tennis Australia', a fin de que Djokovic y los otros 'exentos'... reciban el mismo trato en comandita. El mismo. Tal cual.
 
Al otro lado de la red judicial, tanto el Estado de Victoria como el Gobierno Federal plantean la eventualidad de un veto a 'Novax' Djokovic para entrar a Australia... durante tres años, tras las declaraciones y revuelo organizados en Belgrado por su padre, Srdjan, y por todo su núcleo familiar: "Mi hijo es como un nuevo Jesucristo; es el el Espartaco del nuevo mundo que no tolerará la injusticia, el colonialismo y la hipocresía", ha dicho Srdjan Djokovic. Es el padre de Novak, claro. La decisión final sobre esta etapa del 'caso'... a partir de primeras horas de la madrugada del lunes. Nos queda algo importante...
 
Y 4) LA CRISIS DEPORTIVA: EL RECUERDO DE MUHAMMAD ALI.- El Australian Open, cuyo mantenimiento en Victoria se cuestiona un año sí y otro también a la vista de sus resultados financieros y comerciales (aceptables... si están todos los mejores) se enfrenta ahora a una situación potencialmente explosiva. Por una serie de razones no resulta tan fácil ir a jugar a Australia (no digamos ya de enviado especial). Ha estallado un grave escándalo con subterráneas, aunque no tan sutiles implicaciones políticas, financieras... y de discriminación. El daño duro casi está totalmente consumado. No hay quien haya sacado una palabra oficial a Craig Tiley desde que se retuvo a Djokovic en la Aduana de Tullamarine, aunque 'Tennis Australia' sí se ha dirigido oficial y duramente a los Gobiernos federal y estatal, haciendo saber públicamente que 'todos estuvieron de acuerdo con la política del Australian Open sobre exenciones y concesión de visados'. Poco antes, el hoy acosadoTiley sí había dicho: "Necesitamos aquí en Melbourne a los mejores jugadores del mundo, los necesitamos, esto está claro... y ellos lo saben".
En lo deportivo, uno cree que casi ya ha hablado bastante en esta pieza de un tal Rafael Nadal Parera; del que, casi como él mismo ha dicho en Melbourne, sólo cabe agregar que 'cada uno debe de respetar las normas (?) y atenerse a las consecuencias de sus actos'. Todos los actos y palabras de Nadal ('sponsorizado' por firmas tan estratégicas en el actual mundo globalista como Movistar, Nike y el Banco de Santander) son cuidadosamente revisados y tamizados por su Departamento de Comunicación, que dirige el empresario jerezano Benito Pérez-Barbadillo, ex Director de Relaciones Públicas en el Circuito de Jerez (tiempos de Pedro Pacheco) y muy cualificadamente en la misma ATP. En el 'Universo Nadal', el extenista Carlos Costa ejerce como 'general manager' de Rafa Nadal y también manda bastante en el sentido e ideas de la Comunicación... aunque el tinglado completo gravita en torno a Sebastiá Nadal Homar, padre del jugador y excelente amigo de la futbolística familia de los Lopetegui Agote. En reciente artículo en 'El País', Toni Nadal, tío de Rafa, ha demandado 'explicaciones públicas' a Djokovic. A la vista de los sucesos, lo dejaremos ahí. Aunque no del todo.
Vía Twitter y en plena generación de secuencias explosivas, Pérez-Barbadillo amonestó al exótico Ben Rothenberg ('freelance de 'The New York Times' en Melbourne) por no haber reproducido adecuadamente las medidísimas palabras de Nadal sobre las vacunas, sobre las 'normas' (?) y sobre Djokovic. Tras pequeño debate, Rothenberg borró el tuit en cuestión. Quizá algo de todo este juego de trastienda y diplomacias es lo que le ha venido faltando a Djokovic, quien sí ha recibido apoyo (en esta crítica situación) por vía de redes sociales y declaraciones públicas de parte de compañeros de tanto nombre como Daniil Medvedev ('número dos' del mundo), Stéfanos Tsitsipás, Nick Kyrgios, Feliciano López. La situación desatada en Serbia es fácilmente imaginable. Digamos que en esa situación, el nombre de Nadal no sale demasiado bien parado (eufemismo). Pero...
 
