muchodeporte.com Real Betis Balompié

Betis: de la Copa del 25-J-77... al descenso del 78

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
24/06/2018

Hace 41 años exactos, el 24-J-1977, era... viernes, la víspera del Sábado de Gloria 25 de Junio de 1977, la víspera de la noche más hermosa que vivieron tantas generaciones de béticos: que inexorablemente van desapareciendo, sustituidos por los que se refocilan con 'GH VIP' , los 'selfies' de 'Instagram' y 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. 

El progreso no se detiene, pero ciertas palabras de inquietud lanzadas por Enrique Setién Solar a lo largo de la semana nos hacen volver la mirada atrás: inevitablemente. Y, cuando se lanza esa mirada atrás se encuentra que, en efecto, el tormento y el éxtasis que se vivieron para alzar la I Copa del Rey en la noche del 25-J-77, en el Vicente Calderón... resultaron, a la vez, el preludio de un descenso inconcebible, a menos de un año vista: descenso rubricado y confirmado el 7-5-1978, pese a un agónico triunfo final por 1-0 sobre la Real Sociedad 'que ya estaba llegando', con Luis Arconada, Zamora, Satrústegui, y compañía.

Pero, antes del repaso a esa envenenada campaña 77-78, cabe recordar otros datos: a partir de ese inverosímil 1978 -el club había descendido... y tenía a dos mundialistas en Argentina, Biosca y Cardeñosa, con Gordillo en plena irrupción-, el Betis ha sufrido otros cinco descensos a Segunda: 1989, 1991, 2000, 2009 y 2014. Sólo en este último bochornoso de 2013-14, el llamado de los '25 puntos' se dio -como en 77-78- que el club estuviera jugando competición europea en la misma temporada. Hubo otro caso muy cercano, también extrañísimo: el de 99-2000, cuando sí se había jugado Copa UEFA en la campaña anterior, 98-99, y un equipo repleto de figuras, con Alfonso, Finidi, Denilson... se despeñó al sumar sólo 22 puntos en las 25 jornadas finales.

Baste apuntar que antes de un terrorífico 2-5 ante el Espanyol en la Jornada 14 (5-12-99), ese Betis de Carlos Timoteo Griguol había encadenado 20 puntos en 13 jornadas, que le hacían octavo... pero empatado incluso con el Barcelona (quinto, también 20), cuatro por delante del Real Madrid... y a sólo dos del tercero, que era el Zaragoza: pues así y todo, bajó. No se sabe bien qué pudieron influir ahí las rarezas de 1998-99, cuando un vitriólico cóctel explosivo combinó la UEFA con Luis Aragonés -que renunció-, Vicente Cantatore, Javier Clemente... y Lopera.

Al troncón: en 1978, el Betis de José Núñez Naranjo, el campeón de Copa dirigido por Rafael Iriondo... descendió con un equipo que podía presentar esta lujosa alineación: Esnaola; Bizcocho, Biosca, Sabaté, Gordillo; López, Alabanda, Cardeñosa; Benítez, Megido y García Soriano. Excepto Esnaola (precisamente él...), Sabaté y Bizcocho, todos esos jugadores fueron internacionales A con España. 

El primer cambio, el holandés Gerrie Mühren, que iba rumbo a 32 años, había sido internacional 'oranje' el verdadero líder de la medular en el Ajax tricampeón europeo del 'Profeta del Gol', Johan Cruyff. También podían aparecer el ariete uruguayo Hugo Cabezas, fichado ese mismo año, autor de once tantos -uno, antólogico, el de 'Huguito, la cazaste', en un 2-2 con el Athletic-, Del Pozo, Ladinsky, Eulate, Anzarda -con lesión en la rodilla-, Cobo y, apenas, Rogelio (que cumplía 35 años y no pasó de esta temporada), el portero Campos y Ocaña.

¿Cuál fue el problema, entonces? Pues, todo con todo, el escenario se parecía mucho al que, potencialmente, horroriza a Setién: un equipo de impecable engranaje y estilo técnico casi perfecto, pero bastante veterano, cerca de la treintena de media en los titulares y primeros suplentes... y con peligroso escalón descendente de nivel entre titulares y reservas. Iriondo trataba bien a sus futbolistas, que jugaban casi de memoria... pero con una preparación física muy justita. Era casi la misma plantilla que en 76-77: con Cabezas por el paraguayo Celso Mendieta... y todos con un año más.

La proyección de fichajes se había limitado al mínimo gracias al riguroso plan de cuentas del tesorero-contador de la Junta de Núñez Naranjo: Juan Petralanda Ochandiano, ex director del Banco Español de Crédito en Sevilla y que ya manejó las cuentas del Betis con Pascual Aparicio, en los duros años de Tercera. Petralanda era 'el hombre de los dineros'. Gráfico y práctico, describía las cuentas en 'paquetes de tabaco': "Que no me diga ningún bético que no es capaz de darle dos paquetes de tabaco al Betis", era su justificación cuando se subían los carnets por el precio de... dos paquetes de tabaco. Murió el 25 de junio de 1985, han pasado 33 años exactos: como Socio de Honor del club y con la Insignia de Oro y Brillantes.

