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50 años del 12-10-1970, último partido de Quino con el Betis: ante el CDC Moscardó

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
11/10/2020

El tiempo pasaba lento en Sevilla a mediados de los años 50, cuando los gatos se desperezaban por los helechos y los vientos solanos venidos desde el Guadalquivir agostaban las granadas por las calles y casitas bajas del Barrio León, 'San Gonzalo', el barrio que ordenó construir el General Gonzalo Queipo de Llano, entre Nuestra Señora de la Salud, la calle Azucena y la Plaza de San Gonzalo. Entre las siestas del verano y cerca de los Salesianos de Triana, los chiquillos del barrio no paraban de jugar al fútbol, 'a la pelota'. Palmo a palmo avanzaban 'los 50', despegándose de los malos mengues de la Guerra (In)civil, los años del hambre, del racionamiento. "No existía el Tardón, la cochera de los tranvías era toda una frontera y lo que era el barrio... era como una bolsita de casas, muy aislada. Sí, claro: el barrio que había hecho Queipo de Llano, 'Don Gonzalo', Jugábamos (lo que se llamaba) 'combinas' en todas esas calles, entre la Plaza, Nuestra Señora de la Salud, Azucena..  jugábamos muchos chavales que después acabarían o acabaríamos en uno u otro equipo, Betis, Sevilla, incluso Huelva: Ordaz, Martínez Oliva, Pozuelo... y los hermanos Sierra, claro", relata un superviviente de aquella época: hace un poco menos de 70 años, cuando el Real Betis Balompié iba emergiendo desde el pantano de Tercera División: que abandonó definitivamente en 1954 de la mano del presidente coriano Manuel Ruiz.Rodríguez.

Entre esos hermanos Sierra, Sierra Vallejo, los tres hijos del gran poeta Juan Sierra y de Carmela Vallejo, crecía en el Barrio León... y ya goleaba el que iba a ser el mejor delantero centro, ariete o número 'nueve' en la historia del Real Betis Balompié, y quizá de los nacidos en Sevilla: Joaquín Sierra Vallejo, 'Quino'. A partir del año 1957 y hasta 1970, el relato futbolístico de Joaquín Sierra Vallejo iba a estar vinculado a ese Real Betis Balompié... con quien, sin que el mismo Quino lo supiera, iba a disputar su último partido el lunes 12-10-1970, ahora hace 50 años exactos: en la única visita oficial del C. D. Colonia Moscardó -otro general de Franco, el 'Héroe del Alcázar'...- al Estadio Benito Villamarín. Ese lunes 12-10-70, en Segunda División, un Betis entrenado por 'Tito Antonio Barrios' venció por 2-1 al rojiblanco Moscardó de Valbuena, Sánchez Barrios, Domínguez, Flores... y Quino, que ya era Internacional A con la Selección española de Ladislao Kubala, no volvería a ponerse la camiseta verdiblanca. Una entrada de ese mismo partido Betis-Moscardó de 1970 se muestra en la imagen que abre este texto, cortesía del 'Museo Bético' de Javier Maldonado. Pero ya vamos un poco demasiado lejos...

Entre los niños de las 'combinas' del Barrio León y la Plaza de San Gonzalo había un poco de todo, como es natural: del Betis y del Sevilla. Pero algo los terminó uniendo un poco más allá de las calles del barrio: 'allí junto'. Era el Colegio de los Salesianos de Triana. Cuando ya los años 50 enfilaban la segunda mitad, los chiquillos de San Gonzalo, que ya iban creciendo, se reagruparon en el equipo infantil de los Salesianos, siempre con la cochera de 'Tranvías de Sevilla' y el Bar 'La Torrecilla' -hoy, 'La Torreta'- como límite y frontera del territorio. 'La Torrecilla' era el bar del barrio, el sitio donde se podía encontrar a Juan Sierra González en tertulia. 

