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Hace 50 años en Reyes (6-1-1972), la caoba de Rogelio rompe moldes y empieza a salvar al Betis de Szusza

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
02/01/2022

Este 'Escaparate' llega como un homenaje a mucho (demasiado) tiempo perdido en la mejor memoria del Real Betis Balompié y sólo desde ese planteamiento cabe entender, para empezar, la fotografía en 'collage' (de Miguel Ángel Morenatti) que abre la pieza. Aparecen, juntos y al final del Paseo de Coria del Río, a sólo metros del 'Estadio Guadalquivir' del Coria CF... nada menos que tres 'mariscales' del Betis, en reunión ya absolutamente irrepetible: Rogelio Sosa Ramírez (fallecido en marzo de 2019), Rafael Gordillo Vázquez y Luis del Sol Cascajares, que nos dejó aquí, un poco más solos, el pasado 20.6.2021.

Más solos de lo que ya estábamos desde aquel 21 de marzo de 2019 que Rogelio, Rogelio Sosa Ramírez, canela y caoba pura, temple y arte, no pudo acertar con el saque de esquina 'in extremis' de su último fallo masivo de salud. Napoleón hubiera dicho al pueblo bético: "Soldados, a los pies de estas pirámides, 50 años os contemplan". Las tres pirámides de este Egipto verdiblanco relucen juntas en la imborrable fotografía de Miguel Morenatti, a la luz y el sol cenital de Coria del Río, 'la Baracaldo del Sur', no precisamente el arenal egipcio de Guiza. Son Rogelio Sosa Ramírez. Rafael Gordillo Vázquez y Luis del Sol Cascajares.

Pero, junto a toda la leyenda de sus goles en 'córners', que unos cifran en ocho y otros extienden -amistosos incluidos- hasta la decena, Rogelio empezó a suscribir justo hace ahora 50 años, el 6-1-1972, jueves y Día de Reyes, sobre un lodazal en Heliópolis... una racha de goles de cabeza, insólita y extraordinaria en un jugador de las características de Rogelio, geniales y románticas. Tan extraordinaria fue esa racha que terminaría convirtiéndose en uno de los logros más importantes que iba a conseguir para el Betis aquel genial zurdo, hombre, futbolista, filósofo y artista de Coria: una inolvidable permanencia en la Primera División 1971-72 que parecía bastante descartada cuando el Betis había navegado con el farolillo rojo no sólo hasta el final de la primera vuelta... sino hasta la mismísima jornada 21ª (Liga de 18 equipos y dos puntos por triunfo), aquí ya después de un duro 3-0 adverso. Aquí recogemos junto a la imagen de los tres 'mariscales', 'pirámides' o 'mosqueteros' del Betis de todos los tiempos ese dibujito en 'sketch' de Vicente Flores que apareció en las páginas de 'ABC de Sevilla' en aquel mismo invierno y que ilustra -entre el delirio de los béticos- uno de los goles de cabeza de Rogelio, con el dorsal '10', el suyo de casi siempre, el de su madurez, aquellos goles que... salvaron al Betis. Pero todo empezó el 6.1.1972, jueves y Día de Reyes. Hace 50 años exactos. Veamos cómo.

ESCAPAR DE LA SIMA: SZUSZA.- El 13.12.1971, lunes, tras atronadora paliza (6-0) recibida en la víspera ante la Real Sociedad entre la lluvia y el lodo de Atocha, 'Tito' Antonio Barrios fue destituido como entrenador de un Betis en cuyo banquillo ya no se volvería a sentar. En aquellos momentos, después de la jornada 13ª, decimotercera, el arrasado Betis de Barrios y del destrozo en el barro de Atocha navegaba colista... y el Sevilla de Cisneros, Lora y Dan Georgiadis... tercero, a tres puntos del líder, Real Madrid; y a uno solo del Valencia, segundo (19-1-7-16). Aquel domingo de truenos en Donostia, el Betis ya perdía por 3-0 a los nueve minutos y por 4-0 en cinco minutos más: zarandeado por el huracán blanquiazul realista. A los cuatro minutos, las tablas de Atocha ya marcaban 2-0. A los cinco minutos, ya con el 2-0 en las tablas del marcador easonense, Antonio Barrios, fuertemente griposo (pero sin mascarilla), salió del vestuario 'visitante', donde había apurado un 'carajillo' de coñac, y preguntó al entonces delegado, José León Gómez: '¿Qué pasa, que nos han dejado puesto ahí el marcador de otro partido...?' 

