muchodeporte.com Real Betis Balompié

Setién, no eres nada

Antonio Félix
Antonio Félix
13/09/2018

"No eres nada", le dice a modo de saludo Harry Dean Stanton a su amigo Joe al entrar cada mañana en su cafetería. “Tú tampoco”, contesta él a 'Lucky', apodo de Harry y título de la conmovedora película de John Carroll [No se pierdan a David Lynch y su declaración de amor a su tortuga] Es cierto. Hace 250 años éramos otra cosa. O eso pensábamos: la Ilustración, el siglo de las luces, la Enciclopedia… El hombre como centro del universo, emocionado por las conquistas que ponían a su alcance los nuevos avances de la ciencia. No ha habido ninguna revolución en la historia de la humanidad de la dimensión de la científica en los dos últimos siglos. Y, sin embargo, sabemos menos que nunca. Las leyes más célebres de la física, que se emplean desde el conocimiento del universo a la fabricación de las placas de ordenador, se basan en un principio llamado de incertidumbre. Así que, si hasta la misma ciencia ha dejado de ser exacta, ¿qué certezas nos quedan? Apenas que somos una microscópica excepción dentro de un inmenso cosmos que se extinguirá en unas decenas de millones de años junto con el Sol. Que estamos aquí para cuatro días. Que tú no eres nada. Ni yo tampoco. Ni siquiera usted, señor Setién.

Una vez más, parece correcto aquello de que cuanto menos se sepa de un ídolo, mejor. Lo contrario suele conducir a la decepción o a la sencilla hipocresía, que lleva a disculpar en unos lo que se reprocha a los otros. Hace unos artículos manifesté mi profunda devoción por el entrenador del Betis, una cosa que viene de largo. Los argumentos expuestos siguen vigentes: se trata de una persona que sabe hablar y sabe escribir, lo que en estos tiempos le convierten casi en un intelectual; también juega al ajedrez del copón, lo que definitivamente le constata como intelectual; como jugador, Setién fue un futbolista delicioso, adelantado a su tiempo; y como entrenador, pues ya lo ven, lo está bordando en el Betis. ¿Qué más se puede decir? Pues que no es nada. Conviene, además, repetírselo ahora, en un momento en el que su escalada dialéctica está sobrepasando ciertas marcas de cinismo y altivez hasta alcanzar cotas de demagogia y altanería absolutamente de más.

Desconozco si se trata de alguna táctica, algún intento de acaparar atención para restar tensión sobre el grupo, no sé, esas cosas de entrenadores. Tal vez obedezca a cierta disciplina marcial, al entendimiento de su profesión como una trinchera desde la que defender una concepción del fútbol amenazada por hordas salvajes. Sospecho, sin embargo, que tiene más que ver con malas costumbres del ego. Por eso, además de lo dicho, es preciso resaltar en Setién que como intelectual no vale un duro, que como jugador fue un fracasado, un tío que teniéndolo todo (Anton Polster dijo en un número de Líbero que jamás vio en España otro fubolista como él) pasó de puntillas por la elite, y que ha sido entrenador de equipos entre muy pequeños y pequeños con los que no ha ganado absolutamente nada. Bordarlo en el Betis apenas merece, de momento, un par de breves líneas en su historia. Si quiere saber lo que es escribirle letras de oro, títulos que se alzan y aventuras en la Liga de Campeones, que pregunte ahí al lado, en Secretaría Técnica, donde le podrán contar algo.

Le podrán contar, por ejemplo, que aquello se consiguió con un fútbol en las antípodas del que predica Setién, del que por cierto también me confieso devoto seguidor. No, en cualquier caso, hasta convertirlo en un apotegma, en una vía única y sin alternativa. Los hechos del propio Setién desdicen sus palabras. Conviene recordar que el despegue imperial del Betis la pasada temporada sucedió después de que el entrenador reculara, aceptara las sugerencias de Serra y reforzara la defensa ampliando a la línea de cinco que mantiene hasta hoy. Escucharle decir, por otro lado, fanfarronadas como que con él siempre jugarán antes los futbolistas técnicos sólo puede producir muecas de sonrojo. ¿En serio se puede mantener eso con gente como Francis o Feddal? ¿Loren juega antes que Sanabria porque es más técnico? Venga ya.

En serio, qué es lo que le pasa. No creo que Setién necesite ponerse en valor, aunque aún tantos ignoren la dimensión del milagro que, en buena medida gracias a él, se está produciendo. Meterse en Europa y mantener una  plantilla competitiva que, además, sigue jugando de maravilla al fútbol es toda una proeza para un club que hace malabares para bordear la quiebra técnica, y que cada verano, y aún aguardan unos cuantos, tiene que ingresar un buen fajo de millones en el mercado de jugadores para cuadrar las cuentas. El éxito del Betis, como el de su juego, es obra de un singular eclecticismo. Todo cuadra en un perfecto y frágil equilibrio. Las supercherías del entrenador alteran ese clima de armonía, como aquélla de que el Betis no estaría preparado para el batallón de partidos sin descanso que acometerá desde el sábado. Bah, ya verá cómo no es para tanto. Así que dese un respiro. No trate de perder un segundo en convencernos de que es un genio. Algunos ya lo sabemos. Igual que sabemos que también es nada.