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1-0: Derrota porque sí

Lucas Haurie
Lucas Haurie
12/07/2020

Era peliaguda la papeleta del Betis en el Wanda Metropolitano y la solventaron los verdiblancos como mejor conviene a sus intereses: los deportivos porque nunca conviene una derrota sumaria, los personales de un plantel en trance de ganarse la continuidad y los otros porque ya está bueno lo bueno. El marcador mínimo salva en toda su dignidad a un equipo, el verdiblanco, que en nada fue inferior a su prestigioso rival excepto en que apenas inquietó al portero pese a la media hora en superioridad numérica mientras los colchoneros marcaron tres goles, dos de ellos (bien) anulados por percepciones milimétricas del vídeo. No hubo esta vez conspiración arbitral antibética, o sea, sino imperio de la lógica aplastante que gobierna el fútbol. 

El ojo del amo engorda al caballo y debe ser también que la mirada de Manuel Pellegrini enarbola las orejas de los futbolistas del Betis, que desean lucirse en estas jornadillas de la basura. O, al menos, disputar partidos en los que no se denuncien como inútiles para la competición. Era el tercer equipo de España, por todos los conceptos, el que se medía a los verdiblancos en un partido sin demasiado en juego, vale, pero es de celebrar que los muchachos de Alexis luchasen a armas iguales contra un aspirante al título de campeón de Europa que se concederá en Lisboa dentro de un mes.

El resultado, esta vez y sin que sirva de precedente, era casi menos importante que la percepción del ojo humano, y por eso nadie lamentaba ni celebraba al descanso las dos intervenciones del VAR, que anuló sendos goles de Morata y Correa por infracciones no interpretables. Fueron oportunidades colchoneras como la que tuvo, antes de marcharse lesionado, el bético Guardado, que resolvió con un tiro demasiado cruzado la mejor combinación bética antes del descanso. Reincidió Alexis con la defensa de cuatro y 45 minutos sin demasiado apuro le daban la razón. Tampoco sufría Dani Martín, segurísimo en un disparo insidioso de Thomas. 

Protagonizó Loren –toda comparación con Borja Iglesias es pura coincidencia– el tramo inicial de la segunda parte porque le amargó el marbellí la noche a Mario Hermoso. Primero, al ganarle la espalda para plantarse en las barbas de Oblak y superarlo con una picadita que no fue gol por centímetros; segundo, al quebrarlo en el centro del campo y provocarle la roja directa porque el central, enajenado, le largó un patadón delictuoso que González González castigó con una expulsión que quiso revocar, sin otro motivo que la deferencia al grande, el VAR. Alexis recurrió a Emerson y Joaquín para explotar la superioridad pero, cazador cazado, fue Diego Costa quien acertó con la portería al aprovechar en una estrategia el marcaje aproximativo de Bartra, una defensa tan relajada que cabe tildarla de chill out. Hay grifotas en Tarifa, sí, más rigurosos con sus obligaciones que el central catalán.

Con el marcador a favor, Simeone confirmó que su especialidad es narcotizar los partidos y nada pasó hasta el minuto 96, cuando Guido Rodríguez ensayó un disparo desde la frontal que atajó el portero atlético. Quizás nadie quería que un reparto de puntos que comprometiese el tercer puesto del conjunto local. Tal vez sí. Pero no pasó porque, circunstancias aparte, el mejor le suele ganar al que es un poquito menos bueno.

Ficha técnica:

At. Madrid (1): Oblak, Trippier (Arias, minuto 43), Savic, Mario Hermoso, Lodi, Koke, Marcos Llorente (minuto 55), Thomas, Saúl (Carrasco, minuto 55), Correa (Felipe, minuto 61) y Morata (Diego Costa, minuto 55).

Real Betis (0): Dani Martín, Barragán (Emerson, minuto 68), Bartra, Sidnei, Álex Moreno (Tello, minuto 82), Guardado (Pedraza, minuto 43), Guido Rodríguez, William Carvalho (Joaquín, minuto 70), Canales, Fekir y Loren (Borja Iglesias, minuto 82).

Gol: 1-0, minuto 73: Diego Costa.

Árbitro: González González, castellano-leonés. Expulsó a Mario Hermoso. Amarillas para Savic, Barragán, Feddal y Emerson.