Para desgracia de Barrios y del Betis... no era así. Con 'un tal' José Ramón Esnaola en la meta realista, Marco Antonio Boronat y el gran ariete exbético Fernando Ansola (de Elgoibar) anotaron sendos pares de goles aquella tarde, con Urreisti y Arzac agregando dianas bajo la batuta de Rafa Mendiluce, 'El Catedrático' del mediocampo blanquiazul. El descalabro de Atocha y el desastroso cociente general de goles situaron al Betis como colista en una Primera División de 18 equipos: último en un cuádruple empate a diez puntos junto a Atlético de Bilbao, Córdoba y Deportivo de La Coruña.

El domingo 19.12.71, ya sin Barrios en el banquillo, la cosa empeoró bastante para un 'tocado' Betis. Llegaba a Heliópolis el R. C. D. Español, adiestrado por José Emilio Santamaría (más tarde, seleccionador de España en el Mundial 1982).Esa tarde, fría y ventosa, un solitario gol del navarro españolista Juan María Amiano, 0-1, hacía al Betis aún más colista. Un Betis que aquella atardecida invernal -y tan glacial, tan gélida- estaba dirigido por el navarro Esteban Areta, exjugador y técnico de la casa... mientras el club aceleraba las gestiones para contratar a cierto entrenador húngaro de renombre en Centroeuropa (aunque casi desconocido en España) que respondía por Ferenc Szusza: 'Szusza Ferenc', en idioma magyar/húngaro. 

A preguntas del propio José León Gómez -hombre de confianza del presidente Núñez Naranjo para gestiones internacionales de fichajes-, Ladislao Kubala, entonces seleccionador nacional de España -y bastante asiduo de Sevilla, con la Selección y sin ella-, había recomendado a Szusza al Betis, con todo el apoyo de  Emil Osterreicher, 'hombre fuerte' (en la sombra) de la colonia húngara en España. Osterreicher estaba muy vinculado precisamente al Español. El importante intermediario Luis Guijarro, buen amigo de León Gómez, había ofrecido al inglés Vic Buckingham (figura técnica clave en el primer Ajax de Johan Cruyff, a quien prácticamente 'descubrió'; Buckingham iría pronto al Sevilla). Pero Szusza era sensiblemente más barato y... había pasado de modo deslumbrante por Sevilla en febrero de ese mismo 1971 como entrenador del Gornik Zabrze, campeón de Polonia: que, con el gran artillero Wlodzmierz, 'Wlodi' Lubanski, Starynski y el portero internacional polaco Hubert Kostka... había destrozado al Sevilla (aún de Max Merkel) el 21.02.71, en uno de aquellos amistosos invernales internacionales que solían programarse en el Estadio 'Ramón Sánchez-Pizjuán': 0-4 para el Gornik, que vale traducir en polaco por 'Minero' (el 'Minero' de Zabrze)... pero que sobre el pasto de Nervión resultó ser una auténtica tempestad.

"Aunque sé los buenos resultados que viene consiguiendo, yo no conozco a Ferenc como técnico: yo ya estaba fuera de Hungría cuando él empezó a entrenar. Pero como futbolista, Szusza ha sido excepcional, uno de los mejores de todos nosotros. Y es muy buena persona, quizá por eso le funcionan bien los equipos", dijo Ladislao Kubala ante las preguntas que le venían de parte del Betis. Ese mismo 19.12.71, con el tiempo justo para sentarse en el Villamarín y presenciar el infausto Betis-Español, Szusza llegó a Heliópolis sin hablar absolutamente nada de castellano. Vino con un intérprete, su amigo (y técnico) húngaro Ferenc Löcsei.

