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Otoño de 1980, 40 años atrás: los lunes béticos del Cine Alkazar: 'Lobo' Diarte, Benítez, Cardeñosa, Gordillo, Esnaola...

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
01/11/2020

Entre septiembre y noviembre, en este mismo otoño, se cumplen 40 años de una de esas extrañas, casi místicas, líricas o estrambóticas situaciones (ya, prácticamente extintas) que ayudaron a configurar la singular épica de un club, el Real Betis Balompié (sin S. A. D. a las espaldas) que, a su vez y como tal, también se encuentra prácticamente extinto. Esto, si lo tomamos desde aquella entidad mística, sin el 'casi', que era capaz de generar y producir aquellas situaciones del tipo de los romances de leyenda de Robin Hood o Emilio Salgari.

En aquel otoño de 1980, el Betis, presidido por el ya fallecido abogado Juan Manuel Mauduit Caller (bufete en C/Gravina) -que había relevado a José Núñez Naranjo en el verano de 1979, unverano más entre los de los regresos a Primera-... había agrupado a las órdenes de Luis Cid 'Carriega -también fallecido hace algo más de dos años- una plantilla que, sin temor a la exageración, el aquí firmante designa como la de mayor calidad que uno haya visto reunirse en los verdes campos del Edén heliopolitano. Una de esas casualidades de la vida que con tanta frecuencia afectan al Betis decidieron -por vía de una final de Copa entre Real Madrid y Castilla (6-1)- que el club heliopolitano no disputara competición europea en 1980-81... a pesar de haber finalizado en quinta plaza la campaña 79-80: con 36 puntos, a sólo dos del Barcelona, cuarto... y a tres del Sporting de Gijón, tercero. Eso, pese a un irresistible 'rush' final de temporada que incluyó el histórico -por tantas razones- 4-0 al Sevilla del 20-4-1980, siempre en Heliópolis... o un 3-0 como cierre de temporada al Valencia que ya había alzado en el Heysel Stadium, Bruselas, el título de campeón de la Recopa 79-80 ante los 'gunners' del Arsenal.

Así las cosas, llegado el verano de 1980 y con obras (grandes) en Heliópolis, Luis Carriega presentó a Mauduit su gran baza para mejorar la plantilla del quinto mejor equipo de España 79-80: el fichaje de Carlos Martínez Diarte, 'Lobo' Diarte, el sedoso y elástico 'crack' paraguayo de 187 centímetros de altura que, en punta de la delantera, había dado tardes memorables de fútbol en La Romareda, Zaragoza, entre 1973 y 76. Era el Zaragoza de los 'zaraguayos', aquellos uruguayos (el lateral uruguayo Juan Carlos Blanco) y paraguayos -Arrúa, Soto, el 'toro' Felipe Ocampos, el propio Diarte...- que habían ido reuniendo hábilmente entre el propio Carriega y un gran secretario técnico: Avelino Chaves. Con muchísima calidad en la creación -'Nino' Arrúa, Pablo García Castany, incluso Pepe González, el canterano bético de Tocina- y en la definición del gol, gracias a los mismos 'creadores' y a Soto, Arrúa y Diarte, el briillante equipo de los 'zaraguayos' firmó el tercer puesto liguero en 1973-74... el subcampeonato en 1974-75, tras endosar un aparatoso 6-1 al campeón, Real Madrid, en La Romareda, el 30-4-75, en partido histórico, con golazo de Diarte y tres de García Castany... y en fin, cerró esa brillante era con derrota en la última final de Copa que se llamó 'del Generalísimo': el 26-6-1976, en el Santiago Bernabéu: 1-0 para el primer Atlético de Madrid entrenado por Luis Aragonés, con último gol y último partido en la carrera de José Eulogio Gárate, el exquisito ariete internacional del Atlético... y, a la vez, fin de fiesta para los 'zaraguayos': Carriega se iba nada menos que al Sevilla y el Valencia de Pepe Ramos Costa pagaba nada menos que 60 millones de pesetas (casi 400.000 euros de hoy) por el rompedor Carlos Diarte: que llegaba como relevo de Joaquín Sierra 'Quino' -que se iba a Cádiz y al Cádiz, con poquísimo más de 30 años-, y como acompañante nada menos que de Rainer Bonhof, Johnny Rep y Marito Kempes...