Regresa el relato de quien lo vivió: "Entonces, ahí, hacia finales de los 50, ya empezamos casi todos en los infantiles de los Salesianos. Y con jugadores como Joaquín, 'Quino', sus hermanos Juan e Ignacio, todos los que he dicho antes, Demetrio e incluso Gualberto García, el que luego fue músico (de los 'Smash', por ejemplo)... salió un equipo infantil que era un equipazo; les metíamos siete o más goles a todos los colegios. Incluso una vez jugamos en el campo del Sevilla, en Nervión, ante los infantiles del Sevilla, en un entrenamiento, y les ganamos 1-2, aunque en la segunda parte nos sacaron a los mejores, como al mismo Pintado, para impedir que les ganáramos. Ese día, Quino ya le metió un gol a Sevilla. Entonces, Joaquín aún jugaba de defensa central. Pero, aparte de lo bien que jugaba, sacando el balón jugado desde atrás y driblando desde medio campo, se hartaba de meter goles... de cabeza. Ahí ya era imparable. Saltaba más que nadie y remataba a placer, un poco como después también lo haría Cruyff. Ya nos llevaba a todos la cabeza". (Nota: a día de hoy, Joaquin Sierra Vallejo, nacido el 7-9-1945 -Gualberto es de julio del 45, por ejemplo- sigue listado en varios sitios en 1,79 de altura; pero, a su lado, es difícil no aceptar que Quino mide, como mínimo, 1,80 metros: y eso, en los años 50, era... una barbaridad. Continúa el relato del 'penúltimo testigo').

"En aquella época, el Betis, que ya estaba consolidado en Segunda, se entrenaba en los Salesianos de Triana para preservar mejor el campo de Heliópolis. A nuestro equipo de infantiles, que era pura escuela sevillana o trianera si se prefiere, lo veían jugar directivos, como Juan Petralanda y José María de la Concha. Fueron, cogieron... y nos hicieron a todos, a todos aquellos infantiles de Salesianos e Triana... el equipo infantil del Betis. Fue en el año 1957. El equipo infantil de los Salesianos de Triana de 1957 y 58 fue después la base del Triana, del Triana Balompié de aquella delantera mítica (recita de memoria)... Querencio, Fali, Quino, Dioni y Gerardo: también ya con Antón en el Triana. Gualberto ya había cogido la guitarra. La gran mayoría de todos aquellos chavales acabaron jugando en la Selección Andaluza, con la que, en un partido amistoso de entrenamiento, se partió la pierna Ignacio Sierra, el hermano de Quino... y ya no pudo seguir en el fútbol. Juan Sierra Vallejo sí continuó: y llegó a jugar en los juveniles del Sevilla y en la Selección Andaluza, incluso: junto a Antonio Leal Graciani, que luego sería el médico del Sevilla..."

A partir de 1957-58 y hasta 1970, entre actuaciones deslumbrantes con el Triana Balompié -cuando ya Santiago Tejera y Ernesto Pons, en los 60, se habían hecho cargo de la dirección técnica y física de la cantera del Betis-, más la Selección Andaluza de juveniles, la carrera de Joaquín Sierra Vallejo emprendería un proceso de crecimiento... aparentemente sin límites. "La cantidad de veces que le habrán sacado a Joaquín pañuelos en los Trofeos Giralda, en Piscinas Sevilla, en Coria con el Triana o incluso con la Selección andaluza en el campo del Sevilla; llenaba los campos de pañuelos; era tan buen futbolista porque valía y vale demasiado, es demasiado bueno, demasiado inteligente y demasiado buena persona en todo lo que se ponga. Leía poesía, estudiaba Comercio -que no llego a terminar-, pero, dígame usted, ¿qué futbolista leía entonces poesía? Claro, le venía de su padre. Pero alguien como él... pues eso no se veía", se pregunta el autor de nuestro relato. Hasta que...

DEBUT CON EL BETIS.- Tras haberse pateado los escalafones inferiores y las distintas selecciones andaluzas -también, las españolas juveniles y universitarias-, el 30 de enero de 1963 un Quino aún en la plantilla del Betis juvenil, debutó con el primer equipo del Betis en un amistoso jugado en Heliópolis: frente al Eldense. Fue de la mano de Ernesto Pons, quien terminó la campaña 62-63 como entrenador del primer equipo verdiblanco y le tenía 'anotado' desde sus días en la organización de la preparación de la cantera verdiblanca. A los cinco minutos de la segunda parte, Quino, que había suplido a Pallarés en el descanso, marcó al Eldense su primer gol con el primer equipo del Betis. Volvería a jugar con los 'grandes' en el partido que cerraba la temporada 62-63, un amistoso jugado en Heliópolis, el 15 de junio contra la Portuguesa de Brasil. Ahí entró a jugar en relevo de Fernando Ansola. 