Los dos 'Ferences' fueron presentados a la plantilla bética el 22.12.1971, miércoles. Szusza era todo un mito del celebre club Újpest Dozsa de Budapest (cuyo estadio se llama hoy 'Szusza Ferenc Stadion'), máximo goleador de todos los tiempos en la Primera División húngara -393 tantos en 462 partidos-, 24 veces internacional con Hungría (18 goles) y un integrante de la Selección magyar conocida como los 'mágicos magiares' o 'Equipo de Oro' ('Aranycsapat'): los campeones olímpicos de 1952 en Helsinki, a las órdenes del 'Mago' Gustav Sebes. En la presentación, y por vía de Löcsei, Szusza pidió a los jugadores "confianza, afecto y, fundamentalmente, sacrificio". A los directivos béticos les hizo llegar que veía "mucho margen de mejora y crecimiento" en la plantilla. Pasó a afincarse en una residencia provisional que 'Tito Ferenc' haría casi legendaria: la habitación 606 del Hotel María Luisa Park, en Los Remedios y junto a la Feria. 'Tito Ferenc' Szusza iba a quedarse en Sevilla y en el María Luisa Park... cinco años más: hasta el otoño de 1976, cuando regresó a Hungría a partir de órdenes estrictas y terminantes de la Federación Húngara: entonces, en pleno 'Telón de Acero'. La sabia mano de Ferenc Szusza iba a abrillantar y pulir la mágica 'Pata de Caoba' de Rogelio Sosa Ramírez. Y no sólo la 'Zurda de Caoba'. También... los rizos mágicos de la cabeza de ese zurdo orfebre coriano.

NAVIDAD; LAS PALMAS.- Tras diez días de descanso y 'rearme moral' en Navidades, el Día de Año Nuevo de 1972, sábado, en el viejo Estadio Insular de Las Palmas, Szusza hizo su debut en el banquillo verdiblanco. Y fue con otra dura derrota del Betis: 2-0 para aquella potente Unión Deportiva del meta Antonio Betancort, el malogrado central Tonono, Soto y el mítico 'palomero' Germán Dévora, que entrenaba el reputado francés 'anderlechtois' Pierre Sinibaldi: al cuarto de hora, el partido ya viajaba con ese 2-0 definitivo: tantos de Soto y Germán (un apasionado de la cría de palomos de competición); este último, de penalti. Aquella Unión Deportiva concluiría quinta en ese Campeonato 1971-72, con pasaporte continental para la Copa de la UEFA. 

Después de tres derrotas en fila, Atocha, Español y Las Palmas, el Betis seguía con el 'farolillo rojo' de colista: pero no se había despeñado totalmente porque los otros habitantes de la cola tampoco despegaban: después de Las Palmas, aún dos jornadas antes del final de la primera vuelta, el Betis navegaba empatado a diez puntos con el Córdoba, a un solo punto de Celta y Deportivo (ambos con once)... y a sólo dos de Atlético de Bilbao y Sabadell: 12. Con 13 estaban Burgos y Granada. Seguía siendo un Campeonato donde las victorias daban dos puntos. Y los empates... uno.

Y REYES: 6.1.1972: EL SPORTING Y ROGELIO.- Pero al jueves siguiente, 6-1-1972, Día de Reyes, frente al Sporting de Gijón en Heliópolis y sobre un terreno pésimo como una marisma del Guadalquivir o del Guadaira, Szusza ya dio con una tecla filosofal. Era la jornada 16ª, penúltima de la primerea vuelta, con el Betis colista, empatado a diez puntos con el Córdoba. Y en un falso 4-4-2, más bien 4-4-1-1, el técnico artista magyar de Újpest se sacó de la redoma a Rogelio, el artista de Coria, como 'falso punta' o 'segundo punta'. Rogelio, Rogelio Sosa Ramírez, el coriano de la Pata de Caoba respondió con sendos golazos (minutos 25 y 31) y una exhibición inolvidable sobre el fango húmedo en el vital triunfo del Betis por 2-1 ante el Sporting de Quini, Megido, Churruca, Valdés. 