DEL VALENCIA HASTA EL BETIS.- Con fascinante, seductor, casi hipnótico encanto personal para amigos y amigas, el ya 'Lobo' Diarte (que grabó discos en solitario) pasó tres temporadas en el Valencia, hasta 1979. Allí le pasó de todo; marcó 16 goles en su primera temporada, 76-77, igualando su récord personal de Zaragoza... hasta que, en la jornada 31, se rompió la rodilla en jugada infortunada en el campo del Valencia frente a Rafael Jaén, mediocampista del Sevilla. Fue en el minuto 80 de un 4-0 del Valencia al Sevilla con Rep y Kempes marcando a pares. Las secuelas de la gravísima lesión de rodilla se tradujeron en una nueva rotura de menisco, en 1977-78 (ante el Hércules), y en la ínfima suma de dos tantos con el Valencia entre 1977 y 79. Volvió a acudir al rescate Avelino Chaves... que se lo llevó al Salamanca, al Estadio Helmántico de la vieja 'Unión Deportiva, U-De-Ese'. Allí, en 1979-80, y con un tal Jorge D'Alessandro en la portería de la Unión, Diarte contribuyó con siete goles al noveno puesto de la 'U-D-S-' en esa 79-80. Y entonces reapareció en la vida del 'Lobo'... el propio Luis Cid: Carriega.

El técnico orensano convenció a Mauduit y al 'staff' técnico del Betis -José María de la Concha- de que merecía la pena intentar el esfuerzo para sacar al 'Lobo' Diarte del cubil lobuno o campa charra del 'Estadio Helmántico' salmantino: él, Carriega, se hacía responsable del rendimiento del 'Lobo', que ya suscitaba dudas tras sus avatares y zarpazos fallidos en el viejo Mestalla valenciano, entonces llamado 'Luis Casanova'. "El chico, Diarte, ha tenido mala suerte. Pero ahora sabe que ésta del Betis es una oportunidad de oro para relanzar su carrera. Respondo de que cumplirá", avanzó Carriega ante los verdiblancos recelos. Treinta 'béticos' millones de pesetas convencieron a la U. D. Salamanca, Diarte firmó tres temporadas por el Betis... y, colateralmente y con la llegada del guaraní Diarte, quedó sentenciada la trayectoria bética del charrúa Hugo Cabezas. 

El 'Lobo' debutó con la camiseta verdiblanca, ya con el número 'nueve' -es exactamente esa camisola elástica 'Meyba' que aparece en las imagenes que abren este texto, entregada por el propio Diarte al aquí firmante- en lo que fue la puesta de largo las nuevas -y hoy, absolutamente históricas- camisetas verdiblancas 'Meyba' del Real Betis Balompié: el 19 de agosto de 1980, en semifinal del IX 'Trofeo Ciudad de Sevilla' frente a 'la' Roma, en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, del Sevilla Fútbol Club. Diarte se estrenó como bético marcando el tercer gol a los romanistas de Nils Liedholm y asistiendo a Enrique Morán en el segundo. 

En tres días más, el 22 de agosto, el Real Betis Balompié se apuntó aquel Trofeo sevillano al vencer al Sevilla por 1-2 (Cardeñosa, dos para el Betis; Montero, de penalti, para el Sevilla, que sufrió la expulsión de Curro Sanjosé) en una final que iba a traer graves consecuencias para 'Er Trofeo'. Fue con este equipo y con las camisetas 'Meyba': Esnaola, Gerardo (Bizcocho), Biosca, Peruena, Gordillo; López, Ortega, Cardeñosa; Morán, Diarte y Benìtez. No era mal equipo, ¿no? En ese punto, el Betis no vencía al Sevilla en Nervión, en modo alguno y en categoría alguna desde cierto 0-1 en Segunda División, con gol de Quino: en las mismísimas postrimerías del año 1968. 