Desde el inicio de la 1963-64, ya con Domingo Balmanya al frente del banquillo del Betis, Joaquín Sierra, gran figura en el Triana Balompié junto a todos los otros citados -para empezar, Antón, Dioni, Demetrio...- fue interviniendo en varios amistosos: Algeciras, Kimber de Utrera, Granada, Rajah de Casablanca... en aquella 63-64. Además de Balmanya, en aquellos entrenamientos y partidillos del Betis había alguien que prestaba especial atención al exquisito jugador de San Gonzalo. Alguien que, puntillosamente, le daba constantes consejos o 'toques' a Quino, con quien enlazaba como 'interior' sobre visión del juego y 'campimetría': un tal Luis Aragonés Suárez. 

El 22 de marzo de 1964, contra el Pontevedra en Heliópolis, Quino, aún en categoría juvenil, con 18 años, apareció en su debut oficial con el Betis: 3-0 a los granates 'pasarones' del 'Hai que Roelo': dos tantos de Molina y otro de Pallarés, sin que el 'asesor' Luis, Luis Aragonés, perdiera una sola vez de vista, con ojos escrutadores -y agrupándose con Quino en ataque-, las aristocráticas maniobras del debutante juvenil... al que el Betis de Benito Villamarín le hizo firmar contrato profesional como requisito previo para estrenarse en el primer equipo. Algo más de seis años después, aquella firma iba a explotar sobre el vestuario del Betis como una bomba de espoleta retardada. Aún volvería a jugar Quino con el primer equipo del Betis 63-64 en Copa del Generalísimo. Fue frente a Alavés (1-1, 5-3) y Valencia: que apeó al Betis en cuartos, 2-2 y 2-1. Aquel Betis de Balmanya quedó tercero. Pero el verano siguiente, ya sin 'Domênec', sin Luis, emigrado al Atlético de Madrid, y bajo mando del francés Louis Hon, el Betis alzaría el célebre 'Carranza' de 1964 en memorable final ante el Benfica, aquel 2-0 inolvidable, en la noche de la consagración de Rogelio Sosa Ramírez.

Tras sólo cinco partidos con el primer equipo en 1964-65, temporada durísima que concluyó con bética, agónica salvación in extremis' en el Camp Nou (0-0, el mejor partido en la carrera del meta trianero Carmet), en el desarrollo de 1965-66, Quino ya se hace con un puesto casi fijo en el primer equipo verdiblanco.Juega 24 partidos y anota seis tantos. Todo, siempre impulsado por su 'antiguo' mentor, Ernesto Pons: que reconocía a Quino como un superclase y -también- un superdotado en lo físico; Como saltador de longitud, Pons había sido varias veces campeón de España de atletismo en la década de los 40: y, como técnico, había sellado la permanencia bética en 1964-65.

Aunque en 1965-66 arranca Martim Francisco -tecnico brasileño, de Belo Horizonte-. al frente del Betis durante una docena de partidos, en ese curso 65-66  llega la consolidación de Quino. El 1-12-1965, en Mestalla, Joaquín Sierra consigue su primera diana oficial con el Betis, ante un potentísimo Valencia que vence por 6-3, con el gran Waldo Machado al frente del ataque. Con el equipo en la cola, Martim Francisco sólo dura una jornada más, regresa Pons ya en plena zozobra y... el 3-4-1966, el Betis sufre un dramático descenso en Málaga. 

Pero, de inmediato, Quino firma partidos de antología ante Oviedo y Español (sendos 4-0 y goles a pares en cada uno de ellos), en una Copa memorable, en la que el recién descendido Betis sólo se detiene en semifinales ante el Atlético de Bilbao (1-1, 1-4)... tras despedir oficialmente del fútbol de competición a Alfredo Di Stéfano, con el Español... y a Ferenc Puskás: con el Real Madrid: al que el Betis apea de esa Copa 1966 en cuartos de final y en una noche memorable de 'cuenta larga' en el Bernabeú, el 15-5-1966. Este es el partido oficial más largo de todos los tiempos en toda la historia del fútbol español, finiquitado con un 'Gol de Oro' de Jesús Landa en el minuto 149: el 2-2 definitivo, dos impactos de Landa en sendas jugadas de Quino, que apean de la Copa del Generalísimo al Real Madrid, flamante hexacampeón de Europa: tras el 3-2 para el Betis de la ida. Antes, el sensacional 'show' futbolístico de Quino ante el Español del último Di Stéfano, en la vuelta de octavos, (4-0, 1-5-66) terminará siendo decisivo para la marcha a Valencia del trianero, cinco años después: a un Valencia hecho campeón de Liga por el propio Alfredo Di Stéfano: ahora, desde el banquillo.