La vistosa ficha técnica de José Antonio Blázquez Cabrera en su crónica del 7.1.72, viernes, en 'ABC de Sevilla', señalaba todas estas cosas: 'Escenario: "Benito Villamarín". Césped blando, en pésimas condiciones para el juego. ¿No fue medida alegre en estas calendas invernales programar un partido -Triana-Cartagena- 24 horas antes en el mismo rectángulo de juego? Elevada concurrencia, tarde nublada y fría... arbitraje a cargo de Soto Montesinos. Realmente desacertado. Por razones del propio paisanaje, aunque cándidamente encubierto por su actual encuadramiento en Colegio Castellano (N. B: el sevillano Leonardo Soto Montesinos... también era árbitro de boxeo y lucha libre)... debió esquivar, personalísima opinión, los dictados de un sorteo que en un partido como el de ayer sometía a su actuación a los más rigurosos examenes críticos... por eso del subconsciente o por aquello del qué dirán (Soto), cayó de plano en el caserismo".

Pero un extasiado Blázquez tituló así la crónica en cuanto tal: "Rogelio, a su forma, ganó el partido". Y escribía J. A. B: "... el caso de Rogelio se condensa en la posesión de una auténtica zurda de oro. El jugador hizo siempre -sin regularidad- goles de espléndida ejecución y de tremendo valor sicológico. Algo de burla para el contrario tuvo siempre su regate. Al zurdo lo situó Szusza, el húngaro, en el vértice del ataque, allá arriba, hombre avanzado, cerquita de la cocina donde se cuecen las papas, se reciben todas y se dan muy pocas". La teórica formación del quinteto atacante del Betis (bajo el teórico, antiguo esquema del 3-2-5, partiendo de extremo derecho a extremo izquierdo) era 'Macario, González, Roselló, Rogelio y Benítez'. En realidad, Roselló y Rogelio, entre líneas, se intercambiaban punta y media punta para arrastrar y sacar de sitio a los centrales asturianos: Hernández y Pascual. "Algo debió ver Szusza en el coriano para meterse en lo que suponía ensayo realmente arriesgado...", continuaba Blázquez.

En el minuto 25 vino un primer gol sensacional de Rogelio (que hasta ahí sólo había marcado un tanto en esa Liga 71-72; un violento zurdazo lejano en una derrota del Betis por 3-1, el 28.11.1971, en Córdoba, en el viejo 'Arcángel'). Este gol inicial a Francisco Romero, meta guaraní del Gijón -fallecido en 1997- fue en un tiro de 'rosca', con efecto y desde la derecha, después de una fila de regates que iban derribando como bolos de bolera sobre el pantanal heliopolitano a los rojiblancos, embarrados defensas sportinguistas. Que patinaban ante la bruja cintura relampagueante del coriano y sobre el fango de Heliópolis. 'Jugada individual por el ala derecha tras driblar a dos adversarios, tiró con gran efecto, logrando el primer gol', apuntó Blázquez en la casilla del 1-0, en la 'Ficha Técnica'.

El segundo impacto del coriano en la santabárbara bendita gijonesa iluminó el minuto 31. Fue el 2-0, tras falta sacada por Biosca y en testarazo a bocajarro, ganando la acción a toda la zaga del Gijón. Y suponía el primer gol de cabeza de Rogelio (1,81 de altura, zurdo cerrado y más bien filiforme, sin demasiada fuerza explosiva) en esa temporada 1971-72. Tras los dos del Sporting, el coriano ya contabilizaba tres tantos en esa Liga 71-72. Acabaría con cinco; los otros dos, ante Valencia y Granada, absolutamente decisivos en sendos éxitos béticos por mínimos 1-0, de valor incalculable. 