El debut oficial de Diarte como ariete del Betis acaeció en El Molinón el 6 de septiembre de 1980 (2-0 para un potente Sporting), en la jornada inaugural de una Liga 80-81 absolutamente atípica para aquel Betis.. que iba a jugar sus dos primeros compromisos 'en casa', en Sevilla... en el campo del Sevilla: debido a las obras de reconstrucción que se practicaban en el Estadio Benito Villamarín, en aquel verano del 80, con vistas al Mundial España' 82. Dada la situación y el retraso de las obras -por las famosas huelgas de la construcción, etc.-, Eugenio Montes Cabeza, presidente del Sevilla, ofreció caballerosamente al Betis las instalaciones del barrio de Nervión para que jugara como local en el 'Ramón Sánchez-Pizjuán'. Eso ocurrió por primera vez en el Sánchez-Pizjuán (aunque no por primera vez en la historia de las relaciones entre Sevilla y Betis) el 28-9-1980, ya casi con un mes de Liga en el lomo... y con un matador 4-1 del Betis de Carriega a la U. D. Las Palmas de Antonio Ruiz: Diarte anotó dos tantos en ese encuentro liguero. Pero no se trataba ni del primer triunfo bético en aquella Liga 'del destierro provisional'... ni de los primeros goles de Diarte, que ya había producido otro importante par de dianas en la victoria bética ante Osasuna, en El Sadar, el 21-9-80: 1-2.

EL CINE ALKAZAR.- Precisamente por la sensación de 'destierro' que ofrecía aquel Campeonato para los béticos, se encendió una 'bombilla' en la sala de máquinas de Sáiz y Bores, la firma de empresarios cinematográficos que gestionaba los cines 'Alkazar' (antiguo 'Ramade', propiedad de la cadena 'Sánchez-Ramade', los antiguos dueños del Bodegón 'Torre del Oro'), 'San Vicente' y 'Esperanza': y también, en su momento, el 'Coliseo-España' de la Avenida. La idea era brillante: puesto que aquel excelente Betis de Carriega, 'Lobo' Diarte, y Esnaola, Biosca, Cardeñosa, Benítez, Morán, Rafael Gordillo... -todos en plenitud- no podía jugar en casa, y tampoco -inicialmente- apenas aparecía en la proyección nacional de partidos televisados, ni tampoco estaba en Europa... 'traigamos los partidos del Betis a casa de los béticos': a Sevilla, al Cine Alkazar.

El experimento se pergeñó y se 'alumbró' precisamente a raíz del brillante 1-2 en el Osasuna-Betis del 21-9-1980. En un esfuerzo viajero y de medios de los empresarios, los partidos viajeros de un Betis que nada más que hacía viajar lejos de Heliópolis -el equipo se entrenaba en el campo de la Universidad Laboral, hoy 'Pablo de Olavide'- pues he aquí que iban a verse los lunes a todo color y en pantalla grande, 'Superama', como cualquier gran superproducción cinematográfica: nada de míseros resúmenes de 'Estudio Estadio': a lo grande y como una novelera, absoluta novedad en la novelera ciudad que de por sí resulta ser la 'Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta y Mariana' Ciudad de Sevilla. Todo a lo grande, como si el Betis de 1980 fuera el 'Apocalypse Now' que Francis Ford Coppola rodó en Filipinas, con el napalm a precio de saldo. Y... lo que en principio se pensó como un precio casi simbólico de cinco pesetas, tuvo que saltar rápidamente a 25 pesetas -'cinco duros', ni 20 céntimos de euro, hoy- a la vista del éxito monumental de la idea.

El Alkazar (el edificio aún sobrevive hasta nuestros días como un Supermercado 'LIDL') funcionaba en una nave edificada hacia 1910 en la misma esquina del Colegio de los Salesianos de Trinidad, en plena Ronda. Originariamente, la nave fue un almacén de aceite de la familia de Miguel García Longoria, con empresa en la calle Arrebolera: hoy, María Auxiliadora. Tras la Guerra Civil, y en plena eclosión del espectáculo del cinematógrafo ('o tempora, o mores'), la familia Sánchez-Ramade adquirió una de esas naves a los aceiteros, para instalar allí el llamado 'Cine Ramade'; la familia compradora ya era también propietaria de los cines 'Florida' y 'Víctor'. Pero en 1948, la gestión del 'Cine Ramade' ya estaba cedida por los Sánchez-Ramade a la empresa Sáiz-Bores, que en principio rebautizó al cine como 'Alcázar', idéntico nombre de otro establecimiento hotelero más o menos en las cercanías de la Ronda, ya más bien en la Puerta de la Carne.

