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Lo que esconde la decisión sobre Setién

Paco Cepeda
Paco Cepeda
25/04/2019

Decir que Setién se va sentar el próximo lunes en el banquillo del Betis, en estos momentos, es igual de inexacto que afirmar lo contrario. No está decidido en el minuto que se está redactando esta noticia. Sí es cierto que conforme pasan las horas, la decisión se inclina más hacía la continuidad que al de la destitución. Es mucho menos aventurado señalar que el entrenador cántabro está amortizado, que casi nadie, ni los más fieles seguidores del técnico, se imaginan una tercera temporada con la afición dividida entre los que se acuerdan del padre o los que lo hacen de la madre. ¿Por qué aguanta entonces en el cargo tras el ridículo en Valencia? Hay varias explicaciones, pero lo que más peso tiene es la de que Serra Ferrer no manda tanto, en concreto es un voto entre tres y a veces, entre cuatro. Y el balear ha perdido ya varias votaciones de marcado carácter deportivo en las últimos dos o tres meses. Serra, ha perdido peso. Los motivos, pues se filtran pero que sean otros, cuando toque, si toca, los que se apunten la exclusiva.

Para empezar, Serra perdió hace un tiempo una primera batalla silenciosa, de poca repercusión mediática, pero de calado en las entrañas del club. Serra quería a Pep Alomar como jefe supremo de la cantera y se nombró a Miguel Calzado. Además, Serra tiene ahora mismo poca capacidad de gestión en ese área de la cantera. No es un tema menor. Por dentro, se ha desautorizado al balear, algo que en el mundo del fútbol se detecta pronto y que suele tener efectos muy nocivos.

La segunda decisión en la que el criterio deportivo de Serra no fue el tomado en cuenta fue en el mercado de invierno, con el fichaje de Emerson. No es que el brasileño no le gustase al vicepresidente deportivo, pero como en el verano, Serra entendía que eran otras las prioridades, que era más necesario un sustituto de Junior, por entonces lesionado, y que siendo Emerson un jugador interesante y dentro de una operación económica nada arriesgada (se compra amparado por el FC Barcelona), al final esa decisión se tomó por iniciativa de José Miguel López Catalán y apoyado por Haro y por Setién, quien como en el verano, seguía prefiriendo un diestro a un zurdo.

Todo eso, y más, se sabe por dentro. La indiscutible autoridad de Serra, pese al desgaste de lo del delantero tanto en junio como más en enero, entre la afición es grande, muy grande, pero dentro del club, ya no es tan así. Por eso, y por cuestiones de menos peso, se sigue todavía pensando en si Setién se sienta el lunes o no.

La cosa está ya inicialmente en el tejado de Serra. Si el balear fuerza o no fuerza la situación, si pone sobre la mesa el famoso o él o yo. O si por contra vuelve a aceptar ese carácter colegiado de la comisión deportiva y perder una nueva votación, la más importante. Y también queda por saber si en una situación de máxima tirantez, Haro y Catalán tienen fuerza para apostar por Setién en vez de por Serra. Situaciones mucho más allá del despido o la continuidad de un entrenador que ahora gana poco.