El Betis-Sporting del Día de Reyes de 1972 en Heliópolis concluiría con 2-1, después de un tanto de Churruca para el viejo Sporting en el minuto 54. Soto Montesino anuló un gol a Quini, algo de lo que Blázquez opinó así: "...En la anulación del gol astur obtenido por Quini, (Soto) atendió muy tarde a la indicación del juez de línea que, con anticipación al disparo del delantero gijonés había señalado su posición ilegal. Había existido, sí, el offside previo, pero al no cortarse el juego a tiempo el balón llegó al rematador procedente de un contrario. Soto Montesinos invalidó cuando el cuero estaba ya en el fondo de las mallas".

Más líneas de Blázquez, de aquel 6.1.1972: "Jamás se distinguió el coriano por el juego aéreo... pero lo cierto y verdad es que con condiciones para el puesto o sin ellas decidió el partido. La decisión de Szusza sobre Rogelio rompe moldes. En el equipo, los demás están jugando donde antes lo hicieron. Rogelio, ariete... fue la acción felicísima de Rogelio como hombre punta la que, sin chocar jamás, sin hacer nunca de abrelatas, logró las dianas suficientes para avalar ell triunfo. Cuesta trabajo creerlo. Pero ayer, a su forma, ganó el partido el Betis. Sus goles fueron siempre decisivos. Y quién sabe lo que puede significar, a la corta y a la larga, la victoria de ayer tarde". De momento, y aunque sólo fuera mínimamente por esa jornada, el Betis abandonó provisionalmente el 'farolillo rojo', que dejó en manos del Córdoba.

EL DEMARRAJE... Y EL GRANADA.- Navegando como podía en pleno invierno y entre un calendario terrible, que agrupó derrotas en visitas a Atlético de Madrid (4-1) y Celta (1-0), más un meritorio 0-0 en Heliópolis con el líder, Real Madrid... el Betis de Szusza no volvería a vencer hasta un mes exacto después, el 6 de febrero de 1972, en triunfo vital ante el Centro de Deportes Sabadell. Fue sobre una marisma encharcada tras un diluvio inicial, con gol de cabeza del ya fallecido mediocampista vasco Jesús Irízar; también se dio otro testarazo de Rogelio al larguero de Irazusta, meta arlequinado.  

Justo a partir de ahí, del 1-0 al Sabadell, el Betis de Szusza y Rogelio aceleró en el primer gran 'demarraje': sólo una derrota en cinco partidos que incluyeron un sonoro empate en el Camp Nou (2-2, tras 0-2 a favor, tantos de González y Benítez) y un gran triunfo ante el Valencia de los canteranos internacionales exbéticos Quino y Antón, vigente campeón de Liga a las órdenes de Alfredo Di Stéfano: esto ya fue el 20.2.72. Se trató del 1-0 y la consolidación de Rogelio como goleador... de cabeza, para asombro general. El tanto al Valencia fue otro decisivo, lejano y sorprendente  testarazo del orfebre coriano a la escuadra del meta (vasco) valencianista Juan Luis Meléndez, en el minuto 22 y a centro de Javier López, desde la derecha. Era la jornada 22... y el Betis abandonaba para siempre, con esos dos puntos de platino, el 'farolillo rojo' del Campeonato 1971-72. 

El domingo 5 de marzo de 1972, en 'el minuto 45 de la segunda parte', con gran entrada en Heliópolis, y en plena apoteosis... Rogelio volvió a cabecear a quemarropa el gol con que el Betis doblegaba (1-0) al temible Granada de los 'killers' Ramón Alberto Aguirre Suárez (como 'libero'), Pedro Fernández... y de tan buenos jugadores como Lasa, Porta, Vicente, Barrios o Rafael Jaén, de paso para ir a las filas del Sevilla: el decisivo gol al Granada que adiestraba el aguerrido José Iglesias 'Joseíto' se produjo a la salida de un córner ejecutado por Rodolfo Alfredo Orife, elegante zurdo argentino (de Chacarita, 'Chaca') de aquel Betis. Fue cuando se cruzaba el minuto 90 y desde la derecha del ataque verdiblanco. Y sucedió tras un desborde final, agónico, del lateral también coriano Francisco Bizcocho ante el buen lateral granadinista (asturiano) Falito: en una tarde en la que Javier López, incrustado en los medios con el número 'nueve', se pasó los 90 minutos de juego persiguiendo de campana a campana al máximo goleador de la Liga: Enrique Porta, el gran rematador aragonés de aquel Granada. 