A principios de los 60 ya arrancaban con cinematográfica fuerza el 'Apolo', el 'Regina', el 'Bécquer'.. y por ello, en 1967, Sáiz-Bores reformaron y modernizaron la antañona sala de la Trinidad y pasaron a llamarla 'Alkazar Superama': esto, ya en 1972, y casi como un juego de palabras con el 'Avenida Vistarama'...

Y allí, a ese 'Alkazar' y en 'Superama' se iban cada lunes las hambrientas/famélicas legiones de béticos: hambrientas de ver jugar a su equipo... si bien saciadas por las grabaciones, con 24 horas de retraso, de sensacionales partidos como el ya citado 1-2 de Pamplona, el mismo 4-1 a Las Palmas en Nervión y, los más estelares... un fenomenal 2-2 en Atocha (5-10-80) ante la Real Sociedad, que iba a ser agónica campeona de ese Campeonato 80-81.. o una extraordinaria demostración en el Camp Nou, con 1-3 al F. C. Barcelona. Este último partido, en el debut de Bernd Schuster como azulgrana, el 26-10-80, selló la destitución de Ladislao Kubala como entrenador del Barça... y llenó de 'oles', clamores y banderas verdiblancas su proyección en la gran pantalla del Cine Alkazar, escasamente a 24 horas del cañonazo del Camp Nou. Fueron dos partidos, el de Atocha y del Barcelona, absolutamente imborrables y memorables. Uno, que lleva viendo y recordando fútbol en Sevilla desde 1963.. puede afirmar y afirma que nunca más ha visto jugar así al Betis: de esa manera. Esos cinco goles de Atocha y Camp Nou que se corearon con 'oles' en el 'Alkazar' y en 'Superama' los facturaron, por orden, Diarte, Morán (en San Sebastián), y, en Barcelona, Benítez, Morán y Cardeñosa. Hubo que repetir en el 'Alkazar' más proyecciones de aquellas hazañas, más días: el cine reventaba de público y decenas de aficionados del Betis se quedaban en las puertas, con toda una doble frustración a cuestas. No podía ser, claro...

En realidad -y tras caer en Nervión por 0-1 ante el Atlético de Madrid-, el Betis ya había podido regresar a un Heliópolis bastante 'provisional' el 19-10-80, el domingo antes de asaltar el Camp Nou, y con un 2-0 al Hércules. El domingo después de 'lo' de Barcelona, 2-11-80, Heliòpolis reventó bajo un aguacero con un demoledor 5-0... precisamente a la misma U. D. Salamanca que había 'rehabilitado' y traspasado a Carlos Diarte. Aquel tremendo partido del 5-0 a los charros (tantos de López, Diarte, Morán, Gordillo... Segundo), cayendo agua a caños en un campo a medio terminar, también se exhibió en el Alkazar: donde aún se vivieron otras cumbres de aquella temporada 80-81 como el 0-4 al Atlético de Madrid en el 'Vicente Calderón' (8-2-81), exhibición sellada con sendos 'dobletes' de Morán y Diarte al rampante Atlético del vocinglero doctor Alfonso Cabeza...

A pesar de todos los pesares, aquel gran Betis fue eliminado de la Copa 80-81... por el Sevilla, en rara segunda eliminatoria 'de ajuste': 2-1 y 1-1, con tantos de Blanco, Morete y Yiyi para el Sevilla que doblegaron los de Cardeñosa (en Nervión) y de Diarte: en el retorno, en Heliópolis. De todos modos, el brillante grupo de Carriega aún peleó casi hasta el final en las alturas del Campeonato: y lo hacía con un mediocampo excepcional y con dos flechas en punta, Morán y Diarte, que abrían pasillos para las irrupciones explosivas por el costado zurdo de Gordillo, vendaval lanzado y alimentado por los envíos largos de Julio Cardeñosa, al igual que el oxígeno alimenta a la llama. 