En 1967 y 1968, Quino decidirá sendos y sucesivos triunfos del Betis en Liga, en Primera y en Segunda, en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, ante el Sevilla C. F, con tantos vitales en dos choques de 'eternos rivales' saldados con 2-3 y 0-1 para el Betis: este último, el 29-12-1968. En este partido de 1968, Quino aprovechó para marcar 'a placer', 'así se las ponían a Fernando VII' (relató José Antonio Blázquez Cabrera, en 'ABC de Sevilla')... una colisión 'totalmente sevillista' de Santos Bedoya con el meta algabeño Rodri, quien ya había atrapado claramente un castigo colgado por Rogelio: antes de que el choque con Santos le hiciera perder el balón. Quino -es la imagen en blanco y negro que abre este articulo- se limitó a 'tocar' el cuero suelto a la red del Gol Norte de Nervión, en una de las dianas más fáciles de su brillante carrera: como él mismo reconocería con el paso de los años. Cantó el gol incluso antes de que el balón besara la red de Rodri: estaba casi hecho desde que Santos se cruzó en el salto de Rodri.

En esa displicencia casi aristocrática del 0-1 en el Sánchez-Pizjuán, en esa diana que era como una gema para el Betis, algunos (casi más los béticos que los sevillistas) percibieron un puntito de insolencia. Como desdén. En todos los sentidos de esta poliédrica palabra, tan sevillana... hubo 'Guasa'. En 1968-69, Quino era ya un delantero adelantado a su tiempo: tenía regate, talla, velocidad, elegancia, remate de cabeza; ciertamente, se le podía comparar con el estelar Cruyff que iba a emerger en los años 70-... y Joaquín ya había liquidado con 33 goles la Segunda División 68-69. Esa fue la cifra que le reconoció 'Marca' para el 'Pichichi' de la categoría, con 'tripletes' ante Mestalla (3-4 sobre el fango de Heliópolis, en un 'tiroteo' de pistoleros con el mestallista Nebot, luego bético), otro trío ante el Indauchu... y cuatro goles a  un Mallorca que ascendía: esto último, en tarde antológica de un 6-1, el 4-5-1969, con el campo del Betis en flamear enloquecido de pañuelos ante la monumental exhibición del hijo de Juan Sierra y Carmela Vallejo. 

Tampoco cabe olvidar en la lista del 'Pichichi' de Segunda esas dos dianas a un Sevilla que, con Juanito Arza al frente, también ascendía como campeón de la 'nueva' Segunda 68-69: una de ellas, tan recordada, la de ese 29-12-68 en un Sánchez-Pizjuán abarrotado. Y otra más, de penalti, en el turno de vuelta, un 2-2 en Heliópolis: el 1-6-1969. Todavía en 1969, en PreMundial-70, Laszi Kubala convocó a Quino y le hizo debutar en la Selección española, en La Línea, algo excepcional para un jugador de Segunda. España ganó 6-0 a Finlandia... y Quino marcó un gol de cabeza, primer tanto de un jugador del Betis con la Selección española. Todo junto, el Real Madrid quiso fichar al superclase trianero: sin éxito, porque...

EL CONFLICTO.- Mientras, 'otro' equipo juvenil del Triana Balompié, una nueva hornada, ya con poco que ver con la etapa primigenia de los Salesianos de Triana jugaba y perdía en 1969 la final de Copa de juveniles ante el Real Madrid de Robi, Corell, Uceda, Vellisco, Planelles... y un tal Vicente del Bosque, que marcó de cabeza, a la salida de un còrner, el tanto de la victoria madridista ante un 'nuevo' Triana con... Campos, Rubio, Portillo, Chico, Vilches (Cristo), Bizcocho, Molina, Cristino, Calero, Puertas y Garlitos.

