muchodeporte.com Real Betis Balompié

0-1: Un Betis de 'gilitoque'

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
21/10/2018

Mucho toque de balón, sí. Mucha triangulación con sentido que parece que va a llegar a buen puerto, sí. Sensación de dominio, sí, pues los rivales ya conocen el truco y ceden el campo. Sí a todo lo anterior, pero aquí no hay nadie que marque un gol. Aquí no hay nadie que haga la luz con un pase, un desmarque, un regate, una jugada que marque la diferencia. Por ese defecto, ya nada circunstancial, se le fue el partido al Betis. No sirve de nada contar ocasiones que no son tales, pues echando un vistazo a la hojilla del encuentro, se podrán extraer dos tiros a puerta. O tres. Una falta de Canales por bajo que Masip atrapó, otro disparo de Boudebouz en jugada de estrategia y un lanzamiento de Sidnei que olía más a desesperación que a otra cosa. Esta fue la cera que ardió. Y una cera nada preocupante, nada punzante. Disparos que sólo arrancaron un tímido ‘huy’ de una grada que se empieza a cansar del toque a ninguna parte.

Enfrente, no vino un rival con el autobús. Para nada. Claro que el Valladolid se defendió con orden y fiereza cuando tocó. Claro que cuando el Betis apretó, en determinadas fases de la segunda parte, cerró espacios y achicó el poco agua que entraba. Pero también movió bien la pelota. La quiso precisamente para desordenar a un Betis que echó mucho en falta a todo lo que tenía en el palco, especialmente a Guardado y Joaquín. Sin el mejicano se pierde empaque en una zona capital. Inyecta competividad, posiblemente el equipo no hubiera terminado el partido tan falto de fe. Y Joaquín sigue siendo prácticamente el único que desborda, lo cual no es buena noticia, sin duda. El Valladolid, comodísimo durante toda la primera parte, supo conectar pases con sentido hasta que en un ataque llegó la traca. Casi todo el mundo salió retratado en el gol. Sidnei se comió el centro, Junior llegó tarde y el tiro de Antoñito tampoco se puede decir que fuera imparable. El tanto confirmó que la noche venía con guasa, pues la falta de juego, pese a tocar y tocar, era sideral. Y sin fútbol del bueno el gol no suele llegar, salvo que arriba haya clase ‘A’, que no es el caso. El Betis no tiene esa clase de delantero que resuelve por sí solo. En fin, que lo que parecía un bache puntual ha roto en problemón. Llevar cinco goles a estas alturas de campeonato es para que Serra vaya ya descolgando el teléfono en busca de futbolistas diferenciales en los metros finales.

Cierto es que en la segunda parte se mascó al menos el tanto del empate. Cuando el tiempo apremia todo se hace más rápido, los partidos cambian de velocidad y parece que puede suceder algo. Pero realmente el arsenal se quedó en balas de fogueo o pescado en blanco, como prefieran. El Betis no creó nada, más que barullos en el área bien resueltos por una defensa crecida, por un equipo en el que nadie brilla pero todos se ayudan. Casi sin aire y sin apenas inquietar a Masip, terminó un encuentro que deja al Betis con enormes dudas estructurales: forma de juego, confección de la plantilla, calidad de los delanteros…. Si se disipan, sólo el tiempo lo dirá. Lo que no tiene discusión es que aquí nadie marca un gol. Y así no se va a ningún lado.

 

Ficha técnica:

 

Real Betis: Pau López, Francis, Bartra, Javi García (Mandi, minuto 44), Sidnei, Junior, William Carvalho, Canales (Lo Celso, minuto 72), Inui (Sergio León, minuto 59), Boudebouz y Loren.

Real Valladolid (1): Masip, Javi Moyano, Kiko Olivas (Borja Fernández, minuto 50), Calero, Nacho, Antoñito, Míchel, Alcaraz, Villa, Leo Suárez (Anuar, minuto 62) y Enes Unal (Miguelín, minuto 91).

Gol: 0-1, minuto 35: Antoñito.

Árbitro: Alberola Rojas. Amarillas para Antoñito, Kiko Olivas, Nacho y Masip.