'Tito' Ferenc Szusza, el Mago Magyar de Újpest ("algo 'abracadabra' de mago debe tener este húngaro que se ha jugado la pelleja -con resultados que le asisten- utilizando a Rogelio como hombre rompedor de punta", volvía a destacar José Antonio Blázquez en 'ABC de Sevilla', en la crónica del Betis-Granada) le había dado la vuelta a la ajada herencia de otro 'Tito': Antonio Barrios.

"Seis puntos; Rogelio y sus goles de cabeza", así tituló José Antonio Blázquez el 7.3.72, en 'ABC de Sevilla' la crónica de ese victorioso Betis-Granada. Todo esto que viene era lo que relataba y reflexionaba Blázquez, buen amigo del propio Rogelio: "Se decía y se aceptaba que Rogelio poseía una cabeza que, aparte de servirle para pensar, y ver un fútbol clarísimo de mediocampo no le brindaba otras utilizaciones que las del peinado pos-ducha. O Szusza ha derribado con estrépito todas las teorías habidas y por haber con respecto al fútbol de punta, o este Rogelio, el artista del regate, está dispuesto a fraguarse el homenaje más espectacularmente afectivo de la historia. Lo cierto y verdad es que el de Coria también está dispuesto a derribar las teorías. Nunca fue cabeceador ni jugador de área. Al artista que no le pidan riesgos. Yo vi el domingo a Rogelio Sosa golpearse contra un poste por eso de intentar un gol de cabeza, de la forma y en la forma en que lo intentan los arietes calificados como 'leños', los puntas sin clase, los abrelatas obreros. Entre Szusza y entre el filigranero de Coria están perfilando un verdadero zafarrancho..."

..."Sí, se decía que no le servía la cabeza como utensilio de trabajo, nada más que para pensar y para peinarse. Rogelio era hombre de fútbol abajo, de pase raso, de toque preciso, de 'tostá' y de remate fulminante con la izquierda. Siempre fue jugador de ánimo corto para la pelea, de tremendo conservadurismo para el choque. 'Ese fútbol será para los que tengan las piernas de madera". Frase suya. Expresión que resume lo que siempre llevó dentro el artista ribereño y su fútbol facilón de hombre enterado. Rogelio nunca fue hombre de choque. 'Si hay una tapia de por medio, o se busca una escalera o se le da la vuelta; será siempre problema a resolver el pegarle empujones'. Ahora, el hombre le está resolviendo al Betis su problema sin dar empujones, sin buscar el choque. Pero usando la cabeza para estar en el campo con su ciencia filigranera (...) y para encontrarse allí 'donde las papas queman', que dijo Di Stéfano con su consustancial desenfado futbolero... sin estrecharse en la suerte, pero estando allí al pie del fogón, oportuno y sabihondo con la caña de pescar victorias".

En la terriza esquina/pradera más pegada y anexa del viejo campo del Betis con La Palmera y Padre García Tejero, Szusza había acondicionado un pequeño campo de entrenamiento, el llamado (Pequeño) 'Maracanà', que se llenaba de barrillo... y, allí en un rincón, creó un raro túnel de tiro a gol, con dianas verdes que valían superiores cantidades de puntos en las escuadras y en las bases de los postes pintados en la pared. Allí, el zocato Rogelio y el ambidextro Szusza ("era un espectáculo ver al 'míster' con el balón, algo increible...", recordaba Rogelio) intercambiaban apuestas y firmaban diabluras: como si estuvieran en un concurso de tiro de dardos. Algo abandonados y en desuso, el túnel de tiro y el propio 'Maracaná' sobrevivirían hasta la gran obra de la Tribuna de Fondo, en el verano de 1980.