Entonces, al terminar Quino su contrato profesional en 1969-70, el Betis -que desde 1969 ya presidía José Núñez Naranjo- le subió una porción más del 10% que estipulaba el derecho de retención, entonces en vigor. Pero el ambiente se había ido pudriendo -pese a las intermediaciones de Juan Mauduit, abogado y secretario del club y del propio Juan Petralanda-, desde que el inteligente Quino (que vivía y vive con la 'funesta manía de pensar') fue consciente de que había sido víctima de un engaño, cuando el Betis de Benito Villamarín le instó a firmar contrato profesional para debutar ante el Pontevedra: aquel 22-3-1964.

En un texto de 2015, en 'El País', Alfredo Relaño relataba así la secuencia de hechos: "...Allí viene el primer desengaño. Le dicen que tiene que firmar ficha profesional para debutar en Primera. Y él, con la ilusión, firma. Más tarde se enterará de que no sólo no era necesaria esa ficha, sino incluso que no se podía inscribir como profesional a un juvenil. Pero le han hecho firmar y está atrapado de por vida por el 'derecho de retención', que permitía a los clubes, aun sin la anuencia del jugador, prorrogar el contrato al fin del mismo con sólo subir el 10 %. Aquello entonces parecía normal. A Quino, instruido, inquieto, de alma izquierdista y rebelde, le pareció indignante".

Con el Real Madrid (y el Valencia) manifiestamente tras los lujosos pasos de Joaquín Sierra, el Betis, ya presidido por José Núñez Naranjo desde el verano de 1969, se aferró en el verano de 1970 a la decisión sumaria de no traspasar a Quino como no fuera por una oferta escandalosa: la prioridad era devolver al equipo a Primera División. Tras un primer anuncio de retirada, que se compensó con nueva subida de contrato... más pequeñas represalias, como multas, etc, y en plena tensión, llegó un 'banquillazo' abrupto  y poco explicado para Quino en el Trofeo Montilla-Moriles. Y en fin, todo explotó con una durísima escenita entre José León Gómez, vicepresidente deportivo y 'hombre de confianza' de Núñez Naranjo y el propio Quino ante el 'pobre' -pero correoso- Moscardó, que pasaba por allí, por Heliópolis, ese 12-10-70. (El Betis, ya sin Quino, devolvería visita al Moscardó ya en febrero de 1971 en el campo de machacada tierra madrileña, el Estadio 'Gabino Jiménez', barrio de Usera: 0-0). 

Pero ese 12 octubre de 1970 había estallado la ruptura Betis-Quino. Un divorcio que sería definitivo. Ese 'Día de la Raza' de 1970, todo estalló en torno a Joaquín Sierra Vallejo, el hijo de Juan Sierra González, el poeta que había sido un amigo tan cercano de Federico García Lorca -que se rendía ante el talento de Sierra-... y miembro distinguido de la Generación literaria del 27. Esto y así escribía Juan Sierra, para Nuestro Padre Jesús del Gran Poder "Vas mudo, serenando Tu cabeza... el rosa -¡ay!- de lejanos surtidores que en el alma iza ya la primavera... Mudo, Señor, velando mi pereza con los oros más viejos y mejores que unos trinos derraman en la cera". De alguna manera, Joaquín Sierra, el hijo de Juan, iba a dar vida a una historia no tan 'secreta' de ésas que alumbra Sevilla, 'secretas' historias que algunas veces han tenido como protagonista... al mismísimo Gran Poder.

El encuentro con el CDC Moscardó, sexta jornada de la Liga 70-71 de Segunda División, se remató con un difícil 2-1 para el Betis: tantos de Isauro y Macario. Se cerraba la campaña de los '15.000 socios' (se rebasó al fin la cifra de 13.000) y el torero Paco Camino, gran bético, hizo el saque de honor, entre las filas acumuladas de las Peñas del Betis. Nadie, nadie podía suponer que ése iba a ser el último partido de Quino con la camiseta verdiblanca. Con 0-0 en el descanso (el Betis venía de caer en Coruña, 3-1), un alterado León Gómez tuvo palabras duras para sus jugadores ('no tenéis vergüenza')... y Quino se le enfrentó y le mandó salir de la caseta 'local' de Heliòpolis, rechazando frontalmente la presencia y palabras de León. "Lo que tiene que hacer usted es salir de aquí y no dirigirse así a los futbolistas en la caseta", dijo Joaquín Sierra Vallejo: a quien el entrenador, 'Tito Antonio  Barrios', permitió acabar un partido que se complicó ante el arisco Moscardó y que concluyó con ese difícil 2-1: en el minuto 87, un tanto agónico de Macario deshizo el empate a uno que había consignado el rojiblanco Ángel Villaverde (minuto 71), tras el 1-0 de Isauro: minuto 51. 