Pero el Betis de Carriega se tuvo que despedir de toda aspiración a algo grande, precisamente en el Bernabéu, el 15-3-1981, en un partido que dominaba por 0-2 a los 23 minutos con goles de Morán y López: pero el Real Madrid, llevado en volandas por un formidable Uli Stielike, remontó hasta un 4-2 que puso punto final a otro sueño verdiblanco: y eso, aunque Diarte volvió a golpear, poco después, en otro gol fantástico al Athletic de Bilbao, el 5-4-81, en Heliópolis, en el saque de centro de la segunda parte (ya con 1-0, Morán de penalti), un tanto en arranque 'relámpago', tras quebrar la cintura del temible Andoni Goikoetxea y asestar zapatazo lejano y sideral a las redes de Andoni Cedrún. La visión de esa fantasía como de 'Matrix' por parte del firmante impidió, a su vez, la visión de esa misma fantasía estratosférica por parte del expresidente Núñez Naranjo, 'El Presidente de la Verdad', en su localidad totalmente anexa al palco de Heliópolis. Mientras vivió, Núñez Naranjo no dejó de recordar a este firmante esa bruja circunstancia del gol de Diarte que el presidente no vio, fuera del palco (que no era ni la mitad del de hoy)... siempre con su puntito de ironía y en cada ocasión de un encuentro 'cara a cara'.

De un modo u otro, fuera como fuese, el Betis de aquellas sonadas exhibiciones de fútbol no pasó del sexto puesto en la Liga 80-81. Con 40 puntos: sólo a dos del Atlético de Madrid, tercero, uno por detrás del Barcelona, quinto... y dos por delante del Sevilla, octavo. Pero ni Betis ni Sevilla fueron a Europa. 'Total, pa ná'. El Betis repetiría el sexto puesto en 1981-82, con Iriondo y Buenaventura repartiéndose los mandos tras el abandono inicial de Luis Aragonés... y esta vez sí fue a Europa (junto con el Sevilla, séptimo), a una Copa UEFA 82-83 donde cayó apeado por el Benfica.

Diarte se mantuvo en el Betis hasta el final de 1982-83, cuando Marcel Domingo se lo llevó al A. S. Saint-Étienne francés, ya un 'Lobo' algo veterano... y bastante marcado por sus diferencias con Iriondo en 1981-82... y por su retraso para comparecer ante el nuevo técnico Antal Dunai en el inicio de la 82-83. Finalmente, su trayectoria quedó empañada por una dura agresión -que incluyó expulsión fulminante- al sevillista José Luis Ruda en cierta eliminatoria de Copa entre Sevilla y Betis, bien decantada para el Sevilla de Manuel Cardo Romero. En fin, el 'Lobo' concretó 29 goles oficiales como bético en sus tres temporadas en Heliòpolis: 13+14+2. De Saint-Étienne salió en 1986... para despedir su carrera en 1987, campeón de Paraguay con 'su' Olimpia de Asunción: al igual que lo había sido antes de salir de Paraguay, en 1971. 45 veces internacional con la rojiblanca Selección guaraní, Carlos Martínez Diarte falleció en Valencia en junio de 2011, con sólo 57 años, tras varios meses de lucha contra el cáncer...

Tras operar incluso como 'Sala de Arte y Ensayo', con ciertos estrenos de calidad, el Cine Alkazar cerró sus puertas en 1985. Fue cuando ya empezaba lo que algunos llamarían 'la agonía del azúcar' y en realidad era... la agonía de los cines y el comienzo de un cambio de época y de mundo: algo que se aceleró en los años 90 y en los finales del Siglo XX. Hay por ahí una fotografía entrañable de un bético viejo, que camina bajo el sol del estío de Heliòpolis con un andador y con su verdiblanca camiseta del Betis. Todo aquel que desee llamarse 'bético', muy bien: que lo haga, pero que se lo piense dos veces antes de examinar esa imagen: y que la respete. Ahí, en ese andador de ese bético viejo viajan los recuerdos de aquel hermoso equipo de Carriega, de Esnaola, Benítez, Gordillo, Cardeñosa, Diarte y su camiseta. Y del 'Ciudad de Sevilla'. Y de aquellas tardes triunfales de hace 40 años en el Cine Alkazar. Y, cabría añadir... de lo que fue y representó el Real Betis Balompié, con toda su mística y leyenda.