Así, en 1977, el Betis de Núñez Naranjo recién había concluído la construcción del voladizo... y ahí se le venían encima las previstas -y necesarias- obras de reconstrucción del estadio, para el Mundial español de 1982. Obras del arquitecto Antonio Villegas, que se aprobarían en Asamblea de 26 de febrero de 1980, en el Colegio Claret, cuando el célebre Ventura Castelló proclamó aquello de que 'el campo no nos aguanta ni cinco años más... pero todos sabemos que estos créditos nunca se pagan'.

Al final de la histórica sesión, Castelló y la mayoría admitían: "En que lío nos hemos metido". Se estaba cimentando esa deuda -mayormente, con el Banco de Crédito a la Construcción- que ya alcanzaba los 740 millones de pesetas (4,5 millones de euros actuales) para cuando Martinez Retamero accedió a la presidencia, en junio de 1983. Las cuentas de Juan Petralanda llegaban hasta donde llegaban: y no más allá. Y eso, sin baloncesto, fútbol sala, equipos femeninos, directores generales y fichajes familiares para Fundaciones...

Hacia el tramo final de la temporada 77-78, el equipo empezó a caerse -'de la cima de Rusia a la sima de Murcia', decían los exégetas-... cuando la fatalidad empezó a concatenar desgracias, como una maldición calé: para empezar, la grave lesión de Antonio Benítez, el 12 de febrero de 1978 en el 0-5 al Cádiz, en 'Carranza'. Ahí jugó Rogelio sus diez últimos minutos en el Betis... y de ahí salió Benítez en camilla, rumbo al quirófano,con un desgarro en el muslo que liquidó su temporada. El mismo Antonio Benítez que, según Manolito Ruiz Sosa, 'podia jugar en cualquier posición, menos de delantero centro'. Era verdad.

Después... el Betis de Iriondo, con su eterna gabardina y su añejo fondo de armario, se fue fundiendo a negro. Tras sendos duros asaltos en Recopa en Milán (Esnaola tiene el balón de San Siro), Leipzig, Copa del Rey en Burgos... y ya sin Benítez, el equipo dilapidó unas preciosas reservas de oxígeno en el catastrófico viaje a Georgia de los cuartos de Recopa, Después de un día de locura en aeropuertos (cuando Iriondo clamaba para 'buscar a Brezhnev', el presidente soviético)... la saga europea finalizó con el KO ante el Dínamo de Moscú: 0-0 y 0-3, el 15-3-78, en el georgiano Estadio Lenin de Tiflis-Tbilissi (hoy, 'Boris Paichadze'). 'Allá donde el viento da la vuelta', se escribía.

De vuelta de Georgia, el Betis estába agotado. Roto. Milagrosamente, como por instinto, le mantenía la clase de su fútbol. El 19-3-78, Domingo de Ramos en Heliópolis, se batió al Sevilla por 3-2, con sendos golpes francos de Julio Cardeñosa, uno a cada escuadra del meta sevillista uruguayo Gustavo Fernández. No quedaba mucho más. Tres días después, en Gijón, un potentísimo Sporting echaba de la Copa del Rey al campeón del Calderón con un demoledor 3-0 (la ida había sido 3-1, Betis). 

Con las brutales eliminatorias de Sporting y Dínamo activadas como bloques de cemento húmedo bajo los rodamientos del equipo, sin físico y sin Benítez, el Betis sólo ganó cuatro de los 12 últimos partidos de Liga, perdió siete y empató uno. El 2-4-78 aún tuvo fuelle para alentar una magnética llamarada de cuatro goles al Real Madrid en Heliópolis: 4-0 en 62 minutos... y 4-2 al final, con el equipo desplomado y las tribunas pidiendo la hora ante el Real de Pirri y Stielike, que iba a ser campeón de Liga: y que había sido víctima y discípulo de una fabulosa lección de fútbol durante la primera hora de juego.

En pleno descenso a los infiernos, con Iriondo (defendido hasta el fin por ladinos intereses) ya enfrentado a varios jugadores -el verdadero Attila Ladinsky, Alfredo Megido...-, Benítez en rehabilitación y el resto medio reventado, el equipo del Betis que mejor fútbol ha practicado desde la Guerra Civil... se fue a Segunda el 7-5-1978, pese a batir a la Real Sociedad con gol de López. Cardeñosa falló un penalti ante Luis Arconada. Una tarde tan de fuego como en el romance lorquiano: " ¡Ay Federico García, llama a la Guardia Civil... Ya mi talle se ha quebrado como caña de maíz!

A la misma hora de la desesperación, en el infierno bético, Hércules y Burgos sellaban en Alicante el pactado 0-0 que les ponía a salvo. Fue pese a maniobras desesperadas de un viajero llamado Lopera, al que acompañaban José María de la Concha y Germán Vaya, 'Mani'. "Si a Hércules y a Burgos les vale el empate, nosotros estamos muertos", había anticipado el inteligente Jaume Sabaté, uno de los que más sabían de fútbol en aquella plantilla, tan brillante como corta. 

Cuando todo terminó el lunes 8-5-1978, Rogelio y el propio Iriondo fueron al campo a recibir del propio Núñez Naranjo (que dimitió, pero siguió un año más, hasta el angustioso ascenso de 1979)... la comunicación de que les tocaba despedirse como jugador y técnico. Cuando Iriondo y Rogelio salieron del campo, en ese mediodía profundo de mayo de 1978, la negra sombra gigante del voladizo financiado por las cuentas de Núñez y Petralanda se proyectaba sobre Heliópolis y el descenso: es esa misma sombra negra que hoy, cuatro décadas despues, aún intimida a Enrique Setién Solar.