De inmediato, y entre la consternación de Juan Petralanda -que mantuvo reuniones con Quino, casi tan afectado como un padre que sufriera con un hijo querido- el Betis declaró a Quino en rebeldía; y el hijo de Juan Sierra pasó a entrenarse en el ya desaparecido frontón de Piscinas Sevilla, con banderilleros y toreros (Pepe Luis Vázquez padre, Vito, 'El Tito de San Bernardo', Manolo Cortés)... todo concluyó con ascenso arrollador del Betis campeón (de Segunda) de Antonio Barrios y un posterior traspaso-récord por 17,8 millones de pesetas al Valencia de Di Stéfano, campeón de la Liga española en la temporada 70-71: entre toda la espera, el Real Madrid de Bernabéu había adquirido a un prometedor Carlos 'Santillana', se había retirado de la puja, más o menos disimuladamente... y el Valencia se había hecho con el control de la situación. Vicente Peris Lozar, gerente del Valencia, había mandado a Antón -ya en el club 'ché'- a Sevilla para que convenciera a Quino de que lo mejor para su carrera era irse al Valencia de Di Stéfano.

El Valencia: flamante campeón de Liga, verdugo del Betis en la Copa... y justo el equipo al que Quino había marcado su primer gol en Primera División, el 1-12-65. El Valencia de Don Alfredo Di Stéfano, 'La Saeta Rubia', que se había 'enamorado' de Quino desde aquel 4-0 del Betis al Español de Don Alfredo, el 1-5-1966. Aquella tarde inolvidable del 4-0, Di Stéfano, que se iba, quedó impresionado con Quino: que venía llegando a la cumbre con el rugido suave de un motor 'Packard'. 'El pasado nunca gana cuando se cruza en el camino del futuro'. 

El 31-8-71 firmó Quino -con bolígrafo de oro- su contrato de tres temporadas en Valencia: con el gerente valencianista, Vicente Peris. "No he dejado de entrenarme, aunque sea en forma privada y mi peso es el que tenía cuando dejé de jugar: 75 kilos", declaró Joaquín Sierra... que no jugó la Copa de Europa con el Valencia, campeón de Liga 1971, por haber firmado más tarde de haberse cerrado el plazo UEFA de inscripciones.

BRONCA EN HELIÓPOLIS.- Pero el 13-2-1972, un infarto masivo fulminó a Vicente Peris cuando presenciaba el Valencia-Atlético de Madrid en Mestalla. Era la jornada 21 de la Liga 1972-73. El 1-0 deja segundos a los desolados jugadores valencianistas de Di Stéfano... mientras que el Betis, al que ya entrena Ferenc Szusza, vuelve colista de un casi consabido descalabro en San Mamés: 3-0. El 20-2-1972, aún caliente el cadáver de Vicente Peris, en la jornada 22ª, Joaquín Sierra Vallejo regresó al campo de ese Betis, colista de Primera tras la jornada 21ª. 

El Betis alineó a: Campos; Bizcocho, Telechia, Biosca; Irízar, Frígols; Macario, González, López, Rogelio y Benítez. Ya no viven entre nosotros Irízar, Frígols, Antonio Benítez y Rogelio: Rogelio Sosa Ramírez, 'el de la de Caoba'. Con camiseta azul eléctrico y calzonas negras, casi como el Real Madrid vestía entonces en las salidas, el Valencia de Quino y Di Stéfano llegaba segundo... y además, con Antón por primera vez frente al Betis en Heliópolis: el lateral internacional 'bilbaíno de Barbate' ya se había medido con los albiverdes en los octavos de Copa de 1971, pero sólo jugó en la ida, en Mestalla: 0-0. Antón no estuvo en el 0-4 definitivo de la vuelta en Heliópolis. Y aquel gran Valencia azulado de 1972 se inclinó ante el Betis por 1-0, testarazo lejano acrobático de Rogelio en el minuto 22. Era el segundo de los tres vitales tantos de cabeza que el coriano de caoba iba a producir en la salvadora reacción del Betis de Ferenc Szusza. Ahí, el Betis abandonó la cola, rumbo a una permanencia que se antojaba casi imposible.