...A partir del 22 de abril de 1967, cuando defendió en Nueva York su título universal frente a Zora Folley, con victoria por KO en el séptimo asalto, un boxeador llamado inicialmente Cassius Clay luego Muhammad Ali..., siempre 'The Greatest', 'El Más Grande'... pasó a ser desposeído de su título mundial de los pesos pesados, universalmente reconocido... por negarse al reclutamiento en el Ejército de Estados Unidos para ir a la entonces relampagueante Guerra de Vietnam. 'Ningún 'vietcong' me ha llamado 'nigger', 'negrata'; así que nada tengo contra ellos" observó Muhammad Ali al salir de la Oficina de Reclutamiento de Houston, el 28 de abril de 1967.
 
Ali fue despojado de su licencia y de su título, como decimos, procesado, multado... y no volvió a combatir hasta tres años y medio después, en octubre de 1970 y en Atlanta, frente a Jerry Quarry. Ya no era el mismo flexible danzarín estilista  de pies ligeros que 'danzaba como una mariposa y picaba como una avispa', por mucho que más adelante (1974, 75)... Muhammad recuperase el título mundial y lo defendiera ante George Foreman y Joe Frazier.
 
Al fin, los procedimientos y multas contra Ali... fueron anulados, entre 1970 y 1971. 'Smokin' Joe Frazier, campeón mundial de los grandes pesos cuando Ali retornó, no se reconoció -él mismo- como verdadero campeón hasta que pudo derribar a Muhammad (la primera derrota en la gloriosa carrera de Ali) en el llamado 'Fight of the Century I', el 'Combate del Siglo', en el Madison Square Garden de Nueva York, el 8.3.1971, una fascinante batalla deportiva entre un magnético conflicto social y de clases... que la revista 'Life' cubrió con crónica de Norman Mailer ('Ego') y fotografías de Frank Sinatra; dos que hoy no tendrían trabajo en el actual periodismo español. En 1974, Ali recuperó el cetro ante Foreman (que había noqueado previamente a Frazier). El grandioso Ali-Foreman fue conocido como 'The Rumble of the Jungle', en Kinshasa, Zaire, Congo. Ali defendería cinturón y cetro ante Frazier, en Manila, en 1975. El 'Pulitzer' Mailer escribió 'The Fight', la novela, después de hacer 'jogging' con Muhammad en la noche junto al Río Congo.
 
Novak Djokovic (30-28 'cara a cara' ante Nadal; 27-23 ante Federer, Nadal no vence a Novak en pista dura desde 2013) ha firmado sus 20 títulos de tenis en eventos de Grand Slam a partir de 2008, aquella iniciática final de Australia en la que puso KO a ... 'Ali' Tsonga (cuyo padre asistió al Ali-Foreman de Kinshasa). Nacido el 22.5.1987, Novak, 'Novax', como se quiera, es el más joven de los tres miembros de la 'trilogía sagrada' que se reparte equitativamente 60 títulos de Grand Slam, 20+20+20. Los otros dos con 20 'majors', 20 'grandes' o como llamarse quiera son Roger Federer (8.8.1981) y Rafael Nadal (3.6.1986).
 
Al principio de aquel remoto 2008, Federer ya sumaba '12 grandes' y Nadal... tres, los tres en Roland Garros, 2005, 06, 07. A contar desde 2008 (inclusive), Novak Djokovic firma 20 títulos de Grand Slam; Nadal, 17... y Federer, ocho. Empezando por Medvedev, Tsitsipás o el propio Craig Tiley, (casi) todo el mundo parece saber quién es el verdadero número uno del tenis mundial en la última década y media.
 
Y ahora, que le hagan a Djokovic lo mismo que le hicieron a Muhammad Ali, que lo deporten; lo que quieran. Pero nadie será campeón de nada mientras no destronen a Novak Djokovic sobre la pista, como 'Smokin Joe' hizo con sus puños humeantes con Muhammad Ali sobre la lona resinosa del Madison Square Garden. Point, punto.