EL ESQUEMA.- En la llave táctica de todo, Szusza ya timoneaba su 4-4-1-1, el mismo sistema de los endiablados, dinámicos 'Mineros' Gornik, con Rogelio haciendo milagros como 'segundo delantero', llegando entre líneas donde le desdoblaba el balear Paco Roselló (entre López, González y Benítez), más Macario (o incluso Marcial González) haciendo el trabajo sucio con muchísimos kilómetros en el frente del ataque. El centro del campo unía buen trato al balón con clase y esfuerzo: Antonio Benítez, Javier López, Jesús Irízar -en lo que hoy sería un pivote- y el interior 'taxanense' (de Tocina), Pepe González, jugador de clase, especialista en penaltis y que sólo un año después ficharía por el Zaragoza de los brillantes 'zaraguayos' (Arrúa, Diarte, Blanco...), para concluir carrera en 1979, en el Granada. En defensa ya irrumpía un tal Antonio Biosca: que sería mundialista en 1978, en Argentina.

EL FILÓSOFO DE CORIA.- Más allá de sus 'tostás', el célebre regate en el que enseñaba y quitaba el balón como untado con mantequilla, más allá de esa decena total -aproximada- de dianas directas en 'córner' (como un gol el Salamanca, en un 1-0 agónico en Segunda, el 30.11.1969, que Frasco, ya en el Salamanca avisó al meta salmantino, Justo... para nada), y esta vez de este relato, con sus tres vitales goles de cabeza, a Sporting, Valencia y Granada... Rogelio Sosa Ramírez había salvado al Betis una vez más: como hizo en aquel triunfal Trofeo Carranza de 1964, como había hecho en la promoción de ascenso en 1967, también ante el Granada: 2-0 y memorable 0-1 victorioso en Los Cármenes. El filósofo que le dijo a Antonio Barrios en Mallorca, 'Míster, que correr es de cobardes'. El artista al que también gritaban en Heliópolis: 'Coge el tranvía y vete pá Coria', en aquellos días de 'malos mengues' cuando venían mal dadas. Así nos plasmó Rogelio- tantas veces- 'su' idea del fútbol: "Es curioso que el 'diez' sea siempre el que mueve a los equipos… es más fácil encontrar a diestros que se manejen con las dos piernas, pero es muy difícil encontrar a un zurdo que no le dé bien. Yo siempre me acuerdo de Andrés Bosch, que desde aquel día del Trofeo Carranza del 64 siempre me decía que cuando las cosas no iban bien, cerrara los ojos en el campo y me pusiera a pensar un poquito por qué no funcionaba la cosa". 

Este marzo próximo se cumplirán tres primaveras (...) desde que falta entre nosotros Rogelio Sosa, el hombre, futbolista, filósofo; el artista de Coria, donde nunca faltaba a 'su' Plaza de Abastos y 'su' Casino. El primo de otro genio coriano de Sevilla y Atlético de Madrid: Manuel, 'Manolito' Ruiz Sosa...

50 años atrás y bajo la lluvia sesgada de Heliópolis, sobre una marisma cenagosa donde su regate burlesco, insolente, hacía caer como bolos a los defensas del Sporting de Gijón... así y de ese modo empezó Rogelio a salvar al Betis de una situación poco menos que desesperada. Lo vimos y lo vivimos. Sólo por ese aniversario y por todo su recuerdo, el de Rogelio y el de aquellos tiempos, ya merece la pena esa imagen de Rogelio, Gordillo y Del Sol, estos 'tres mariscales del Betis', con la que este texto se abre y despliega. Hubo una época, hace 50 años, en la que cierto filósofo de Coria se fue a vivir -y a cabecear- allí 'donde las papas queman'; y fue por fortuna para el Real Betis Balompié.