Antes del juego se guardó un minuto de silencio por el recién fallecido Vicente Peris. Y la afición del Betis, envenenada por tantas circunstancias... simplemente explotó contra Quino; después y en bastante menor medida, contra Antón. Así lo contó José Antonio Blázquez en 'ABC de Sevilla', en la ficha técnica del partido... "con ambos equipos alineados en el centro de la cancha, por los altavoces del recinto deportivo se reclamó un minuto de silencio como muestra de respeto y tiempo de oración por el desaparecido gerente del Valencia, don Vicente Peris. El silencio fue roto repetidamente con voces insultantes dirigidas a Quino. El tono soez de tales agresiones verbales para un jugador que perteneció al Betis agravian en mayor medida a la afición sevillana que al propio Quino".

Un joven testigo de aquellos hechos puede confirmarlos al detalle. Además de gritos repetitivos de 'Quino, sevillista', el joven testigo de 1972 recuerda que escuchó (los típicos) insultos directos destinados a la familia de Quino; por entonces, Juan Sierra, padre del jugador, ya se autodescribía así: "Ahora ya sólo soy el padre de Quino". "Sí recuerdo perfectamente cómo aquel día le gritaron mucho a Quino; a mí me dio hasta vergüenza. Pero si Quino es más bético que nadie... encima luego hizo la AFE con Cabrera Bazán, el abogado... y luchó más que nadie por los derechos de los jugadores", recuerda uno de los protagonistas de aquel Betis-Valencia del 20-2-72: el defensa y medio internacional Antonio Biosca Pérez, mundialista en 1978, en Argentina.

"No se le ha reconocido totalmente a Quino todo lo que hizo... ni como el grandísimo jugador que fue, ni todo el inmenso trabajo que hizo para la liberación del futbolista profesional; eso fue lo que le trajo todos aquellos problemas con el Betis, que le llamaran 'rebelde', la misma declaración de rebeldía y todo eso: en aquellos tiempos, en aquellos años. Después creo que le han hablado hasta de puestos políticos en Ayuntamientos y eso, pero él nunca ha querido", recuerdan -aún hoy- aquellos viejos compañeros de las calles de San Gonzalo, de Nuestra Señora de la Salud, de Azucena... 

"Que alguien pueda llamar 'sevillista' a Quino, como algunos 'béticos' llegaron a hacer, es hablar con error: con grave error. Pero ese fue un problema que venía de antes, de la época en que Joaquín aún estaba en oficialmenteen el club... pero ya no jugaba", nos confirma telefónicamente, desde su domicilio en Valencia, el propio Antonio Manuel Martinez Morales, 'Antón', el barbateño 'de Triana', que nació en Bilbao gracias a una hermosa historia de amor con raíces en la Guerra (In)Civil. Antón volvería a vivir una nueva bronca adversa, ya específicamente hacia su potente persona, en el Villamarín ese mismo 1972, pero ya en la campaña 72-73: el 29-10-1972, en un Betis-Valencia televisado (0-0), donde Quino no se alineó con el Valencia y Antón fue expulsado por el árbitro balear Rigo tras un tantarantán en la banda de Preferencia al extremo jerezano Rafael del Pozo.

Diez minutos antes del fin de aquel Betis-Valencia del 20-2-72, la gran bronca y el 1-0, Quino 'se hizo un taco' (Blázquez dixit) ante Manolo Campos, meta bético de Cantillana, que le canceló la ocasión que hubiera valido el 1-1. 'Por juego y entusiasmo, corto triunfo', acabó titulando Blázquez. Triunfo del Betis de Szusza, que se mantuvo alimentado por los goles salvadores de Rogelio. Un aficionado de la época explica así de reflexivamente la desastrosa, caótica estela de sucesos que rodeó a Quino: "Cuando Quino empezó... todos pensábamos en un diamante en bruto. Pero cuando empezaron a torcerse las cosas y con la versión del club, empezó a caer mal entre la afición. No se tenía ni idea del engaño del contrato profesional. Pero lo que sí era moneda de cambio eran las prácticas caciquiles, que hacían rebelde a quienes tenían una cierta cultura, porque los caciques solo toleran a los serviles y este jugador era instruido".

En 1976, tras siete internacionalidades 'A' (algunas, junto a Antón, como un histórico e inservible 0-0 ante la Unión Soviética en octubre de 1971, en el campo del Sevilla, 'el partido de Rudakov'), Quino dejó el Valencia y emigró al Cádiz. Allí jugó hasta 1978 y aún se cruzó en el campo de juego con Rogelio en el último partido del zurdo artista coriano con el Betis, el 12-2-78, en 'Carranza': Domingo de Carnaval en Cádiz, dañina lesión del internacional jerezano Antonio Benítez y 0-5 para el Betis... que, con Benítez fuera de combate, iba a descender lastimosamente sólo unas semanas después, en mayo del 78. 

Joaquín Sierra, aquel elegante superclase del Barrio León se retiró a fin de ese curso 77-78, ni con 33 años cumplidos. Dirigió los primeros pasos del deporte andaluz en la etapa de la Junta preautonómica, antes de 1980. Pronto pasó a ser el primer Presidente de la AFE. A través de un ramillete de entrevistas, Quino nos ha enviado pistas de su pensamiento y sentimientos: "El mejor es Messi. Defendí a Di Stéfano como el mejor, pero después Messi ha roto moldes. Nadie ha alcanzado el nivel de Messi: ni Cristiano Ronaldo... Messi está un punto por encima... El fútbol de ahora es el mejor que he visto en mi vida...  Me fui porque quería estar junto a mi hijo. Como entrenador... no hubiera servido, nunca me entusiasmó entrenar; me gusta ver fútbol en televisión, pero... no me gusta el mundo del fútbol. Messi y Cristiano Ronaldo cobran cantidades multimillonarias, pero seguramente generan más beneficios de lo que ganan". 

Este último pensamiento es absolutamente típico de Quino, que se expresa en un habla andaluza tan especial y tan estilosa: tan parecida a la que se gasta un tal Felipe González Márquez. En la familia Sierra siempre y desde siempre le venían a decir a Quino que 'muy pocos o casi ninguno' en el gremio le iban a agradecer tanto esfuerzo por agrandar y reconocer los méritos de los compañeros. En diciembre de 2000, en entrevista en 'ABC de Sevilla' con M. Fernández de Córdoba, Quino hizo al entrevistador F. de C. esta amarga reflexión de reconocimiento: "La gente estaba convencida de que yo era sevillista. No me explico por qué. Yo le marqué al Sevilla todo los goles que pude". En esa misma entrevista con Fernández de Córdoba, Quino apuntaba a la idea inicial de que su famoso regate/amago era 'una imitación del de Garrincha'. "No como él, claro", apostillaba, con 'guasa', Joaquín Sierra, 'Quino', el hijo de Juan Sierra y de Carmela Vallejo: que sigue viviendo en Cádiz, frente al Atlántico. Allí, Quino firmó, para el Museo de Javier Maldonado, la camiseta con el '9' sobre fondo negro con la que marcó ese tanto decisivo al Sevilla en el 2-3 del Sánchez-Pizjuán, el 26-11-1967. Y, a pesar de todas estas historias, tantas cosas, 50 años después de aquel extraño, ominoso, Día de la Raza o de la Hispanidad, en 1970, ahí sigue Joaquín Sierra: ganando siempre con el estilo, dejando sellada la impronta de su clase. 

"Vamos a nuestras reuniones, con Telechía, Antón, Chaparro, Macario, Demetrio... y él, que ha sido el mejor de todos nosotros, prefiere quedarse ahí en el rincón, como para no querer molestar", recuerda ese 'penúltimo testigo' de San Gonzalo: entre el viento solano y casi como a través de los gemidos de una radio de cretona. Desde aquel 12-10-1970, Joaquín Sierra Vallejo, "el mejor de todos nosotros", ya no se pone la camiseta del Real Betis Balompié. Así que pasen 50 años: que han pasado.